Por Jesús Michel Narváez
Las diferencias se notan. La ignorancia no se puede ocultar. La soberbia menos. Sin embargo, deberá entenderse que el diálogo sostenido ayer por los presidentes Biden y López abre la rendija del entendimiento y es de esperarse que no haya un arranque de irritación personal y desde Palacio Nacional se cierre.
Le decía las diferencias. Porque mientras Biden hablaba del conocimiento que tiene de México desde la época en que fue durante 8 largos años vicepresidente de los Estados Unidos con el primer afroamericano en gobernar a la mayor potencia del mundo, Barack Obama, López tuvo la ocurrencia de recordar la frase atribuida a Porfirio Díaz: tan lejos de Dios y tan cerca de los Estados Unidos. Si pretendió ser un chistorete, a nadie hizo siquiera gesticular; si lo dijo en serio, seguramente en la reunión privada entre ambos –con Marcelo Ebrard como traductor- debió haberse dado alguna respuesta.
Y quizá no en el tono cordial que utiliza el habitante de la Casa Blanca haya acomodado la frase y dejado en “tan lejos de Dios y tan cerca de Andrés Manuel”.
Ejemplo claro es el elogio de Biden a México, no a su presidente, porque sus éxitos son los de Estados Unidos y trascienden fronteras. Probablemente fue excesiva la alabanza
Más allá de las interpretaciones que se le puedan dar a las palabras de ambos, las que se escucharon y fueron pública, es un buen presagio el que López le bajara el tono a sus descabelladas decisiones. Y mostrara lo que es: el presidente de un país cuya economía gira al ritmo de la estadounidense. S a los “yanquis” les va bien a los huehuenches también. Algo, sin duda por sus decisiones, que no ha entendido el virrey de Palacio Nacional.
Ignorar el anuncio presidencial de que durante el diálogo que sostendría –porque lo dijo hace tres días- con el señor Biden, le solicitaría que contratará a 800 mil mexicanos que se encuentran en Estados Unidos de manera irregular. Es la contracción: pedir ayuda y morder la mano.
Y debido al fracaso de los programas “sociales” impulsados para “rescatar” a los “ninis” y reclamar que no se les llame más así. Si el gobierno de López tiene la urgencia de que haya contratación masiva den la Unión Americana debe tener los otros datos que muestra el desempleo galopante que se vive en el país y la incapacidad gubernamental de crear nuevas plazas.
Solamente el grupo que acompañó al Presidente de México sabe lo que en realidad se dijo. Los simples mortales tendremos que conformarnos con las mentiras que nos digan esta mañana y la disertación de cómo defendió la soberanía. No se dirá nada de los reclamos por la Ley del Servicio Eléctrico y se negará haber abordado el tema.
Habrá que estar atentos al comportamiento de las políticas estadounidenses y tratar de entender lo que no se nos quiso decir. Así son ellos. No se debe olvidar que tienen intereses no amigos.
Por lo demás, habría que recomendarle a Ebrard que abandone la posición de sumisión que muestra cotidianamente y que asesoré a su jefe para que no caída de la gracia no solo de los gringos ni del mismísimo Dios. No es mucho pedir. ¿O sí?
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