Tres Generaciones

La Tiendita de los Horrores

Por Emilio Hill

La negación del freseo de la Blaxploitation llega al foro principal del público millennial: la televisión streaming, en concreto la poderosa Netflix. Y lo hace con un personaje clásico: Shaft. El cual requiere un breve contexto:

Shaft, surge por principio de una exitosa novela, que así se titulaba, publicada en 1971. El autor, Ernest Tidyman realizó la adaptación fílmica. Fue dirigida por Gordon Parks.

Existieron algunas secuelas: Shaft Big Score (Gordon Parks,1972), Shaft en África (John Guillermin , 1973). Hay una serie de televisión que se transmitió entre 1973-1974 y en el año 2000 un filme protagonizado por Samuel L. Jackson:  Shaft (John Singleton, 2000).

Ahora, imbuida de las mejores intenciones para captar al público más joven llega una secuela más. Y como a los realizadores no les interesa quebrarse la cabeza con los títulos, la ha titulado de nueva cuenta Shaft (Tim Story, 2019).

El filme, está ligado con la entrega del 2000, aunque aparece Richard Roundtree, el Shaft original. Samuel L. Jackson, de hecho, es sobrino del personaje.

Resulta curiosa como en esta ocasión, en medio de una presión en la industria por satisfacer a la corrección política y las buenas causas, la esencia de los personajes se mantenga casi intacta: a lo largo de las casi dos horas del filme, vemos desfilar una serie de chistes sexistas, racistas y circunstancias algo subidas de tono, que hacen palidecer al más liberal de los millennials.

Lo anterior, resulta un elemento benéfico para la película, incluso audaz. El universo de la historia está pensado para el público setentero y no el de los políticamente correctos jóvenes de celular en mano.

La Blaxploitation género cinematográfico y literario que exacerbaba la violencia y el contenido sexual, se dirigía a la comunidad afroamericana estadounidense, con sus barrios bajos y música característica. Resultaba una propuesta audaz en una industria dominada por la soberbia y racista comunidad blanca de entonces. Por cierto, Theme from Shaft de Isaac Hayes, ganó en 1972 el Oscar a la Mejor canción original y es un clásico.

En esta ocasión, Shaft III (Jessie Usher) es un amanerado y snob – fifí pues- agente del FBI que no se ensucia las manos en la calle, ya que es analista cibernético. Su mejor amigo fallece debido a una sobredosis de droga, justo cuando se dispone a desintoxicarse. Lo anterior, despierta las sospechas del joven.

Inicia sin permiso de sus superiores la investigación, hasta que le dan una goliza en Harlem. Se ve obligado entonces a recurrir a su padre que lo abandonó muy pequeño: John Shaft (Samuel L. -prófugo de Nick Fury.-  Jackson), quien antes de atender al atolondrado frutito y abandonado hijo de sus entrañas, le paga a una chava que pasó la noche con él.

A partir de ese momento, el filme a veces juega con la Buddy film policiaca   y hace recordar a la estructura de la televisión detectivesca setentera y ochentera.

La realidad es que en su aparente intrascendencia, el actual Shaft se toma la molestia de perturbar con el lenguaje y ambiente al público millennial. Sobran las bromas hacia esta generación y es en este punto donde el concepto adquiere sentido.

La cereza del pastel, es la aparición de personajes de la primera etapa. Lo anterior no quiere decir que el filme esté pensado como un homenaje de época, cosa que también se agradece.

En resumen, sí uno entiende la jugarreta del concepto la película puede resultar entretenida. La narrativa es más afín a las series policíacas clásicas y no a la complejidad, a veces innecesaria de la televisión streaming.

Dame un referente sólido y te entregaré una película quizá entretenida.

 

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