Ordena a los Legisladores, a sus Secretarios Pero no en Morena

De Fondo

Por Jesús Michel Narváez

Cada vez me cuesta más trabajo discernir lo que dice el Presidente. Habla de que está de licencia en el partido que fundó “porque gobierno para todos los mexicanos” –no añadió que un día con otro califica y descalifica a quienes no compartimos su forma de ejercer el poder- y deja en manos de los militantes de Morena la decisión de elegir a quien crean conveniente para dirigirlo en los próximos meses y quizá 4 años.

Dice que no se mete en los asuntos del partido ah, pero eso sí, en todo lo que corresponde al Poder Legislativo, en el que la mayoría de sus integrantes en la Cámara de Diputados y la mayoría de la minoría en el Senado, tienden el tapete rojo a sus órdenes y sumisos como en los viejos tiempos del PRI, acatan los deseos del “Señor Presidente”.

Dice que nunca le ha faltado el respeto a los periodistas, pero las descalificaciones en contra de Ciro Gómez Leyva y Héctor de Mauleón y desde hace meses de Carlos Loret de Mola y una decena más de comunicadores, muestran que cuando algo le irrita su defensa es el desmentido y llamarlos servidores del pasado, con los presidentes en turno y que les permitieron enriquecerse.

No ha mostrado una sola prueba de que mienten, manipulan o están al servicio de los “conservadores”.

Junto con periodistas están la familia LeBarón, el poeta Javier Sicilia, las organizaciones civiles y el INAI, del que repite “cuesta mil millones de pesos anuales y no sirve para nada”.

A los comisionados del INAI los trae a toallazos a raíz de que un particular solicitó conocer el estado de salud del Presidente y no solamente respecto a cómo funciona su corazón después del infartazo que sufrió durante la campaña, sino que se muestre un diagnóstico realizado por especialistas reconocidos sobre su estado mental.

Acusa de corrupción a quienes participaron en el sepultado el Nuevo Aeropuerto Internacional de México (NAIM) sin mostrar un solo documento que acredite su dicho. Desmintió públicamente a su secretario de Comunicaciones, Javier Jiménez Espriú, responsable de las auditorías practicadas y en cuyos contenidos no se encontraron actos de corrupción, pero el Presidente dijo que sí y justificó su dicho con una salida a la torera: claro que hubo corrupción… querían vender las hectáreas en donde está ahora el aeropuerto. ¿Y?… nada que ver como la obra cancelada.

Dice y repite que las instituciones de justicia nunca más se utilizarán de manera facciosa. Los casos de Rosario Robles, las acusaciones en contra de los autores de la Verdad Histórica de Ayotzinapa, la constante referencia a Felipe Calderón como de conocer las acciones de Genaro García Luna y un sinfín de señalamientos a otros exfuncionarios, muestran lo contrario.

Ahora sale con que en Morena no mete las manos y menos aún para imponer al o la nueva dirigente.

¿No sugirió dos encuestas? Y su escudera, Dolores Padierna no osó proponer la “tómbola”.

Medir con dos varas y cuestionar sus frentazos al pasado político de este país, me impide entenderlo. Ni modo: mi coeficiente intelectual no da para comprender lo que no tiene ni pies ni cabeza.

E-mail: jesusmichel11@hotmail.com, Twitter: @jesusmichelMx, Facebook: Jesus Michel y en Misión, Periodismo sin Regaños martes y jueves de 16 a 17 horas por ABC-Radio en el 760 de AM.

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