Por Jesús Michel Narváez
Esta tarde, como mandata la Constitución, el presidente de la República hará entrega de su Segundo Informe de Gobierno, en el que dará a conocer el estado que guarda la administración pública federal.
No habrá nada nuevo bajo el sol, porque el Ciudadano vive en un mundo paralelo al de la realidad y que de tanto disfrutarlo estima que es el verdadero.
Tomando como referencia los spots previos al desinforme, no es difícil adivinar lo que dirá.
Para empezar: todo está requetebíen. En la pandemia nos ha ido mejor que a España; en lo económico ya empezamos la recuperación. Y en la seguridad, con la otra estrategia, se ha dado seguridad a los ciudadanos.
Del empleo presumirá lo que ya anunció: con sus emblemáticas obras: Dos Bocas, Aeropuerto Felipe Ángeles, Tren Maya y Corredor Transísmico, se generarán 150 mil empleos.
Recalcará que apoyar a los pobres no es comunismo como –nunca- dijo el Papa Francisco. E insistirá que es la parte del evangelio, aunque los adversarios no lo vean así. Por eso les dice: tengan para que aprendas.
El presidente de la República nos queda a deber en muchos ámbitos, sino es que en todos.
Aceptando que la pandemia no es su culpa, porque no tiene la capacidad de crearla globalmente, en lo económico si es responsable. Con informes del secretario de Hacienda, su empleado y no jefe de las finanzas nacionales, en los 20 meses de gobierno que lleva el actual mandatario, se terminaron “todos los guardaditos” y el Fondo para la Estabilización quedó como el Ixtoc después de ser explotado: seco. Poco más de 300 mil millones de pesos más lo acumulado en algunos fideicomisos y los recortes salvajes a la administración pública, han sido destinados ¿a qué?…nadie lo sabe porque nadie lo informa.
A causa de la pandemia el gobierno se vio obligado a tomar drásticas medidas que arrollaron materialmente la economía. Cerrar la industria, comercio, empresa y oficina determinada como no esencial provocó la peor crisis en materia económica en la historia del país. Desempleo galopante, falta de liquidez en millones de personas, educación suspendida o mal programada, carencia de insumos médicos, rotura de las cadenas de producción, abandono de visitantes a las zonas turísticas, entre otros muchos de los males, sí son responsabilidad de la administración pública.
Sin embargo, en el mundo paralelo, el de la felicidad absoluta, no pasó, no pasa ni pasará nada que no sea otros anillos al dedo para consolidar la cuatroté.
Ya escucharemos el informe y el mensaje al pueblo. Doble contra sencillo que produce sarpullido y aumenta la división entre los mexicanos.
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