*Ejecutan al Juez de Distrito en Colima
Por Jesús Michel Narváez
Desde que se “cambió la estrategia” para combatir a los criminales y narcotraficantes, porque este “gobierno no es como los de antes”, los jefes y sicarios de los cárteles que operan en el país hacen lo que les viene en gana y no hay autoridad que se los impida.
El pasado viernes corrió como reguero de pólvora el rumor de que Nemesio Oseguera Cervantes (a) El Mencho, había sido capturado por algún cuerpo de élite del Ejército o de la Marina. La versión no fue confirmada pero tampoco desmentida durante las siguientes 72 horas.
Fue el presidente López, en su conferencia matutina cotidiana y celebrada el pasado lunes en Xalapa quien desmintió que el criminal, jefe del Cártel Jalisco Nueva Generación, hubiera sido detenido o abatido.
Ayer, la tragedia: el Poder Judicial de la Federación se vistió de luto. El juez (federal) de distrito asignado en Colima, Uriel Villegas Ortiz fue ejecutado.
Fuentes del Poder Judicial Federal informaron a este espacio que el crimen pudo estar relacionado con el hecho de que el Juez Villegas pidió el pasado 6 de marzo trasladar a Rubén Oseguera González, (a) El Menchito del Centro Penitenciario de Oaxaca al Cefereso 2 ubicado en el Salto, Jalisco. El cambio de penal aún no se realizó porque el hijo del líder del CJNG fue extraditado a Estados Unidos.
Es especulación. Sin embargo, el brazo ejecutor del CJNG alcanza hasta a los representantes del Poder Judicial Federal que son los responsables de seguir los casos y dictar sentencias a quienes participan en el crimen organizado o en el narcotráfico.
Asesinar a un Juez Federal es algo que no ocurre a menudo en ningún país del mundo en los tiempos actuales. Antaño, Colombia y Sicilia eran focos del narcotráfico global –antes de la globalización- y no era extraño que asesinaran a jueces de la causa y de ahí surgieron los juzgadores sin rostro, encabezados por Giovanni Salvatore Augusto Falcone y que asestó los más severos golpes a la mafia de la Cosa Nostra lo que terminó por costarle la vida el 23 de mayo de 1992.
¿Entramos ya en el camino de ejecutar jueces que juzgan a los criminales más temidos?
La responsabilidad no es de los Jueces que cumplen con su trabajo y dictan sentencias condenatorias. La culpa la tiene quien considera a los criminales “seres humanos”. ¿Cuántos juzgadores ejecutados hacen falta para que la fallida “nueva” estrategia contra el crimen endurezca las acciones?
Y por cierto ¿dónde estaba el secretario de Seguridad Pública Ciudadana y el Comandante de la Guardia Nacional?
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