Por Jesús Michel Narváez
Afloro públicamente el pleito entre Ricardo Monreal y Martí Batres. Las descalificaciones del todavía presidente de la Mesa Directiva del Senado de la República en contra de su coordinador parlamentario y presidente de la Junta de Coordinación Política fueron más allá que un simple reclamo. Es una pelea fratricida.
“El senador @RicardoMonrealA ensució el proceso interno del Grupo Parlamentario de #Morena a lo largo de todas estas semanas y con una maniobra de último momento al dejar votar a legisladores que no eran de #Morena”, publicó Batres en su cuenta de Twitter.
Otro raspón en Twitter: “Durante meses el senador @RicardoMonrealA me persiguió y me combatió para sacarme de la Mesa Directiva. ¿Qué logró? Exhibirse como un político faccioso incapaz de encabezar un amplio movimiento. El riesgo es que regresemos a las épocas del cacicazgo y el poder de un sólo individuo”, agregó.
Y uno más: Lo han dicho otros y se corroboró hoy: @RicardoMonrealA es un factor de división en #Morena. Le hace mucho daño a nuestro movimiento”.
Queda claro que la división existe. Porque incluso Yeidckol Polevnsky intervino y pidió anular la votación. Y se lanzó contra Monreal.
Lo que no queda claro es que Batres sostenga que la elección para presidir la Mesa por el segundo año de la LXIV Legislatura corresponda a los senadores de Morena y cuestione que hayan votado los del PES.
Batres afirmó que no avala el resultado porque se permitió la votación en el proceso interno de miembros del PES y no del PT.
¿Acaso el Senado es propiedad de Morena?
Si bien Morena tiene mayoría (59) y suma 78 con sus aliados PES (5), PVEM (8) y PT (6), con lo que alcanza los 78, hay todavía 50 de otras fracciones parlamentarias y un independiente, cuyos votos cuentan porque también fueron elegidos aunque sea por primera minoría o de lista (plurinominales).
¿Habrá otra votación y se dejará a Mónica Fernández fuera del cargo?
A Batres cayó del cielo y conoció el infierno. Porque su sustituta es originaria de Tabasco y si no entendió la señal enviada desde hace semanas, mostró ingenuidad por decir lo menos.
De lo que no hay duda es que Monreal cobra facturas y con intereses. Haber sido el tercero en el podio para elegir candidato para la Jefatura de Gobierno, lo irritó, amenazó con dejar Morena e irse a leer. El Senado fue su premio. Y ahora está obligado a aguantar candela. Pleito entre familia que tendrá altos costos. Y seguramente el Ciudadano que habita en Palacio Nacional no meterá las manos para revertir la decisión.
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