¡Gracias Señor Presidente…Trump!

Yo Campesino

Por Miguel A. Rocha Valencia

Así se oyó Andrés Manuel López Obrador ante el presidente de Estados Unidos, Donald Trump para agradecerle que nos retirara la espada de Damocles llamada “aranceles” en respuesta al endurecimiento de la política amlista contra los migrantes.

¿Agradecerle a Trump que el gobierno mexicano aceptara recorrer la frontera de Estados Unidos hasta el Sur, es lo mejor que puede hacer López? Peor, en un mal ensayado sainete, el gringo le manda mensaje al mexicano cuando éste festeja su primer año en el poder con una serie de mentiras, acusaciones y desatinos.

Por eso ¡Gracias señor presidente Trump por perdonarnos! Ahora habrá que preparar una disculpa valedera para quienes calificamos como “hermanos centroamericanos” y los corremos a patadas del territorio nacional, les impedimos el tránsito o les ofrecemos empleos que no desean.

¡Gracias señor presidente López! por mostrarnos tan sumisos al poder que en otros tiempos dijo que despreciaba y que le respondería de tú a tú. Hoy cambiaron los discursos. Para el de arriba todo, hasta la ignominia, y para los de abajo, rechazo y discriminación.

Pero, además, ya es tiempo de aclarar inexactitudes que se vuelven verdades en el oráculo de Palacio Nacional, como esa que afirma la existencia de opacidad en la concepción, diseño, licitación y construcción del Nuevo Aeropuerto Internacional de México, mejor conocido como NAIM.

Para empezar la obra se licitó internacionalmente y su administración también. Para ello fue necesario realizar estudios tanto de factibilidad, edafológicos y espacio aéreo; intervinieron organismos de la ONU como la Organización Internacional de Aeronáutica Civil y MITRE, que es una institución no lucrativa. La tarea en forma inició en 2013.

Pero existen estudios anteriores que marcan la zona de Texcoco, que incluye a otros municipios, como la mejor para la construcción de una terminal aérea de las dimensiones proyectadas.

Los administradores de la obra, Grupo Aeroportuario de la Ciudad de México, que hoy Gerardo Ferrando Bravo, tuvo la visoría y actuaría internacional.

Legisladores de Morena revisaron licitaciones, adjudicaciones, proyectos y los avances constructivos y no encontraron ninguna anomalía desde meses antes de que López Obrador ganara la Presidencia. El actual secretario de Comunicaciones, Javier Jiménez Espriú, reconoció que no había ninguna sombra de corrupción.

Es más, la Auditoria Superior de la Federación, sí encontró irregularidades, pero de carácter administrativo, que no implicaron corrupción, por 328 millones de pesos, frente a un universo de casi 300 mil millones de pesos que costaría la obra, como se publicó el primero de octubre de 2018, es decir, ya en esta administración

Pero eso es lo de menos, lo demás es decir porqué se canceló la obra, si además, queda claro que las mismas regulaciones internacionales dejaron en claro que no afectaba al medio ambiente y la propia obra ayudaría a mejorarlo.

Al “Nabor Carrillo”, que no es lago sino vaso regulador, no se le afectaría, por el contrario, se le canalizarían escurrimientos del NAIM.

Así las cosas, López Obrador debe reconocer públicamente que la obra se canceló porque él quiso ¡y ya!

Sería bueno si informa en que utilizarán los recursos fiscales para dar mantenimiento al actual Aeropuerto Internacional, ya que el TUA, el segundo más caro del mundo, está comprometido para pagar los ocho mil millones de dólares que se adeudan por la “fibra” que se contrató para el NAIM y que originalmente estaban destinados a mejorar el AICM.

Esto es que del presupuesto saldrá el dinero para dar mantenimiento al actual aeropuerto y construir Santa Lucía, salvo que esta última obra se privatice.

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