Por Alberto F. Mena Mallén
Han transcurrido más de 10 años de que se prohibió la utilización de las bolsas de plástico en los supermercados de la Ciudad de México y aún no se han logrado implementar las medidas aprobadas desde agosto de 2009. Será hasta 2020 cuando, ahora sí se aplique esta decisión, especialmente por las presiones ejercidas a nivel mundial que determinan la no utilización de plásticos, particularmente de un solo uso.
La Comisión del Medio Ambiente, Cambio Climático, Protección Ecológica y Animal del Congreso de la Ciudad de México, ya aprobó el dictamen para prohibir la comercialización y entrega de bolsas de plástico en la capital, o tal vez lo mejoró. Este dictamen que prohíbe la venta y la entrega de plástico fue avalado en comisiones del Congreso local; de aprobarse por el pleno se podrá aplicar a partir de 2020.
En el documento se establece que habrá excepciones siempre y cuando las bolsas sean compostables, es decir, que sean biodegradables como mínimo al 90 por ciento en 6 meses. Se excluyen, las bolsas de plástico necesarias por razones de higiene o que prevengan el desperdicio de alimentos siempre y cuando no existan alternativas de biodegradacion, medida que quedó establecida en el artículo 25 de la Ley de Residuos Sólidos del Distrito Federal.
Existirá la prohibición para usar tenedores, cuchillos, cucharas, palitos mezcladores, platos, popotes o pajitas, bastoncillos para hisopos de algodón, globos y varillas para globos, vasos y sus tapas, charolas para transportar alimentos, aplicadores de tampones, fabricados total o parcialmente de plásticos. También entra en esta medida la distribución y entrega de cápsulas de café de un solo uso. Queda excluida la comercialización, distribución y entrega de popotes para asistencia médica, se puntualiza en el dictamen.
Para lo anterior la Secretaría de Educación, Ciencia, Tecnología e Innovación de la capital deberá instrumentar dentro de los 180 días posteriores a la publicación del decreto, un programa de asesoramiento a los productores de plástico de un solo uso, a efecto de que realicen una reconversión tecnológica, en la que se desarrollen alternativas de plásticos biodegradables.
Dentro de todo lo anterior se establece que las autoridades iniciarán, promoverán e implementarán programas de cultura ambiental y concientización dirigidos a la ciudadanía sobre el impacto negativo del abuso en el consumo de los plásticos de un solo uso, y las alternativas que existen para evitarlo, incluyendo su reutilización y reciclaje.
Como lo hemos constatado a través de los años estas actividades de promoción deberían de haber iniciado desde hace meses y no esperar a que ya comience la prohibición como ha sucedido con otras disposiciones, lo que evita que los objetivos que se persiguen no sean alcanzados en su totalidad y se tenga que prolongar las metas establecidas. Siempre hay prórrogas en nuestra ciudad, ya sea para pagar impuestos o sanciones administrativas, lo que castiga a quienes si son cumplidos con sus obligaciones.
Poco a poco se han estado sumando los Estados del país que están aprobado leyes que eviten el uso de plásticos para que la sociedad no los use indiscriminadamente como ha sucedido actualmente, lo que ha generado una enorme contaminación de mares, ríos y cuencas de agua, lo que a su vez mata a la flora y a la fauna que habita esos lechos.
La autoridad debería, aparte de crear leyes y normas que ataquen esta problemática, buscar la raíz del problema de los plásticos. Es decir, debería de obligar a quienes producen alimentos, particularmente, para que investiguen nuevos materiales que sean más amigables con la naturaleza y para ello, buscar normas, leyes y acuerdos con asociaciones industriales, comerciantes y de empresarios para empacar sus productos.
Muchas personas de la tercera edad, tienen el recuerdo de los lecheros en muchas ciudades del país, que utilizaban envases de vidrio o cristal para entregar sus productos hasta las puertas de sus clientes, pero con la creación de los artículos de plásticos, estos productores los utilizaron, particularmente por sus bajos costos, aunque altos para el medio ambiente, del cual hasta hace poco, se interesaron.
Los actuales empaques de la mayoría de los alimentos son plastificados, mientras que los menos son de cristal o vidrio, y los primeros generan muchas toneladas de basura que se recicla en una mínima parte. Además, las autoridades no se han preocupado por buscar caminos que eviten esta contaminación por plásticos. Tal vez se argumente que el vidrio o cristal sea más caro, pero si se aplican podrán reducir costos con nuevas investigaciones en mejores productos.
Tal vez la austeridad republicana de la 4T no tenga el alcance que México requiere para aplicar mayores recursos económicos a la investigación, a pesar de que en nuestro país y muchos mexicanos, son calificados para desarrollar muchos productos de nueva generación y que van acorde a estos nuevos tiempos de alta contaminación ambiental.
También habrá que recordar que la jefa de gobierno de la Ciudad de México, Claudia Sheinbaum al presentar el año pasado su programa de trabajo, destacó seis ejes principales: Igualdad y derechos, Sustentabilidad, Seguridad y cero agresión, Más y mejor movilidad, Ciudad de México, capital cultural de América, y el de Innovación y transparencia.
Además de darle rapidez a cada uno de ellos, a la sustentabilidad y a de innovación y transparencia, deberá agilizarlos más para que efectivamente pueda presumir que alcanzará los objetivos y metas que se requieren para, entonces si decir, que tendremos un México más sustentable y amigable con la naturaleza, sobre todo en una selva de asfalto en la que vivimos muchos millones de mexicanos.
Ya es tiempo de que nuestras autoridades se apliquen y no busquen pretextos que nadie les cree, con lo que pierden credibilidad al no ser congruentes, ni con ellos ni con los ciudadanos, al no cumplir con las necesidades de un pueblo que requiere de mejores autoridades y más participativos con los problemas que padecemos. Ya no hay excusas.
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