Por Arturo Lino Guzmán
Cuando te dedicas a esta increíble profesión que es el periodismo, te acostumbras a prácticamente todo, se viven momentos de mucha intensidad, de incomprensiones o de reconocimientos por cumplir con una labor social, te conviertes en testigo de primera mano de cosas importantes, algunas muy desagradables y otras altamente positivas, unas más que son motivo de satisfacción y otras que pueden ser causa de frustración.
Cuando ejerces el periodismo en sus diferentes facetas (reportero, columnista, articulista, fotógrafo, caricaturista, comentarista de algún medio electrónico, como directivo, como empresario, etc.) tienes la posibilidad de contar con un espacio y una tribuna para informar, formar opinión, pero cuando vives un episodio como el actual a causa del Coronavirus rebasa, por mucho, cuanto te hayas preparado y las palabras o lo que se pueda decir, se quedan cortas ante una situación de emergencia. Esto supera cualquier situación que hayas vivido porque su impacto es superior a la más fértil imaginación.
El Coronavirus ha trastocado nuestras vidas; de alguna manera ha sacudido las conciencias y nos ha hecho entender lo frágiles que somos como personas, pero en el ámbito social lo vulnerables que pueden ser las instituciones públicas y privadas cuando no están preparadas para atender crisis de salud o de eventos naturales catastróficos de gran magnitud.
Hoy es triste presenciar cómo un virus altamente letal, tiene prácticamente detenidas las actividades económicas y entre ellas al turismo que en tan sólo poco más de dos meses ha causado estragos y propiciará una nueva conformación de cómo deben hacerse los viajes en el futuro inmediato una vez que pase la pandemia. Al parecer esto llevará más tiempo del estimado, con lo que los efectos serán más profundos.
Si el turismo mundial cayó a cero, México no ha sido la excepción y las condiciones no serán propicias para reiniciar las actividades turísticas en los destinos nacionales, incluso aquellos que son predilectos y de gran demanda. Todas las predicciones se quedaron cortas e incluso se habla de una contracción de 7 por ciento del Producto Interno Bruto (PIB) para el país, en tanto para el sector de turismo se habla de hasta cinco puntos porcentuales.
Y es que, además de las evidentes caídas de ingresos en las compañías aéreas, las líneas de autobuses y en las empresas de servicios turísticos en las que se incluyen los hoteles y restaurantes, están en riesgo algunos eventos importantes para el desarrollo del turismo como ya referimos hace un par de semanas y que son El Tianguis Turístico, en Mérida, Yucatán programado para septiembre; el Tianguis de Pueblos Mágicos, en San Luis Potosí para octubre; La Guelaguetza, en Oaxaca en julio, además que se pospusieron la Feria de San Marcos; La Feria del Caballo en Texcoco y penden de un hilo otros más, pero dependerá de la evolución que tenga la pandemia en escala mundial.
En el caso del Tianguis Turístico ya empieza a escucharse en el ambiente turístico que septiembre es un mes muy cercano, que está pronto a sólo cuatro meses y que será difícil que muchos de los representantes de otros países, vengan a hacer negocios cuando la incertidumbre prevalece en el ambiente, pues no hay garantía de que los contagios ya no se den.
Se habla de posponerlo hasta el año que entra y ello es entendible en virtud de que la proximidad de la fecha. Si bien esto llegara a suceder, uno de los principales perjudicados será Acapulco, Guerrero, que le corresponde la organización de 2021. En todo caso se tendrán que hacer los ajustes necesarios, con las consabidas caídas en las citas de negocios.
Respecto a La Guelaguetza el año pasado, de acuerdo a cifras del gobernador Alejandro Murat, la derrama económica que dejó el evento alcanzó los 423 millones de pesos y el estado de Oaxaca llevaba un boom impresionante en turismo que lo hizo cerrar con buenos números.
Con relación a la Feria de San Marcos, el Secretario de Turismo de Aguascalientes, Humberto Montero de Alba aclaró que no se ha cancelado hasta el momento, todo depende de lo que dicten las autoridades de salud y el Patronato de este evento confían en que pueda programarse para el segundo semestre de este año, pero todo dependerá de cómo sea la evolución de la pandemia.
En otras noticias, hubo un cambio en la Secretaría de Turismo de Guanajuato que estaba a cargo de Teresa Matamoros. Ella fue sustituida por Juan José Álvarez Brunel quien al tomar posesión refrendó el compromiso de implementar acciones extraordinarias y responsables para dar brillo en turismo para el estado. La decisión del gobernador Diego Sinhué es acertada ya que la anterior titular pasó sin pena ni gloria y poco acercamiento con los medios y su promoción fue deficiente, basada en favorecer a las televisoras grandes. Ojalá cambien las cosas para bien de Guanajuato que necesita buenas noticias ya que está azotada por la delincuencia.