Las Otras Muertes, la Economía y la Recaudación

Por Alfredo Mejía Montoya

Mientras por un lado pasan cosas, por otro, pasan otras, y los hechos se siguen sucediendo uno a uno, sin detenerse, siempre pasa y lo que ha pasado desde hace dos años ahora ya es historia, historia que impactará indudablemente en la vida cotidiana de todos, de los ciudadanos, de las instituciones y en la vida entera del país.

Podemos hablar de los acontecimientos que se suceden día a día y que inciden en cada uno de nosotros, de una o de otra forma, en materia económica, de seguridad, educativa, comercial, de la delincuencia organizada y de la no tanto, del PIB, de las instituciones autónomas, del turismo, del avance de las obras insignias del gobierno federal, de los desempleados, de la falta de sincronía en el gasto y presupuesto, del desconocido INSABI, de la conversión de hospitales múltiples a hospitales Covid, de la falta de mantenimiento del Metro, de la baja recaudación federal que habrá en este año, del respeto al tratado de libre comercio, de las vacunas que no se han adquirido, del inicio a clases, de la saturación de hospitales, de los informes del INEGI, de la eterna baja del petróleo, del aumento de la gasolina, de los Secretarios de Estado que no aparecen, del dólar, de los programas sociales sin control ni trasparencia alguna, de la corrupción en las aduanas, de las protestas por la falta de medicinas y tratamientos en hospitales públicos, del subejercicio presupuestal en obras de infraestructura en el país y de muchas otras actividades que inciden en la vida cotidiana del Pueblo.

Todo ello requiere presupuesto, más o menos, no demasiado, pero si lo suficiente para sufragar los gastos públicos, sin embargo, para gastar o ejercer el presupuesto, hay que tenerlo, hay que recaudarlo de las actividades económicas gravadas en toda la gama del ciclo económico. Las condiciones económicas actuales del país no están para  recaudar; por ende, el Estado dejará de proporcionar los servicios mas elementales para los cuales fue creado, esto es, proporcionar servicios públicos a los ciudadanos, primordialmente Salud, Seguridad, Educación, servicios de agua potable, de energía eléctrica limpia, de infraestructura básica, implementar la rectoría económica acorde a las condiciones en que se encuentre el país, sobre todo en un año, en el que el mundo, no solo el país, está envuelto en una crisis económica de cadenas de valor.

Crisis por las indebidas y pésimas estrategias del gobierno federal dirigidas a un confinamiento físico absoluto, sin ninguna prevención en sustituir las cadenas de valor, sin perder de vista el círculo virtuoso de la economía, que no debía haberse detenido o en su defecto, considerar actividades esenciales a todas las que inciden grandemente en dicho círculo, o sea, casi todas, pero con disciplina, siguiendo los protocolos para evitar la propagación del virus vía contagio. En esas condiciones, las cadenas de valor no se hubieran detenido, no se hubieran roto, ni hubieran desaparecido miles de negocios, establecimientos, empleos, precisamente porque la cadena de valor de ellos, eran los proveedores de bienes y servicios que se encontraban confinados.

La ignorancia de estos conceptos de parte del Secretario de Salud Jorge Alcocer Varela, del Subsecretario Hugo López-Gatell y obviamente de la dirección e instrucción del presidente Andrés Manuel López Obrador, hizo patente este rompimiento.

La economía en los meses de pandemia, próximos a un año, ha dejado de operar y de crecer al ritmo que tenía en el 2018; bajando en 2019 sin crisis alguna; y cayendo estrepitosamente en el 2020, inercia con la que comenzó el 2021, situación que pone a las arcas recaudatorias del fisco federal en grave crisis, que redundará en menos ejercicio de presupuesto en todas las área fundamentales del país, como en la carencia de medicinas en el sector público de salud; en servicios hospitalarios, que actualmente se encuentran saturados, pues dichos hospitales no reciben a pacientes con enfermedades diferentes al Covid y los subrogados son escasos y las personas mueren al no ser atendidas, siendo causa de muerte de mexicanos la falta de capacidad instalada y presupuesto, lo que ha detonado las otras muertes en nuestro país y de las que no se habla en la tribuna mayor de Palacio Nacional.

Esto es, las otras muertes que no derivan del Covid-19, las cotidianas, las ocasionadas por enfermedades degenerativas, de infartos, derrames cerebrales o de cualquier otra causa, pero que no han sido atendidas en los hospitales públicos ni aún a los que tienen seguridad social, precisamente porque no hay hospitales que los atiendan, por estar dirigidos a pacientes Covid, y en consecuencia terminan muriendo en casa, sin servicios y sin medicamentos.

Cerrados los negocios por el perverso semáforo rojo, consecuencia de la incapacidad gubernamental de no controlar la pandemia, los que abrieron no están al 100% por los protocolos de salud, ello de una o de otra forma, redundará en la captación en los negocios de utilidades que generan contribuciones federales, que son las que mantienen la infinidad de servicios públicos del país. Al no haber recaudación, el gasto público será drásticamente disminuido y los servicios también.

La recaudación federal caerá a espectros nunca antes vistos, tal disminución afectará a los más elementales gastos públicos, esto provocará programas emergentes de fiscalización a sectores y contribuyentes que normalmente son pagadores de impuestos, alerta!; la caída del PIB – 8.5% traerá consecuencias funestas; los inversores tenderán a irse al no haber certidumbre en las reglas con el gobierno federal, las reformas en materia de energía eléctrica nos atrasará hasta 40 años, si se llegare a aprobar.

Solo existe presupuesto para las actividades del Tren Maya, Refinería Dos Bocas Aeropuerto y las actividades o proyectos en los que está incluida la SDN, ahí no reparan en gastos y por supuesto en los programas sociales en donde se reparten importantes montos del presupuesto en efectivo, programas que no tienen nada de transparencia y que  la ciudadanía ignora el por qué se distraen millones de pesos de esa manera, que no por justa, resulta inequitativa, y los emprendedores de los negocios, los que desplazan mercancías por diferentes partes del país, dejaron de hacerlo, no hubo plan de rescate, porque sus actividades resulta que no son esenciales, tampoco lo serán para efectos fiscales en materia de recaudación, y la merma afectará  a todos en su conjunto. Menos recaudación, menos gasto, menos servicios públicos, qué cosas, a donde vamos

freedomm

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