O de Cómo la Navidad Reinventó a Dickens
Por Horacio Armando Hernández Orozco
“El Hombre que Inventó la Navidad” (“The Man who Invented Christmas”), película británica de 2017, dirigida por Bharat Nalluri, basada en la novela homónima de Les Standiford; con la actuación de Dan Stevens (Charles Dickens), Christopher Plummer (Ebenezer Scrooge), Jonathan Pryce (John Dickens, padre de Charles Dickens), Morfydd Clark (Kate Dickens), Justin Edwards (John Forster/Fantasma de la Navidad presente) y Anna Murphy (Tara/Fantasma de la Navidad pasada).
Años después del éxito de Oliver Twist, Charles Dickens sufre dificultades económicas por el fracaso de sus últimos tres libros; quiere retomar su carrera con éxito, por lo que ante sus editores les pide un préstamo a contra entrega de su próxima novela, ellos le dijeron que el libro también sería un fracaso, ya que la Navidad (en ese momento) se consideraba irrelevante y poca gente la celebraba; así que, durante seis semanas Dickens se propone escribir y publicar su nueva obra para paliar las dificultades económicas por las que estaba pasando.
‘Cuento de Navidad’ constituyó uno de los grandes éxitos de Charles Dickens en 1843, y la cinta trata precisamente del proceso creativo de esta novela, cuando el escritor se encontraba en una crisis, no sólo financiera, sino también inspiracional.
REINVENTARSE O MORIR
Dada el rotundo fracaso de las tres novelas posteriores a Oliver Twist, ningún editor quiere publicar algún nuevo trabajo del Charles Dickens, se avecina la época navideña, el escritor se ha percatado de la ausencia de esta festividad, y del gran egoísmo que de la gente en Inglaterra; así que sólo cuenta con un préstamo de 300 libras y seis semanas para concluir y publicar su novela.
La cinta se centra en el proceso de creación de la novela Cuento de Navidad, pues el escritor al salir de una conferencia que dio con fines caritativos se da cuenta que cada día la gente es menos altruista y compasiva con sus congéneres, de hecho, es criticado porque la mayoría de sus personajes son gente del pueblo, humilde y pobre, así como pequeños ladronzuelos.
En esta ocasión, su personaje principal será un hombre rico, que ha trabajado duro, pero con avaricia y sin empatía alguna hacia los demás, así que, aunque cambió de protagonista no deja de criticar a la alta sociedad victoriana.
SIEMPRE, SIEMPRE PERSONAJES REALES
Durante una noche, de regreso a su casa, un hombre le ofrece en venta a dos niños pequeños, Charles Dickens se ofende por ello y corre tras esa persona, quien se escabulle por callejuelas y callejones de los suburbios londinenses, llegando a perderse en lo que es un panteón donde están enterrando a una persona muy adinerada, pero al entierro sólo asistió su socio.
Era sabido que Charles Dickens solía coleccionar nombres de personas reales, y los apuntaba en una libreta para ser luego utilizados en sus novelas; de hecho, esa libreta es visible en el Museo Dickens que está en Londres, pero no sólo usaba nombres reales, sino que sus personajes se basaban en personas de la vida real, y en esta ocasión, mezcló inspiraciones de la vida real con personajes imaginarios que se le presentaban en forma de fantasmas.
De esta forma consiguió establecer un nuevo estilo de escribir (creativo mágico), pues anteriormente, o todos los personajes eran ficticios o fantasiosos, o eran de la vida real, pero la mezcla fue una creación novedosa para muchos, al grado que podría decirse que la forma de crear personajes tuvo un giro de 180 grados, más cuando esos personajes imaginarios tenían mucho de humanidad y diálogos tan convincentes como cualquier mortal.
Obvio, el asistente solitario al entierro da vida a uno de los personajes más icónicos de su carrera: Ebenezer Scrooge.
CONVIVIENDO CON LOS PERSONAJES
Kate Dickens, esposa de Charles, contrata a una nueva niñera irlandesa, Tara, que sabe leer y escribir, quien una noche les cuenta a los niños una historia infantil de espíritus; Charles escucha el relato y queda sorprendido por el cuento, así que ahora Tara será su primera crítica literaria.
Resulta sorprendente cómo explorar la siempre convulsa e interesante trayectoria de las grandes figuras del arte, ya sean relacionadas con la música, la pintura o, como el caso, la literatura; pero lo trascendente de esta historia, es cómo Dickens convive día a día con sus personajes, al grado de que tienen diálogos mutuos y se cuestionan los aspectos motivacionales de cada uno.
La cinta destaca este tratamiento como rara avis que se da al escritor, haciendo un análisis de la condición del creativo y lo catártico del proceso de la escritura; convirtiendo las interacciones entre Dickens y sus personajes como algo habitual; hay una escena donde Scrooge trata de discutir con Dickens las razones del porque es un hombre tan avaro, pero el escritor le replica que no hay forma de justificar tanta mezquindad.
Varios de los personajes son inspirados en gente de la vida real, por ejemplo el camarero de un restaurante de apellido Haddock da vida al difunto Jacob Marley; su ex representante John Forster al Fantasma de la Navidad presente, la niñera Tara al Fantasma de la Navidad pasada; el pequeño Tiny Tim está creado a partir de su sobrino quien usaba una muleta; así que Dickens no sólo basa sus personajes en personas reales, sino que convive día a día con ellos, y así logra plasmar de más realismo a los mismos.
La animosidad de Charles hacia su padre en la vida real, se debe a la humillación de su infancia de trabajar en una fábrica de crema para calzado, después de que su familia fue llevada a la prisión por deudas contraídas irresponsablemente por su padre.
Dickens originalmente pretendía que el pequeño Tiny Tim muriera, pero Tara creía que la gente podía cambiar y sugirió que Scrooge salvara al niño; y aunque, Charles no podía creer que un hombre tan cruel y frío como Scrooge pudiera cambiar, le hizo caso a la niñera y así concluyó su quinto capítulo.
“Cuento de Navidad”, de Dickens transformó el modo de ritualizar la celebración, pero también la reformuló como eficaz territorio narrativo para historias de expiación y balance existencial.
Y como dijo el pequeño Tiny Tim al final de la novela: ¡Dios nos bendiga a cada uno!
¡Feliz Navidad! a nuestro amable lector…