La Histórica Investigación del Caso Ayotzinapa de la CNDH

Tema Principal

*Son un Millón Cien Fojas con Múltiples Detalles

*Hay Elementos Probatorios que no Deben Desecharse

*Suman Varias Pruebas que no han Sido Argumentadas

*También Declaraciones Limpias de dos Inculpados

*Habla Larrieta Carrasco, Investigador del Caso

Por Gerardo Lavalle

Mil 300 tomos guardan la historia. Un millón cien fojas numeradas con detalles omitidos en otras investigaciones. Una recomendación final, de 2 mil 177 hojas, desenredan la madeja del caso Ayotzinapa. Declaraciones limpias de acusados que las hicieron frente a representantes del GIE, del ministerio público federal, del abogado de los presuntos delincuentes y de los padres de familia. No se incorporaron como pruebas. Tampoco los chats d “El Gil” que provinieron de Chicago.

Es el acucioso trabajo-investigación de la Comisión Nacional de los Derechos Humanos iniciada en diciembre de 2014, apenas dos meses después de la desaparición de los estudiantes de la Normal Isidro Burgos, en Ayotzinapa. La Oficina Especial para el Caso Iguala se ubicó en la cabecera municipal y su titular, José Trinidad Larrieta Carrasco, revela que “El Gil” fue quien ordenó la desaparición en aras de impedir que el cártel de Los Rojos se apoderara de la plaza.

Entrevistado por MISIÓN POLÍTICA, el responsable directo de la investigación rechaza que se parta de cero como ha propuesto el nuevo responsable del caso en la Fiscalía General de la República y plantea utilizar la información de la recomendación formulada el 28 de noviembre de 2018.

“Ahí hay muchos elementos probatorios que no pueden desecharse, por el contrario, deben de ser bien aprovechados para que no se den las liberaciones de las que hemos sido testigos. Han sido liberados indebidamente y para que vuelvan a ser reaprehendidos, pero lo único que haría falta es que se asomen a la recomendación, que se acerquen a ella, que la atiendan y que rescaten toda esa serie de elementos que van a ser muy útiles para los procesos y para las nuevas investigaciones”, advierte.

Pone el dedo en la llaga de la que mana el rencor, la revancha. Dice: “Por lo que hace la CNDH, en cuanto a las determinaciones y violaciones a derechos humanos, la investigación está concluida y el caso resuelto con base en las investigaciones que se hicieron, desde luego hace falta cerrar unos círculos, pero es una investigación profunda, exhaustiva, una sistematización de la información como nunca se ha hecho y me parece que eso no puede desdeñarse sino, por el contrario, debe tomarse en cuenta para arribar a buen puerto en esta investigación. Esa madeja ha sido perfectamente desenredada por la CNDH y es cosa solo de asomarse a la recomendación, porque toda aquella persona que quiera saber que ocurrió en aquella noche trágica, tienen que ver la recomendación de la CNDH y quedaran aclaradas todas sus dudas”.

De la “verdad histórica” reflexiona:

“El hecho de que se haya determinado llevar a cabo nuevas investigaciones, no puede significar que se dejen de lado los elementos y resultados de investigaciones realizadas con anterioridad, o que se determinen cuestiones negativas en cuanto a los procesos iniciados ya con base en estas mismas investigaciones”.

“EL GIL” DIO LA ORDEN

Conocida la liberación de “El Gil”, ocurrida el 3 de septiembre pasado -dos días después del informe presidencial-, el subsecretario de Gobernación en Derechos Humanos, Alejandro Encinas estalló en la mañanera del 4 de septiembre. Habló sin rodeos: La liberación de Gilberto López Astudillo, alias “El Gil”, sienta un grave precedente que va a afectar todo el expediente relacionado con la investigación.

Larrieta Carrasco aborda el tema: “En el caso de “El Gil”, liberado hace un mes, hay pruebas que nunca se llevaron ni se argumentaron, no se razonaron por parte del ministerio público, porque ahí están aquellos chats de Chicago en donde lo tienen mencionado e incluso en los razonamientos que hace la CNDH se llega a determinar que uno de los interlocutores en esos chats que no ha sido configurado bajo este razonamiento, uno de ellos es justamente “El Gil”, en donde él da órdenes a sus sicarios dos días después de los hechos para que se vayan a esconder y no sean detenidos”.

Abunda: “En el apartado 17 de la recomendación, o en el apartado 27 donde sí mencionaba a “El Gil”, en los chats famosos de Chicago, en donde él da la orden a la policía comunitaria, para que en aquella noche mientras estaban siendo agredidos los normalistas en Iguala, se impidiera el paso del cartel contrario, que se supone de Los Rojos, que entraría al territorio de Iguala, esas son pruebas que no han sido argumentadas, como tampoco hemos hablado de un par de declaraciones limpias, un par de declaraciones de dos inculpados que dan información suficiente para entender que fue lo que ocurrió aquel día, esas pruebas son concurrentes con lo que hay en la parte probatoria y son declaraciones limpias. Esto ante el señalamiento de que muchas declaraciones fueron por tortura, estas son declaraciones muy limpias, que además fueron vertidas ante el MP, en presencia del abogado defensor, en presencia de miembros del GIE, en presencia de representantes de los padres, de tal manera que son pruebas con valor probatorio preponderante y que nadie ha tomado en cuenta que los estudia y los señala la CNDH y que bien pueden ser llevados en estas circunstancias ante los Tribunales y evitar que este asunto se caiga en los juzgados”.

