Ni la Pandemia ha Dado Auxilio al Medio Ambiente

A la Vuelta de la Esquina

*El Estudio Realizado por 250 Científicos y Expertos

*Aferrados a Modelos Obsoletos de Producción

Por Iván Ruiz Flores

Es probable que hoy martes hayamos llegado en el mundo a los 19 millones de contagiados y estemos rozando el millón de muertos por el Covid-19. Es casi seguro que para estos días México haya desplazado a Sudáfrica en el quinto sitios de infectados en el orbe, ya que la semana pasada estaba a un tris de lograrlo con 343,813, contra 516,862 del país africano.

Más allá de las cifras que muestran lo grave del panorama, mientras continúan los confinamientos en algunas naciones y la crisis económica en todas, es necesaria una reflexión acerca de hasta donde hemos logrado ese tipo de asesinos tan resistentes, debido a el abuso y la consecuente destrucción de la naturaleza en el mundo.

Desde 2019 hubo una advertencia casi premonitoria, cuando en un estudio realizado por 250 científicos y expertos de más de 70 países y publicado, la Asamblea de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente aseguraba que el mundo tiene a su disposición la ciencia, la tecnología y las finanzas necesarias para encaminarse hacia el desarrollo sostenible, pero que aún faltaba un mayor esfuerzo de líderes públicos, empresariales y políticos que se “aferran a modelos obsoletos de producción y desarrollo”.

Ese informe sugería pasar del modelo de desarrollo de “crecer ahora, limpiar después” a un modelo económico de “cero residuos”, la llamada “economía circular”, para el año 2050.

Si los países destinan a las inversiones de medio ambiente un 2% de su PIB, producirían un crecimiento a largo plazo tan alto como el que se proyecta actualmente, pero con un menor impacto en el cambio climático, la escasez de agua y la pérdida de ecosistemas.

Los estragos llevados a cabo por el Covid-19, no son pues un problema al azar, sino una necedad de todos.

Y lo decimos porque hace poco más de un año ONU Medio Ambiente fue claridosa al señalar que el mundo no está en camino de cumplir los Objetivos de Desarrollo Sostenibleni para 2030 ni para 2050 (ahora mucho menos) y se necesitan medidas urgentes ya que también se encuentran en peligro las metas del Acuerdo del París, y el progreso podría ser revertido.

Es claro que después de la pandemia no habrá como evitarlo y aquellas sugerencias de entonces casi serán imposibles de cumplir.

Una de ellas era fomentar dietas con menos carne, y reducir el desperdicio de comida. En 2019, el 33% de los alimentos del mundo se desperdiciaba, y el 56% se generaba en los países desarrollados. “Si esto no cambia, será necesario aumentar la producción de alimentos en 50% para satisfacer la demanda de entre 9000 y 10.000 millones de habitantes del planeta en 2050”, habrían expresado.

Otra medida sugerida era invertir estratégicamente en las áreas rurales para reducir la migración, y tomar ventaja de la creciente urbanización para aumentar el bienestar de los ciudadanos y disminuir su huella ambiental a través de mejores prácticas de gobernanza, planificación de uso de la tierra e infraestructura verde.

Hay quienes creen que será sumamente difícil, porque proyectos como el Tren Maya en México no serán suspendidos por el gobierno que lo considera un proyecto “estrella”.

Asimismo, decían, hay que frenar la marea de 8 millones de plástico que llegan a los océanos anualmente, un problema que aunque ha recibido atención mundial, aún no cuenta con un acuerdo global para abordarlo. Hoy el problema son las inversiones, que debido a la pandemia se canalizarán hacia otras necesidades urgentes.

Lo peor es que ya con la pandemia en este 2020 y no obstante la paralización de actividades en el mundo, la situación de deterioro continúa y, por ejemplo, la propia ONU señaló que los indicadores del cambio climático alcanzaron en mayo pasado una nueva magnitud: al ser el de 2020 el mayo más cálido registrado hasta ahora.

Además, las concentraciones de dióxido de carbono también establecieron un nivel estacional nunca antes registrado, de acuerdo a la advertencia de la Organización Meteorológica Mundial.

La ONU señaló con motivo de el Dia del Medio Ambiente efectuado en junio pasado:

“La gente se sorprenderá porque la respuesta al coronavirus no ha disminuido los niveles de CO2. Pero pasa como con la basura en un vertedero: a medida que seguimos emitiendo, se sigue acumulando”, precisó.

Según el Servicio de Cambio Climático de Copérnico en Europa, este mayo fue un 0,63 grados centígrados más cálido que el promedio de mayo de 1981-2010. Las temperaturas más por encima del promedio se registraron en partes de Siberia, donde estaban hasta 10 ° C más altas y causaron el deshielo temprano de los ríos Ob y Yenisei.

Lo mismo se observó en el oeste de Alaska, a lo largo de los Andes que limitan con Chile y Argentina, y sobre las regiones de la Antártida occidental y oriental. También hubo una temperatura mucho más alta que el promedio en el oeste de América del Norte, el extremo norte y sur de América del Sur, África central y sudoccidental y el sudeste asiático, dijeron.

Sí, son muchas cosas las que estamos haciendo no sólo mal, sino pésimo.

 

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