*Porque el Circo Político no nos Alcanzaría Para Tapar las Desgracias
*El Arca Nacional Encara una serie de Boquetes sin Ninguna Tapadera
Por Jaime Contreras Salcedo
En efecto, el circo político todavía está vendiendo boletos. Pero de una vez podemos adelantarle que el respetable con celeridad irá disminuyendo no tanto porque el morbo merme, sino más bien a partir de que no habrá mucho dinero como para gastarlo en cosas que, a la mera hora, no le cambiarán la realidad y, de distraerse más, pudieran causarle más deterioro en su ya de por sí debilitado patrimonio.
Mientras el César del virreinal palacio se dirigirá a las masas restantes para provocarles su ira y adrenalina, el pueblo bueno y sabio ya sabrá el resultado de la sentencia del pulgar. Hacia abajo, aunque el dueño de la mano correspondiente dirá que, conste, él votó en contra porque lo suyo, lo suyo, no es la venganza ni mucho menos. El oportunismo es otra cosa.
Y como se apelará a los tiempos electorales, en donde las urnas también serán ninguneadas, la realidad emergerá sin duda y la economía familiar se ubicará en primer lugar de las prioridades nacionales, en medio de una sonada debilidad del mercado interno, que no podrá paliarse solo con discursos o dinero regalado que se está tomando de otros programas hoy defenestrados y mañana eliminados, como el caso de los pobres fideicomisos, por citarles un caso bastante sonado en los últimos tiempos.
Es decir, amigos, no habrá una recuperación certera como lo intenta cantar y pregonar el señor de las mañanas por la sencilla razón de que no hay defensa que alcance para la desolada embarcación nacional. Las cifras oficiales últimas tanto del comportamiento de las principales variables como las de las expectativas de los agentes económicos que entrevista mes a mes el Banco de México así lo exhiben, así nos lo demuestran y estampan en el rostro.
Cuando los ministros de la Corte fallaban “a favor” de una inconstitucionalidad, la semana anterior, resulta que el Instituto Central nos daba a conocer cuáles eran los miedos de los analistas financieros al servicio no tanto de las empresas cuanto de propiciar mejores condiciones en los mercados, y ¿qué creen? las cosas están como para ponerse a llorar.
Estos expertos nos mandaban decir, al mes de septiembre, qué conste, que los factores que más podrán obstaculizar el crecimiento económico del país en los próximos días son, en este orden, la debilidad del mercado externo, la caída del mercado doméstico, la incertidumbre económica y la correspondiente en el caso de la política interna, así como la inseguridad pública en todo el país y, desde luego, la política de gasto público, que sigue sin dilucidarse para nada en el H. Congreso de la Unión. Nada más y nada menos.
Calculan los economistas y así lo reproduce el gobierno a través de los resultados de las encuestas, que el desplome de toda la actividad productiva en México andará cercano al menos 10 por ciento en todo el año que nos urge desaparezca de nuestras vidas, el 2020, Pero eso sí, veremos un espectacular repunte para el ejercicio venidero que pudiera rebasar la cifra ¡del 3 por ciento! Ya la hicimos.
Lo más interesante, no lo mejor, es que desde los patios palaciegos les tiene perfectamente sin cuidado todo lo que está sucediendo fuera de esos muros con sus murales patrióticos y patrioteros. La instrucción es bastante puntual: hagamos como que nos preocupan los pobres y cómo se irán disminuyendo porque buscarían otras latitudes (¿cuáles?), o en una de esas la pandemia hará de las suyas, daremos buenas cuentas a los que estén y demostraremos que nuestra estrategia es y será la mejor. Sin duda.
En tanto, en la terca realidad, seguirán a la baja variables como la inversión en las actividades productivas, comerciales y de servicios, ni hablar de sectores clave como la construcción, las manufacturas, la infraestructura o el turismo. Y se vendrán peores tiempos (si es que puede haber peores) en cuanto al empleo formal, como aquí se lo hemos documentado hasta el cansancio.
No pocas voces podrán decir que nos gana lo Contreras a estas alturas. Pero no hay tal. Son las cifras desnudas que ya han invadido el cuerpo social como una metástasis y que no saldrán en años, ni siquiera por mucho que hubiera un cambio de timón y de orientación ideológica en el sexenio venidero. Porque el daño está hecho y el cobro de facturas por el desgaste y la desilusión será mucho más alto que lo que ahora anticipan las tímidas e inocuas voces de la oposición deshilachada que tiene este país pobre, pobre país.
Esa que seguirá haciéndole el juego al que impone los temas de la agenda nacional en forma cotidiana. Quién desde el púlpito palaciego implorará al dios de los caudillos le dé la fuerza suficiente para que no se despierte el México Bronco que la teoría afirma que pudiera surgir en cualquier momento.
Porque la lumbre ya llegó a los aparejos hasta de los que antes también quemaban incienso por el solitario de la Puerta Mariana, el vecino del recinto juarista, el personaje de los corredores en donde, nos han contado, se paseara en otros tiempos el general veracruzano Antonio López de Santa Anna, uno de sus antecesores. Uno.
A ver si luego no nos sale con esa misma ideota según la cual la abnegada patria lo llamará cuántas veces sea necesario para sacar a buey de la barranca nacional. Porque entonces sí, que el chaparrón no nos coja confesados. O ni siquiera confesados. ¿O cómo la ve usted, querido amigo?
Por lo pronto, estas Lascas Económicas andan tirando todo tipo de piedras en el camino –que no migajas, porque primero hay que comer- para tratar de regresar con huellas claras el mal camino andado en el complejo y larguísimo laberinto en que nos han metido sin siquiera pedirnos opinión alguna. Y ya le esperan con cierta desesperación, hay que admitirlo, pero la semana entrante, en este mismo espacio. Jacs95@hotmail.com.