INVESTIGAR A LOS QUE INVESTIGARON

Dos días después de la liberación de El Gil, surgieron las versiones de que la Fiscalía General de la República iría tras el exprocurador Jesús Murillo Karam y el exjefe de la policía de investigación Tomás Zerón de Lucio. La especie n ha sido confirmad oficialmente. Murillo Karam salió a defender su “verdad histórica” y se declaró listo para atender el llamado de la FGR. Zerón no ha hecho su aparición pública.

¿La Verdad Histórica es real o un invento como se acusa hoy?, pregunta el reportero.

Para el titular de la Oficina Especial para el Caso Iguala de la CNDH es clara la necesidad de precisar las acciones.

“Es muy de tomarse en cuenta esta reflexión y, sí, hay que realizar una investigación sobre los que investigaron, hay que hacer una investigación sobre los criterios judiciales que utilizaron, pero también hay que ir al fondo del caso, por cuestiones diversas y porque hay pruebas que no pueden ser desdeñadas, una cuestión básica en las investigaciones es que en un expediente tenemos toda esa información de violación a derechos humanos, es decir una investigación criminal, incluso en la investigación periodística uno no puede dejarse de lado, ni ningún aspecto, ni ninguna información, si en el expediente tenemos toda esa información, que viene de aquellas primeras investigaciones que se realizaron en la Procuraduría del Estado y después quizá en la Fiscalía General, con la tesis de una verdad histórica, uno no puede dejarla de lado, lo que uno tiene que hacer es ver que parte de esta investigación se va consolidando conforme a las pruebas, esto es algo muy importante que tiene que hacer la Fiscalía Federal”.

Comparte el descubrimiento de la CNDH y deja la responsabilidad de confirmarlo a la Fiscalía General, a cargo de Alejandro Gertz Manero.

Durante la entrevista realiza un recuento y señala que la CNDH hizo una selección, un muestreo dentro de los 63 mil restos óseos encontrados en el Rio San Juan y también en  el basurero de Cocula, y encontró además de aquellos 27 restos óseos que mandaron originalmente a Innsbruck para ver si correspondían o no a los normalistas, pero es importante que estos 114 restos óseos que los peritos de la CNDH identificaron y que contienen materia orgánica susceptible de análisis genético sean llevados a Innsbruck también para que se identifique de una vez por todas si corresponden a los normalistas, y si son, habremos avanzado en un punto significativo del que todos queremos saber: el destino de los normalistas. Pero si no lo fueran porque la realidad del país refleja 40 mil desaparecidos, esos restos tendrían que pertenecer a alguien porque son restos de personas, de seres humanos y nadie se puede oponer a que sean llevados al análisis porque hay víctimas primarias y secundarias, y porque igualmente tienen el derecho a saber por qué tuvieron ese destino y saber quiénes son. Es un derecho que tienen las víctimas.

DEL GIE Y LA CNDH

En la investigación de los desaparecidos normalistas, que constituyó una de las manchas en el gobierno de Enrique Peña Nieto y que no se pudo limpiar ni con la “verdad histórica”, la participación del Grupo Independiente de Expertos (GIE) puso en jaque a la justicia mexicana, porque en opinión de los expertos los estudiantes no pudieron ser quemados en el río Cocula.

El Gobierno de la República dio por terminada la participación de los expertos y éstos despotricaron en contra de la decisión y buscaron a toda costa derribar la “verdad histórica” sin lograrlo. Ahora tienen una nueva oportunidad porque volverán a petición de la autoridad federal.

La CNDH no es un organismo favorito del presidente López Obrador, al igual que otros órganos autónomos. Desde la campaña el entonces candidato arremetió contra esta y ya instalado en Palacio Nacional ha desdeñado de las recomendaciones sobre las estancias infantiles y los recursos para los refugios de mujeres violentadas. La respuesta fue: no hizo nada (la CNDH) en el caso de la guardería ABC.

¿Usted diría que las recomendaciones de la CNDH se apegaron estrictamente a derecho y sin ninguna influencia política?, se le pregunta a José Trinidad Larrieta Carrasco.

“Absoluta y totalmente solamente inspirados siempre del lado de las víctimas y con un principio que explicamos en las consideraciones iniciales de la recomendación que es lo que guió las investigaciones de la CNDH: el derecho a la verdad, que corresponde a los familiares, a las propias víctimas, pero que también nos corresponde a todos como sociedad y estoy hablando también de la sociedad internacional porque recordara como fue puesto nuestro país a nivel internacional como consecuencia de este asunto.

Y concluye con la aseveración de que las nuevas investigaciones no iniciarán de CERO. “Asómense a la recomendación del 28 de noviembre de 2018”, porque Mil 300 tomos y un millón cien fojas numeradas con detalles omitidos en otras investigaciones guardan la historia de los 43.

Mientras tanto, las lenguas de doble filo dicen que hasta Palacio Nacional se escuchan las carcajadas de “El Gil”.

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