*Subió Débito Casi Diez mil Millones de Dólares en un Trimestre
*Se Avizora la Entrega de más Obras de Infraestructura a Extranjeros
Por Miguel A. Rocha Valencia
Que conste, el Presidente me dio permiso de disentir; afirma que los buenos periodistas toman partido y yo lo tomé a favor de mi libertad de analizar y criticar al poder político y económico. Entonces, no se enojen.
Los números dicen que ahora el crecimiento de México se calcula en menos del 0.8 por ciento y el BID dice que a la mejor podría llegar al 0.9 por ciento, en el mejor de los casos.
Claro, el titular del Ejecutivo tiene otros datos y a pesar de lo que digan los expertos, afirma que sí habrá un crecimiento significativo hacia finales de año, pensando tal vez que al soltar el presupuesto y los “ahorros”, estimule la economía, cosa que no se oye descabellada.
Frente a esto, se ve una estabilidad sustentada en el creciente endeudamiento que algunos dicen, es inversión, lo cual no es cierto, dado que de poco más de nueve mil 500 millones de dólares que ingresaron en el primer trimestre de este año, fue por la colocación de bonos de deuda tanto de Pemex como de empresas del gobierno, que para el monto total del débito, resultan una pequeña parte, aunque sí “pegan” en el costo financiero, dado que los intereses oscilan entre el 1,669 y el 2,869 a siete y 20 años.
Hay que precisar que ya casi se alcanzan los diez billones de pesos, es decir, 456 mil 250 millones de dólares en deuda pública y que esto representa el 36.5 por ciento del PIB, con todo y la apreciación del peso.
Claro, la mayor parte de esa deuda es herencia que recibió López Obrador, él sabía de su existencia y lo que preocupa a los analistas, es el rápido crecimiento de los últimos meses ya sea por bonos M, Cetes, Udibonos y Bondes.
Pero además deben sumarse los recursos que ingresan por la vía de inversión privada directa que se andan ofertando para sustituir inversión pública en obras.
Esto es importante señalarlo porque los “ahorros”, y aunque se viole la Ley del Presupuesto de Egresos, no alcanzaría el dinero para los proyectos sociales que quiere el Presidente.
Esto independientemente de que para los proyectos enunciados en el sureste como Dos Bocas y el Tren Maya o el transístmico, se recurrirá en 90 por ciento a inversión extranjera, la cual obviamente, va a cobrar con la concesión de lo que construya. Ya se dijo que son empresarios estadounidenses quienes van a poner el dinero.
Es decir, se harán obras con dinero ajeno y se concesionarán por décadas esas estructuras para recuperar inversiones y obtener ganancias.
Será la misma gata pero con asignación directa a empresarios señalados por Estados Unidos. Lo dijo Jared Kushner, yerno de Donald Trump, al anunciar las inversiones por 10 mil millones de dólares para la realización de proyectos en el sureste.
Así que, por un lado, la deuda crece y por el otro se avizora la entrega de más obras de infraestructura a extranjeros. Entonces ¿En qué quedamos?