Por Emilio Hill
Dame un referente y te daré una buena idea. Lo anterior, parece ser la premisa de Remi; Sans famille (Antoine Blossier, 2019), nueva adaptación del famoso texto del escritor francés Héctor Malot, que fue publicado en 1878. heredero de toda la estirpe de niños buenos salidos del arroyo y el sufrimiento como Gavroche, el pequeño guerrillero de Los Miserables (Víctor Hugo, 1862) e incluso Oliver Twist (Dickens, 1839).
Malot, con desparpajo, tomó muchas de las características y virtudes de los personajes mencionados para desarrollar a su virtuoso huérfano cantarín. Remi; el hijo de nadie, como se conoce en habla hispana al texto, es obligado en la educación de los niños franceses. Un pequeño que es vendido a un artista ambulante y por cuestiones del destino, o de la dramaturgia de finales del siglo XIX, se encuentra con su pasado, no tiene desperdicio.
En la nueva adaptación, la más famosa claro, es el animé de 1977-78, realizado por Osamu Oezaki y que es responsable de los traumas más profundos de la generación X, vemos la intención de Blossier para quitar buena parte carga dramática de la historia original. Y es que este filme con actores, dirigido al público millennial. hay que hacerlos sufrir con las desventuras del salado niño, pero no mucho, son la generación blandita y no se nos vayan a traumar.
En realidad, no es la primera live action que se hace de esta novela, existen varias, pero enumerarlas llevaría buena parte de esta columna. El filme de Blossier, un director más hábil que talentoso (A toute épreuve, 2014, es un ejemplo, ya que fue un mediano éxito de cine juvenil), decanta -vaya palabra- por el recurso fácil de que los actores interpreten un animé. De forma concreta el de finales de los setenta. Y ahí vemos pues a grandes estrellas del cine francés poner ojito Remi, antes que dar matices a sus ricos personajes.
El claro ejemplo de lo anterior es que en el papel de Vitalis esta la superestrella Daniel Autiel. El actor hace lo que puede ante lo estrecho del margen que deja una abigarrada narración que se come personajes y funde unos con otros para resumir la historia. En el rol de Remi, vemos al demasiado dulce Maleaumme Paquin que está bien, aunque sus esfuerzos se centran en interpretar a un dibujo.
Justo ese el problema de la actual adaptación: lo es de la caricatura, no de la compleja novela de Malot. Se puede ver, si uno no tiene grandes pretensiones y de plano se desconoce la historia original – cosa bastante difícil-, pero resulta una adaptación acartonada y presa de su propio mito mediático.
Si es un masoquista evítela, hay ojito Remi, pero leve. Y por el contrario, ¿le gusta lo ligero? Esta versión es lo suyo.