“Jojo Rabbit”

Del Cine y las Leyes

La Fortaleza Moral Contra la Violencia

Por Horacio Armando Hernández Orozco

“Jojo Rabbit”, película satírica de comedia negra, dirigida por Taika Waititi, quien interpreta al imaginario Adolf Hitler, junto a Roman Griffin Davis (Jojo “Rabbit” Betzler), Scarlett Johansson (Rosie Betzler), Thomasin McKenzie (Elsa Korr), Sam Rockwell (Capitán Klenzendorf), Rebel Wilson (Fräulein Rahm), Stephen Merchant (Capitán Deertz) y Archie Yates (Yorki); estrenada el 21 de octubre de 2019.

Johannes “Jojo” Betzler es un solitario niño alemán de 10 años que pertenece a las Juventudes Hitlerianas y está entusiasmado por asistir a un campamento de entrenamiento, junto a su mejor amigo Yorki; vive con su madre Rosie, ya que su padre aparentemente está desaparecido en acción y su hermana Inge ha fallecido de influenza; el menor tiene como amigo imaginario a Adolf Hitler, quien le ayuda a superar sus miedos, pero siempre bajo el adoctrinamiento nazi.

Esta comedia de humor negro, no es la primera ni será la última en retratar y escenificar en forma de mofa a Adolf Hitler, ya antes lo hizo Charles Chaplin (El Gran Dictador) y Mel Brooks (Ser o no ser), pero ahora Waititi lo hace a través de la imaginación de un menor que está confundido entre su fanatismo nazi y la independencia moral.

LAS JUVENTUDES HITLERIANAS

Jojo y su amigo Yorki están contentos de asistir al campamento de entrenamiento de las Juventudes Hitlerianas, pero Jojo es ridiculizado por unos adolescentes al no ser capaz de matar a un indefenso conejo; así que en ese momento adquiere el mote de Jojo Rabbit, dando la idea de ser un cobarde; su amigo imaginario le dice que debe ser rápido y astuto como un conejo, por lo cual el apodo de Rabbit no es malo.

Las primeras escenas muestran cómo en el Tercer Reich, se ocuparon de convertir a niños y adolescentes en militantes del partido Nazi. A  través de las llamadas Juventudes Hitlerianas; miles de niños y adolescentes alemanes llegaron a formar parte de ellos, y algunos incluso se convirtieron en fieles seguidores de Hitler completamente dedicados a la causa a través de la cultura del odio y la influencia que esa ideología tuvo en la infancia del país.

Hitler decía que, quien tuviera a la juventud, tendría el futuro, así que el partido desarrolló un programa con el objetivo de preparar a los niños y entrenarlos para convertirse en soldados y militantes del partido en el futuro, quitándoles la posibilidad de decidir por ellos mismos o de tomar un camino diferente.

En 1936, la participación en estos programas se hizo obligatoria y cada niño del país debía inscribirse por ley, usar un uniforme y declarar su lealtad; los niños que no se unían eran enviados a campos de reeducación y sus padres incluso podían terminar en la cárcel.

NO HAY MAL QUE POR BIEN NO VENGA

Jojo trata de probar su valor y lanza una bomba, pero ésta rebota en un árbol y explota cerca de él, dejándolo con cicatrices faciales y una cojera permanente; durante su recuperación, se ve obligado a pasar el tiempo con su madre Rosie, quien trata cariñosamente de alejar el pensamiento nacionalista de su hijo.

El personaje de Rosie es el de una mujer valiente que nunca explica sus acciones, sino que se limita a actuar por lo que sabe que es correcto, dejando panfletos exigiendo una Alemania libre, y tampoco intenta desengañar a Jojo sobre las consecuencias de la barbarie nazi, ni critica el entusiasta apego de su hijo al régimen, porque sabe que es inevitable que él mismo se dé cuenta.

Rosie  es el reflejo del mundo más allá de las puertas cerradas del hogar, un testigo silencioso del aislamiento y también de la violencia de quienes se encuentran bajo el yugo del nazismo; para el niño, tanto su madre como la figura de Hitler son igualmente benévolas, pero a pesar de su inocencia hay una angustia existencial con la que debe lidiar, desde el hecho que su madre sea un ejemplo de la resistencia al nacionalsocialismo hasta sus propios cuestionamientos.

Jojo se debate entre la posibilidad de obedecer y acatar los postulados de su madre o atender a los consejos del amigo imaginario.

EL ENEMIGO EN CASA

El mundo de Jojo cambia cuando descubre que su madre esconde en el ático a Elsa Korr, una joven judía y que fue amiga de su hermana Inge, mientras su amigo imaginario, Adolf Hitler, le aconseja no entablar una amistad con la joven, quien en sus charlas le insiste en que debe dejar de lado el odio y dar paso al amor; sin saberlo, Jojo comienza a enamorarse de Elsa, y para evitar que se vaya, le dice que los alemanes ganaron la guerra.

La presentación de Elsa es un giro inesperado, da frescura a la trama y sirve de base para el mensaje central de la película: la independencia moral vence al totalitarismo.

Todo régimen totalitario pretende aniquilar la personalidad y el pensamiento libre, ya sea a través de la violencia y el miedo, o bien, mediante la ideologización; pero siempre existirá la esperanza directa, franca y firme que abarca la noción de la libertad personal como una forma de rebeldía contra el arbitrario poder.

Los ideales siempre sobreviven frente a la amenaza y los prejuicios; el nazismo utilizó el odio como una forma de dominio colectivo, que junto al racismo y la estigmatización del otro, son instrumentos que todo régimen totalitario utiliza como una forma de someter la voluntad del ciudadano para perpetuarse a través del tiempo.

Esta película invita a reflexionar sobre el autoritarismo y los peligros del poder, así como del ideal, la esperanza y la búsqueda de la bondad en medio de una encarnizada lucha por la conciencia.

Jojo Rabbit es una mirada sobre la inocencia de los niños y su enorme potencial para descubrir lo bueno en medio de una situación terrible, pero también del inapropiado manejo de los niños como militantes del nazismo que fueron completamente sometidos y alineados.

En México, las condiciones de extrema pobreza generan un equivocado modelo de superación a través del crimen, de lo cual se ha valido la delincuencia organizada para reclutar a niños y jóvenes en sus filas; y en reciente fecha, las imágenes con niños armados en Guerrero sorprendieron no sólo a un país tan violento como lo es México, sino al mundo entero.

Bernardino Sánchez Luna, consejero de la Coordinadora Regional de Autoridades Comunitarias y Pueblos Fundadores (CRAC-PF) señaló: “Nosotros hemos aprendido a defendernos del crimen organizado porque las autoridades no lo han hecho”; a su vez el secretario de Seguridad, Alfonso Durazo dijo: «Es lamentable que adultos irresponsables armen a jóvenes que no tienen, en el mejor de los casos, ninguna posibilidad de defenderse adecuadamente”; ante estas dos declaraciones ¿a quién le asiste razón?

La mejor respuesta la tendrá como siempre nuestro amable lector…

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