Por Jesús Michel Narváez
Cuauhtémoc Lazcano publicó en su cuenta de Facebook una foto, que no identifica fecha pero sí al personaje, Mario Delgado, ubicado en una sala de espera del pomadoso hospital ABC.
Sin entrar en la parafernalia, cuya definición coloquial es “Exhibición gratuita o alarde de medios que denotan riqueza o importancia, especialmente la que acompaña un acto o una ceremonia”, la presencia del coordinador de los diputados de Morena y presidente de la Junta de Coordinación Política en San Lázaro, es decir, el “jefe de jefes” en el recinto que alberga a 500 legisladores, podría haber sido una simple visita a algún familiar, amigo o importante en la toma de decisiones.
No obstante las excusas que pudieran encontrarse para justificar su asistencia, queda claro que forma parte de la clase fifí y que como Alfonso Durazo y Zoé Robledo no atiende las indicaciones del presidente de la República.
Sería lo de menos, aunque no dejará de ser irritante para quien, aunque se enoje por lo de Delgado, también se atiende en hospital privado: Médica Sur.
Lo realmente preocupante es el desenfado con el que los morenos atienden el tema del INSABI que h dejado a millones de personas en el abandono por cuanto a la atención de la precaria salud que viven.
El Presidente dice que “cueste lo que cueste” la atención en salud será gratuita. Como deseo es plausible. Como realidad, es difícil si no imposible, hacerlo realidad.
¿A quién le importan los pobres?
Probablemente a algunas organizaciones de la sociedad civil, porque el Gobierno no. A la 4t le importa sembrar para cosechar votos en 2021.
Y claro si todo sale como lo tiene planeado el Presidente y le va bien en la cosecha, a lo mejor deja de ser maderista en el 24.
Se gastado millones de palabras que quedaron en el papel, otras tantas en tiempos de radio y televisión y multiplicadas por cinco en las redes sociales para exaltar las virtudes del INSABI y mostrar los defectos del Seguro Popular, que ni era seguro ni era popular según el leal saber y entender del señor López Obrador.
La realidad, la terca realidad, termina por imponerse.
Y si bien el Seguro Popular mostró los dientes de la corrupción, el Instituto Nacional para la Salud y el Bienestar es impoluto y transparente por una sola y exclusiva razón: NO EXISTE.
Para los pobres-pobres, los de abajo y los clasemedieros reducidos a la pobreza, la desaparición del SP fue un severo golpe y el tiempo dará la razón. Porque no es campaña en contra del INSABI sino de su sistema de operación.
Claro, los ricos como el señor Delgado y otros que cobran salarios que hay quienes en su vida ganarán lo que en un mes recibe el diputado, podrán seguir disfrutando de los elegantes y costosos hospitales privados… mientras no surja la ocurrencia de nacionalizarlos o expropiarlos y que estén a cargo del Estado… como en los viejos tiempos de los setentas.
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