. Pese a la crisis que ha ocasionado la pandemia de Covid-19, México no tiene desequilibrios macroeconómicos importantes, un fundamento que permite a la economía nacional hacer frente a cualquier choque externo por el momento, aseguró la agencia calificadora de valores Moody ‘s.
Ariane Ortíz-Bollín, analista senior de la agencia calificadora, dijo que aún hay fortalezas dentro de la economía mexicana, pero preocupa las perspectivas “optimistas” de la administración con respecto al crecimiento que tendrá el país en los meses siguientes a la contingencia sanitaria.
“Si comparamos el nivel de deuda y el nivel de gasto de intereses e ingresos del gobierno es más favorable que otros países. México sigue sin tener desequilibrios macroeconómicos importantes que nos hagan pensar que haya choques importantes del sector externo”, explicó tras participar en el Seminario Anual de Moody ‘s, realizado de forma virtual.
Por estos motivos no se espera que el país, en el corto plazo, pierda el grado de inversión ante la agencia crediticia, aunque el Paquete Económico para 2021 presentado ayer por la administración cuenta con diferentes puntos para discutir, explicó.
“El crecimiento económico en México a mediano plazo será más bajo a lo que se tenía antes. Si bien esperamos un rebote de 3.8 por ciento para el siguiente año, no esperamos que el PIB se recupere en los próximos 3 años, hasta después de 2023. Esto es una marcada diferencia comparada con el G-20, habrá países que tengan una recuperación pero no tan lenta como la de México”, detalló.
Al tener menos crecimiento, hay menores ingresos para el gobierno y se vuelve “más delicado” el tema de las finanzas públicas, tema que es un factor importante para la calificación del país, mencionó refirió Ortíz-Bollín.
Aunque el gobierno ha hecho un énfasis en asegurar que los planes de austeridad planteados por la administración implican que no se eleve la deuda del país, factores como la depreciación del tipo de cambio y los apoyos a Petróleos Mexicanos (Pemex) implican que sí se eleve, explicó.
“La austeridad si va a impactar en la deuda, va a impactar 8 puntos porcentuales a nivel gobierno federal entre 2019 y 2020 y después a un ritmo más lento”, dijo la especialista.
Sostuvo que si bien, el gobierno tiene como fin transmitir confianza a las agencias calificadoras, inversionistas y mercados financieros al cumplir sus metas fiscales, pero si los supuestos económicos presentados en el presupuesto “no son creíbles y muy optimistas, y la forma de alcanzar sus metas es con medidas de corto plazo, podemos cuestionarnos sobre la sostenibilidad de las políticas públicas que se ponen en la mesa”.
“Sobre el optimismo del presupuesto, el gobierno cree que la economía se va a contraer 8 por ciento, nosotros en nuestro escenario base tenemos que la economía se va a contraer 10 por ciento, y eso está en línea con el mercado. Quizá lo más importante, para la validez o confianza de los estimados del presupuestos, es el PIB de 2021, por encima de 4.6 por ciento, un punto porcentual más de nuestros estimados”, argumentó.
Lo anterior, implica aumentar más la deuda con respecto a lo que tienen planeado o hacer más recortes, pero eso es cada vez más difícil. “Otra medida es dejar de apoyar otros proyectos, tomar una serie de decisiones que no están en el presupuesto porque sus supuestos son distintos”, dijo.