Por Jesús Michel Narváez
Evidente choque de trenes. Desde la Secretaría de Gobernación se descalifica y en Palacio Nacional se confirma: fue la Fiscalía General de la República la que elaboró el paquete de reformas para la procuración de y administración de justicia
Primero fue la secretaria Olga Sánchez Cordero, cuyo discurso pronunciado con motivo del 103 aniversario de haber sido promulgada la Constitución de 1917 que aún aporta el marco jurídico que tiene el país, mostró el desacuerdo existente con el fiscal Alejandro Gertz Manero quien con todo e invitación en mano para asistir al Teatro de la República en Querétaro, prefirió estar ausente. Doña Olga se descoció en la defensa de los derechos humanos y en entrevistas ha señalado que no concuerda con la desaparición del feminicidio y por el contrario, hará todo lo que esté a su alcance para ampliar el concepto.
Antes de ese discurso y frente a la desavenencia entre su colaboradora y el autónomo fiscal, habría dicho en una de sus mañaneras que no conocía el texto de la iniciativa que pretende reformas 9 artículos constitucionales y que no avalaría nada que sacrificara el respeto a los derechos humanos. Y después diría que será de Palacio Nacional de donde saldrá el paquete de reformas.
Es decir, lo realizado por el autónomo fiscal se irá a la basura.
Eso se entiende, a lo mejor no se leyó entre líneas y todo es una acción de gatopardo para que cambien todo y todo siga igual o peor.
Se advierte que el fiscal quiere ejercer a plenitud su autonomía consagrada en la Constitución y que en el gabinete presidencial hay descuerdo. Incluso, el propio presidente ha mostrado su incomodidad por el paquete de reformas.
Es una mala jugada desacreditar al fiscal, porque entonces ¿dónde quedó la autonomía?
Si la interpretación es correcta –todos los indicios apuntarían a ello-, hay un choque de trenes en los criterios sobre lo que representa una Fiscalía Autónoma.
No se trata de que el fiscal consulte al Ejecutivo ni a los legisladores federales para proponer reformas; cierto: corresponde al Ejecutivo –y formalmente la Fiscalía no forma parte de éste aunque sea el presidente y el poder legislativo los que puedan removerlo por falta definitiva o delitos graves- presentar la iniciativa, pero ello no elimina la posibilidad de que sea el órgano autónomo el que sondee el terreno para saber hasta dónde puede llegar.
Lo que se vive es la ausencia de un fiscal carnal o una estrategia perfectamente bien montada para que así aparezca ante quienes participan de la obra y que al final del día el paquete de iniciativas resulte peor saliendo de Palacio que de la Fiscalía
Gertz Manera ha desmentido su posible renuncia. Bien, pero aunque es autónomo tampoco se manda solo como no lo hace el titular de la Unidad de Inteligencia Financiera. Así lo dijo el Presidente.
Lo cierto es que no se entiende que un Fiscal autónomo no debe frenar sus acciones ante ningún poder. Y si se equivoca y el Senado lo releva, es el riesgo que debe correr.
La pregunta es: ¿La Fiscalía General de la República es autónoma o no?
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