*¿Abstencionismo? Estructuras Partidistas Deciden el Triunfo
*La Capacidad de Movilización Resulta Fundamental
*PRD y PRI no Lograron más que el Ridículo
*Sin Cuadros y sus Gobernadores Dejaron de Operar
*Futuro: Para obtener Triunfos Necesario Hacer Alianzas
Por Alejandro Zapata Perogordo
En estas pasadas elecciones que fueron las primeras de la cuarta transformación, Morena se lleva las dos gubernaturas en disputa, obteniendo con ello la victoria en las posiciones más importantes de la competencia electoral, sumando ahora siete estados bajo su control.
No obstante lo anterior, la baja participación ciudadana que osciló entre el 22 al 38 por ciento, en comparación a la del año pasado que acudieron a las urnas alrededor del 63% del electorado, es un indicador del cansancio y poco interés que despertaron las campañas en la ciudadanía.
Lo cierto es que se esperaban triunfos contundentes de Morena, después de haber ganado la presidencial a la par de una muy amplia exposición en medios y el factor López Obrador que sigue con altos niveles de aprobación, dábamos por hecho que arrasaría en las elecciones, sin embargo, no ocurrió así.
El PAN pierde dos bastiones importantes, el desgaste natural después de haber gobernado durante treinta años Baja California, culminando con una administración sumamente cuestionada, irremediablemente se vio reflejado en las urnas. El caso de Puebla es diferente, la elección fue más competida, el candidato de Morena inició con amplia ventaja en las encuestas y a medida que se acercaba el día de la jornada fue perdiendo apoyo obteniendo alrededor de nueve puntos de distancia.
Ante elecciones donde predomina el abstencionismo las estructuras partidistas deciden el triunfo, pues la capacidad de movilización que cada uno tiene resulta fundamental. Así observamos en Tamaulipas, Durango y Aguascalientes un balance positivo para el PAN al obtener victorias importantes, colocándose en algunas regiones como una fuerza real de oposición.
Los grandes perdedores son el PRD y el PRI, que prácticamente no lograron nada más allá del ridículo, su potencial electoral queda para la historia, considerando además que cuadros importantes que antes militaron en esos institutos políticos se han inscrito en las filas de Morena y sus gobernadores dejaron de operar.
La nueva conformación y reacomodos de fuerzas ya inició con las pasadas elecciones, que nos dejan experiencias relevantes. Ante una situación con las características actuales, para obtener triunfos será necesario hacer alianzas, el caso Puebla es palpable.
Por otra parte, no vimos liderazgos emergentes o sobresalientes, en esa tesitura las estructuras juegan un papel relevante y ahí lleva ventaja el partido en el gobierno que echará mano de los programas sociales, así que la oposición está obligada a aplicar estrategias de contención.
Por último, tal como se advirtió el eje central y principal activo de Morena, que se convierte en el partido a vencer, es precisamente el Presidente López Obrador, quien por los resultados y la baja participación en los comicios debe estar tranquilo por una parte al sumar dos importantes Estados e inquieto por otra, ante la falta de contundencia que la daban por hecho y no llegó.