Por Jesús Michel Narváez
Después de conocer la declaración del nuncio apostólico Franco Coppola de que el Vaticano no prestará los 3 códices de los mapas de Tenochtitlan “porque con las leyes de México se corre el riesgo de que no los regreses, el Presidente López anunció que evalúa presentar una iniciativa en la Organización de las Naciones Unidas (ONU) para que el patrimonio histórico que se encuentra en otros países regrese a los pueblos de donde es originario y que sea un acto voluntario de quienes lo tienen, porque ha sido “parte de una política colonialista que ya no debe permitirse en el mundo”.
En su vasto mundo del conocimiento histórico, el residente de Palacio Nacional se impuesto la tarea de exhibir las piezas que corresponden a México con motivo de los 500 años “de la invasión” y 200 de la Independencia que habrán de celebrarse el próximo año.
Hace un mes, su esposa viajó a Francia, Italia, Holanda y Austria en busca de códices, piezas labradas, joyas y libros de historia que “pertenecen a México” y por lo hasta ahora informado su periplo resultó infructuoso.
Hasta ahora ninguno de los representantes de los países en donde se encuentran las joyas prehispánicas había respondido sobre la insólita petición. Fue el Nuncio, Coppola el primero en declarar que “se ve difícil” que el Vaticano “preste los códigos solicitados”, porque las leyes mexicanas podrían aplicarse y no devolverse.
Agregó que esto se debe a la actitud de algunos países, “no es fácil, hay mucha piratería. Las naciones que tienen las piezas no quieren devolverlas”. La exhibición de ellas en los lugares de origen debe garantizarse como algo mínimo, “son originarias de los pueblos y si están en museos del extranjero pueden ser visitadas por las élites de los países de donde provienen, pero no por el pueblo”. Explicó que no se pierde nada si hay exposiciones en México para que la gente vea esas piezas.
“Aún se verá lo que se consigue con los gobiernos”, expresó que el viaje de su esposa tuvo como misión “buscar que nos presten, sino es que nos devuelvan lo que es de México. Esas piezas históricas son para que se expongan el año próximo que se cumplen 500 años de la invasión a la actual Ciudad de México, antes Tenochtitlán, y 200 años de la Independencia. Vamos a conmemorar estas fechas dando a conocer la grandeza de México”.
La actitud de López no corresponde a la de un Jefe de Estado. Si se pretenden recuperar piezas que presuntamente son legítimamente propiedad del país, si es que no fueron compradas en subastas internacionales y por consecuencia debieron mostrarse los papeles de adquisición, debió iniciar gestiones diplomáticas no enviar a su esposa que no es primera dama, no es empleada del gobierno y no pertenece al servicio exterior.
Quizá la reacción obedezca a que el Papa Francisco no ha confirmado las palabras de López en torno a que le había enviado un mensaje en el que le pedía seguir la ruta de su gobierno. Él seguramente esperaba aprovechar el viaje y dejar sentir a los mexicanos que el Pontífice lo “apoya”.
Vaya vanidad. Y pelearse con Italia después de que lo hizo con España y seguramente lo hará con Francia, muestra la volatilidad de la política exterior de México, alguna vez reconocida como una de las mejores del mundo. Como eso es del pasado, también hay que borrarlo. Solo falta que ante la negativa del Vaticano se expulse al Nuncio y se cierren los templos como en los tiempos de Calles.
Eso es jugar con fuego.
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