Siguen sin Reconocer a la Aguililla Cinta Blanca, Como la Auténtica Mexicana

Reportaje

*Única en el Mundo al Contar con Alba Timonera

*Es una Coqueta, se Acicala Constantemente

*La Pretensión de Cambiar al Águila Real por la Harrys

*La Lucha del Doctor Jebaric por la que se Posó en el Nopal

*Hoy Prevalece el Águila Dorada, Águila del Sol o Real

Por Susana Vega López

Ella representa historia, nacionalismo, patriotismo, herencia cultural, civismo, renovación del símbolo patrio, conexión con la herencia azteca; es única en el mundo al contar con una timonera con franja o cinta blanca. Se peina o “acicala” constantemente y, orgullosa, extiende sus alas para mostrar su envergadura. El arte plumario da fe de su importancia ya que es un ave rojinegra: el águila cinta blanca.

Se dice que las águilas, en general, no tienen depredadores por lo que se han ganado el mote de soberanas del cielo, pues son las que más alto vuelan y mejor vista tienen. Viven en casi todo el mundo menos una cuyo nombre científico es Parabuteo unicinctus (una sola cinta) o Halcón de Harrys, mejor conocida como aguililla, gavilán mixto o acanelado.

Y aquí, una controversia: a 173 años del tratado de Guadalupe Hidalgo (1848), cuando México perdió la mitad de su territorio, cuando más humillado se encontraba, se autorizó que el águila mexicana ¡llevara el nombre de Harrys!, afirma Juan Enrique Bautista Rico, mejor conocido como Dr. Jebaric, quien lucha para que se reconozca a esta aguililla cinta blanca como el ave mexicana, aquella que posó en el nopal (y no el águila mal llamada real o dorada cuyo nombre científico es Akuila crysaetos).

Considera el especialista que se tergiversó y se plasmó al águila dorada, águila del sol o real en la bandera para, nuevamente, denostar a los mexicanos e imponer esta especie que es más grande, más poderosa, más fuerte.

El doctor honoris causa (título otorgado por el Claustro Mundial Universitario con la venia del presidente Andrés Manuel) pide que se sustituya la imagen del águila real que se encuentra plasmada en la bandera de México por el ejemplar mexicano cinta blanca porque -aunque no hay una referencia científica que lo sustente- se deduce que fue el ave que se posó en el nopal hace 700 años, toda vez que es endémica de América.

Además, dijo, se debe declarar a las águilas como patrimonio biocultural de la nación porque a la fecha están ignoradas, tanto así que en los desfiles no se habla de cuántas participan a diferencia de la mención de los caballos.

Explica, que en algunos códices se encontró el atlachinoli, un símbolo que representa la conexión entre el agua y el fuego, que los españoles relacionaron con la imagen de una serpiente y de allí la malinterpretación de “el águila parada en un nopal devorando una serpiente”. Los estudiosos señalan que en realidad significa la guerra sagrada entre el agua y el fuego; una lucha por saber qué es el bien y el mal; una dualidad que todo ser humano tiene.

KYYA

El doctor Jebaric tiene la custodia de Kyya, un águila que lleva a todas partes para cumplir con su misión de informar y difundir acerca de lo que significa esta ave y la biodiversidad. “Me enfoco a objetivos de difusión y divulgación de la ciencia en el tema de águilas y biodiversidad, por lo que asisto a escuelas, alcaldías, y lugares donde me piden dar mi clase magistral”, señaló a Misión Política.

Quiere hacer conciencia de lo que es la educación ambiental y para ello, con Kyya a cuestas luciendo su cinta blanca, recorre no sólo la Ciudad de México, en donde vive, sino otros estados a donde es invitado.

En su camino, turistas y pobladores en general se asombran, los señalan, se acercan para tomarse una foto, disfrutan de esta ave que luce tranquila y tierna, aunque algunos muestran cierto temor; otros más lo cuestionan del por qué lleva un águila, que si tiene el permiso para poseerla.

Y es cuando aprovecha para hablar lo más que puede de su propósito de enseñar, de que se valore este animal que puede convivir con niños y personas en general; les habla del significado como símbolo patrio. Es una clase nutrida ya que es egresado del Tec de Monterrey y de la Unitec, que lo avalan.

Platica dónde viven estas águilas, qué comen, como se desarrollan, los mitos que hay alrededor, cómo ha logrado que, a su señal, el águila vuele de un lugar a otro, que hay manejadores de águilas que trabajan en el aeropuerto para el control de palomas y otras aves que pueden ser absorbidas por las turbinas de aviones, “juegan un papel importantísimo para la seguridad de los vuelos”.

En los fines de curso de las escuelas le llaman para que Kyya sea quien otorgue los diplomas; en eventos especiales ha entregado anillos de compromiso para sorpresa de la novia; hace demostraciones donde la gente se emociona y maravilla de ver cómo emprende su vuelo y, como bumerang, regresa con su custodio.

Revela que es un ave doble in pronta, es decir, que tiene toda la capacidad para convivir con humanos y con aves, que cuenta con cuidados alimenticios y médicos, condición que aumenta su longevidad.

Por último indicó que sigue un plan de manejo muy detallado, técnico, específico y que cada año presenta un informe a la Dirección General de Vida Silvestre, de la Semarnat, porque, además de que los animales deben  ser protegidos, el águila es un ave muy especial, particularmente para los mexicanos

Y efectivamente, las águilas son majestuosas cuando surcan los cielos e imponentes cuando están en tierra, paradas en diversos sitios o lugares donde habitan, sujetas con sus poderosas patas con garras afiladas. Comprender su importancia nos llevará a sentir amor por los animales, a la vida silvestre, a la naturaleza para tener salud y equilibrio en este planeta que hoy más que nunca requiere de mejores condiciones para evitar las pandemias. Sí, debemos protegerlas pues las águilas son, simplemente, indispensables para la biodiversidad.

 

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