Vacío de Información se Llena con Trabajo Periodístico y sin Ofensas

De Fondo

Por Jesús Michel Narváez

Pasaron 13 días para que los mexicanos quedáramos peor que en los días comprendidos entre el 17 y el 19 de octubre. Porque la “línea del tiempo” sobre los acontecimientos de Culiacán generó más dudas que respuestas; desnudó las mentiras, eso sí, de quienes negaron que el Presidente no sabía del operativo y de aquellos que afirmaron que la detención de Ovidio Guzmán fue fortuita porque ocurrió mientras los militares hacían un recorrido “de rutina”.

Lo que sí debe quedarnos claro a todos los que trabajamos en los medios de comunicación, es que al Presidente le irrita sobremanera la crítica y fue osado al señalar que “enseñaron el cobre” al referirse a todos, sí, todos los medios de comunicación.

Al Ciudadano Jefe del Ejecutivo federal no le agrada la prensa crítica. Lo ha demostrado en repetidas ocasiones ya en sus mañaneras, ya en sus discursos. Para él, quienes ejercemos la noble profesión de ser periodistas –aunque se indignen los malquerientes- no entendemos su proyecto de gobierno. Somos ciegos ante el cambio y la transformación y hasta perros que deberíamos mover la cola ante la presencia del amo.

Si el jueves 17 de octubre se difundieron las imágenes de lo que ocurría en Culiacán; si a través de las radiodifusoras se informaba de los hechos y si en las redacciones de los diarios se trabajaba arduamente para recopilar información, fue porque hubo un vacío de parte de los responsables de comunicar oficialmente lo que ocurría.

Reporteros, fotógrafos, redactores, jefes de información y directores estuvieron atentos a los hechos. Lo difundido en televisión y radio y publicado en los periódicos fue la realidad. No se privilegió la declaración de que se liberaba al presunto criminal “para evitar un baño de sangre”, porque lo importante era que el Ejército depuso las armas.

El mensaje de evitar muertes colaterales no fue suficiente para apagar el fuego encendido por la presencia de criminales armados hasta los dientes, como nunca se había visto.

Los hechos son los hechos. Le guste o no al Ciudadano Presidente.

Y las declaraciones son eso: palabras que se lleva el viento.

Y cuando se informa paso a paso de lo que ocurrió, 13 días después, es imposible que se borre lo escrito, lo difundido. Porque el vacío de información duró 13 días. Y contando.

Se sabe y bien que la transformación de un sistema de gobierno viene acompañado por severas resistencias. Que no son ni surgen de la prensa en todas sus vertientes. Inexplicablemente se acusa a los “pasquines” al servicio de los conservadores como los autores de la información generada por los HECHOS. Nada más falso. Ni son pasquines ni intentan servir a los conservadores sino a sus auditorios y sus lectores.
En todo lo difundo en medios electrónicos y escrito en diarios, no se ofendió a nadie. Se relataron los hechos. Y esa es la obligación de quienes tienen un micrófono, una pluma, una cámara: llevar los hechos hasta la ciudadanía. No solo la palabra presidencial debe ser divina.

Los vacíos de información oficial se llenan con trabajo periodístico. Nada más y nada menos.

E-mail: jesusmichel11@hotmail.com, jesusmichelnarvaez266@gmail.com, Facebook: jesusmichel, Twitter: @jesusmichelMx y en Misión, Periodismo sin Regaños lunes, miércoles y viernes de11 a 12 horas por ABC-Radio en el 760 de AM.

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