Cuándo Tendremos Derechos Plenos Como Mexicanos

*En la Constitución, Todos Están Contemplados

*La Realidad: se Hallan en el Papel  Nada más

*Atención a Cambio de Leyes Pero sin Beneficio

*Alimentación, Salud, Vivienda y Agua, Plasmados

Por Alberto F. Mena Mallén

Pasan los días y los meses, también años y nuestras autoridades no mueven ni una pestaña para enderezar o actualizar las normas y leyes que nos brinden seguridad y respeten nuestros derechos -que en toda nuestra vida no se aplican a cabalidad-, sólo nos prometen con palabras bonitas y argumentos no tan sólidos de que están trabajando en ello.

Sólo ajustan leyes que se necesitan conforme al mando en turno, como está sucediendo actualmente con la presidencia de la 4T en el país y Ciudad de México y las que se requieren para avanzar en una mejor protección de los derechos humanos, y qué esperen, al cabo es más importante el programa gubernamental que los ciudadanos, aunque se pregone lo contrario.

Reconocemos que para llevar a cabo los ajustes y cambios que se requieren necesitan de procesos a corto, mediano y largo plazo, pero pasa el tiempo y, lo vuelvo a decir, tienen tantos compromisos y chamba que se les olvida o son incapaces de actuar en todos los frentes, que ya no les creemos ante tanta incongruencia que se les ve y se les da.

Las Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos señala en su artículo 1° -De los Derechos Humanos y sus Garantías que «Todas las autoridades, en el ámbito de sus competencias, tienen la obligación de promover, respetar, proteger y garantizar los derechos humanos de conformidad con los principios de universalidad, interdependencia, indivisibilidad y progresividad. En consecuencia, el Estado deberá prevenir, investigar, sancionar y reparar las violaciones a los derechos humanos, en los términos que establezca la ley».

En su Artículo 4° nuestra Constitución establece de igual manera que «Toda persona tiene derecho a la alimentación nutritiva, suficiente y de calidad. El Estado lo garantizará». Pero qué sucede en la realidad, que los salarios que se pagan, sobre todo ahora con la austeridad republicana, no son suficientes, a pesar de haber aumentado los mínimos. Tal vez, para los mandos superiores, les alcanzará aparte de los gastos familiares, para salir de vacaciones, pero a los más amolados salarialmente, apenas lograran pagar alimentos y transportes. No más.

Aparte de los raquíticos salarios que percibe la mayoría de la población, las autoridades sanitarias no vigilan ni los procesos de elaboración de alimentos y menos prohíben aquellos en los se tienen dudas en cuanto a su contenido energético. Comenzaron con los refrescos a los que se le aplicaron mayores impuestos, pero no hay una vigilancia adecuada en muchos sitios en los que se expenden comidas, las que por baratas no tienen la calidad que se requiere para una mejor alimentación de las personas. Y vamos por el primer lugar mundial de obesidad. Ya tenemos el de la obesidad infantil.

Cuando platica uno con una persona mayor, las que conocieron realmente a nuestro México de antaño, cuando la alimentación realmente si era natural, no como ahora, que contiene muchas cosas artificiales o procesadas, se preguntan el por qué ahora las personas se mueren más jóvenes y la respuesta que ellos mismos se contestan es porque ahora consumimos más química que nos mata más temprano.

Igualmente, nuestra Carta Magna establece en este mismo artículo, que «Toda persona tiene derecho a la protección de la salud. La Ley definirá las bases y modalidades para el acceso a los servicios de salud y establecerá la concurrencia de la Federación y las entidades federativas en materia de salubridad general, conforme a lo que dispone la fracción XVI del artículo 73 de esta Constitución».

Muchos conocemos las dificultades que se presentan ante un servicio médico público saturado, luego de la desaparición del Seguro Popular, y que según el presidente Andrés Manuel López Obrador, ni es seguro ni es popular, pero también conocemos que servía de algo, particularmente a personas de bajos recursos económicos que eran atendidas sin problema alguno. Ahora ya ni eso, todos nos tenemos que formar en las largas listas de espera para que nos puedan atender y lo que es peor, mal atendidos por la prisa de los médicos por cumplir con la cuota diaria de pacientes.

Otro derecho consagrado en la Carta Magna es el de tener un medio ambiente sano para el desarrollo y bienestar personal y colectivo. El Estado garantizará el respeto a este derecho. El daño y deterioro ambiental generará responsabilidad para quien lo provoque en términos de lo dispuesto por la ley. Y aquí, permítanme una sonora carcajada, ya que lo vimos con los graves problemas de contaminación que tuvimos en el Área Metropolitana de la Ciudad de México, donde las autoridades encabezadas por la científica Claudia Sheinbaum, tardaron en reaccionar al problema, sin considerar la salud de los mexicanos radicados en esta zona

Toda persona tiene derecho al acceso, disposición y saneamiento de agua para consumo personal y doméstico en forma suficiente, salubre, aceptable y asequible. El Estado garantizará este derecho y la ley definirá las bases, apoyos y modalidades para el acceso y uso equitativo y sustentable de los recursos hídricos, estableciendo la participación de la Federación, las entidades federativas y los municipios, así como la participación de la ciudadanía para la consecución de dichos fines.

Y ya conocemos los problemas de desabasto que existen en la ciudad y área metropolitana, aparte de que también sabemos el enorme caudal del líquido potable que se desperdicia por las fugas que existen en toda la red hidráulica, además de la inequidad de entrega del líquido a las diferentes zonas de la Metrópoli. Y conocemos la falta de atención por parte de las autoridades en este rubro.

Otro de los derechos establecidos en la Constitución es el referente a la vivienda «Toda familia tiene derecho a disfrutar de vivienda digna y decorosa. La Ley establecerá los instrumentos y apoyos necesarios a fin de alcanzar tal objetivo. El tema de los damnificados del sismo del 19 de septiembre de 2017, quienes aún luchan porque las autoridades les brinden una mano para tener un lugar digno donde vivir, es otro ejemplo de lo que pasa con estos derechos.

Y ya no sigo porque me pondré a quejarme de nuestras autoridades que según ellos, trabajan para que todos vivamos mejor.

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