Orquestan Ataques en mi Contra: AMLO

*No Informa Quiénes Están a la Cabeza del Compló

*El PEF Privilegiará a los Humildes, a los de Abajo

*No Usaría Dinero Público Para Comprar Lealtades

*Críticas no Harán que Pague Publicidad en Medios

Por Aura Mina

Insólita afirmación: hay un movimiento que se gesta en contra de mi gobierno: Andrés Manuel López.

Es muy claro que se trata de un agrupamiento que se está creando, yo digo en contra de la mayoría del pueblo de México, en contra de la gente humilde, de la gente pobre, para proteger a los de siempre, a los de arriba, explicó.

Hablaba del Presupuesto de Egresos de la Federación para 2021 que fue aprobado la semana pasada en “tiempo y forma” y que dará dinero a programas sociales “como nunca” para beneficiar a la gente humilde.

Seguramente el Presidente tiene “otros datos” y en base a ellos estima que hay un movimiento que pretende desacreditarlo. No ofrece pruebas. No da nombres. Repite los de antes: Frenna 1 y Frenna 2. No personaliza. Simplemente generaliza.

Al Presidente se le presentan problemas que difícilmente existieron en el pasado: el riesgo de ruptura del Pacto Fiscal –el Federal está firme, porque así se constituyó la República desde la Independencia-, los reclamos de víctimas, la ausencia de medicamentos en general pero específicamente para atender a los niños con cáncer; el desempleo que si bien muestra signos de recuperar los perdidos no crea nuevas plazas; los 100 mil muertos por Covid-19 y el millón de contagios; el aumento de la violencia causada por el crimen organizado y, el desfase con el sector privado que, parece ser, estiró la liga y está a punto de romperse con la iniciativa para regular la operación del outsourcing.

Sin embargo, ninguno de los graves problemas que enfrenta fueron creados por sus “adversarios” y nadie, hasta ahora, ha pretendido derrocarlo por lo que resulta insólita su afirmación de que hay un agrupamiento en contra de su gobierno.

Sí: hay críticas y severas que forman parte de la libertad de expresión consagrada en la Constitución, pero nadie apuesta por deponerlo.

Su postura profundiza la polarización que vive México, sus habitantes, desde el momento en que comenzó a calificar a diversos sectores no afines con su proyecto de gobierno, como adversarios y a los que acusó de estar acostumbrados a la corrupción y ahora que no “existe más” están “muy enojados”.

Con su denuncia-no-denuncia del agrupamiento en su contra muestra signos de debilidad y procura “despertar al México bronco” para que se convierta en el dique que le permita seguir descalificando sin consecuencia alguna.

NO COMPRARÁ LEALTADES

A finales de la semana, el viernes, el presidente López amaneció con la espada desenvainada. Primero con su descubrimiento de que hay un grupo que está en su contra (las unanimidades solamente se dan en las tiranías) y después con una frase dirigida a los medios de comunicación: no comprará publicidad para comprar lealtades.

Advirtió que el dinero del presupuesto no se usará para comprar lealtades en medios de comunicación ni para que hablen bien en la radio y la televisión, “que hablen mal porque así ahorramos”.

(Es parte de la austeridad franciscana).

“Es un timbre de orgullo porque estamos avanzando en la transformación porque antes la prensa, los medios, con honrosas excepciones, lo subrayo, se dedicaban nada más a aplaudir, a quemar incienso del (sic) presidente, no se podía tocar al intocable, ahora están ejerciendo a plenitud la libertad, antes negociaban con la libertad de expresión, era un buen negocio, por eso dueños de medios de comunicación, periodistas eran al mismo tiempo contratistas del gobierno”, expresó.

Insistió: “Ese modelo se agotó, si están pensando que con los ataques a mi gobierno se volverá a lo que era antes, a entregar miles de millones de pesos al presupuesto para que nos aplaudan, para que nos quemen incienso, no, imagínense cuánto nos estamos ahorrando, cuántas becas para niños pobres, cuánto dinero para atender a la gente más necesitada, no voy a utilizar ese dinero para el bienestar del pueblo, para comprar lealtades, para comprar conciencias, para que hablemos bien de mí en la radio y en la televisión, que hablen mal porque así ahorramos”.

El presidente compró el pleito con Reforma y El Universal de los que se ha referido como “pasquín” y “pasquín inmundo” por sus publicaciones en que demuestran cómo la corrupción no ha desaparecido sino que simplemente cambió de color.

La irritación presidencial que lo lleva a descubrir una conspiración –el compló-en su contra y a descalificar a los medios, podría ser resultado de que en su gobierno las palabras no se acompañan con los hechos. Y los pobres aumentan, la marginación se profundiza, el ciudadano pierde todo por el prurito de “ser de los de arriba”.

¿Qué quiere el Presidente?

Hay necesidad de repetirlo: la unanimidad solamente se vive en las tiranías.

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