Por Jesús Michel Narváez
Ignorar lo que pase este día en las elecciones de Estados Unidos y no entender que la probable reelección de Donald Trump representaría poner en juego el futuro del mundo, es ponerse en cubrebocas en los ojos.
Para nadie es un secreto que los primeros cuatro años de gobierno en la Unión Americana tiene un solo objetivo: seguir en la Casa Blanca los siguientes 48 meses. Y es ahí en donde los presidentes toman las más ácidas y peligrosas decisiones.
Con excepción del mandato de George W. Bush, obligado por la tragedia del 9 de septiembre de 2001, a iniciar la “guerra contra el terrorismo” y enviar miles de soldados a Afganistán, en donde muchos perdieron la vida hasta que encontraron en Abbottabad, Pakistán, y el grupo de élite no le permitió vivir más. Quizá Richard Nixon sintió temor por lo que harían los demócratas y por ello se arriesgó a formar parte del Watergate que finalmente lo hizo renunciar. Había ganado la reelección y las relaciones diplomáticas con China dieron inicio, con La Unión Soviética y su líder, Leonid Brézhnev guardó distancia sin mostrar jamás temor al poderío militar ruso. El resto de los presidente de los Estados Unidos actuaron con firmeza y a veces con osaría y soberbia en su segundo mandato.
Donald Trump no es un presidente confiable. Es irascible y dependiendo del ánimo con el que se levante toma decisiones al “aventón” que le han costado a Estados Unidos el repudio de decenas de países. Su relación con el dirigente de Corea del Norte, Kim Jong-un no aminoró la carrera nuclear del asiático no obstante las afirmaciones que hiciera constantemente.
La economía de Estados Unidos subió como la espuma apenas tomó posesión pero la pandemia del Covid-19 acabó con los sueños de los estadounidenses.
La guerra comercial que mantiene con China y que impide la venta de celulares y prohíbe mensajes por las redes provenientes de canales chinos, no ha beneficiado a Estados Unidos porque el gigante amarillo tiene en su poder el mayor número de bonos federales del “imperio yanqui”, que con la aplicación de aranceles que han sido replicados por el gobierno de Xi Jinping, cierra las operaciones comerciales en perjuicio de ambas naciones. Al habitante de la Casa Blanca le importa un comino el cambio climático y la naturaleza le responde con 10 millones de contagios y 250 mil muertos por la pandemia del Covid-19.
Nadie imagina de lo que es capaz Trump teniendo el poder por la relección. El mundo, casi todo, teme lo peor y mire que ya ha conocido de todo. Porque el improvisado político solo tiene en la mente ser la estrella del espectáculo y que nadie lo opaque.
Las elecciones de hoy en Estados Unidos, las más votadas según los analistas de Gallup, decidirán cómo será el mundo de mañana.
Los estadounidenses tienen la palabra. Porque Trump ya lo dijo: si pierdo no reconozco la derrota y háganle como quieran.
¡Ay populistas!
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