Por Jesús Michel Narváez
Por angas o por mangas, durante el gobierno de Vicente Fox se decidió cambiar el festejo del Día de la Libertad Expresión que se inició en 1951 y se pasó al 3 de mayo, fecha fijada por la ONU en 1933.
También por avatares del destino, Mario Vázquez Raña que hizo de la antigua Cadena García Valseca el emporio de la Organización Editorial Mexicana con 70 diarios, estaciones de radio, sitios de internet, cumpliría hoy, en este día de la libertad de expresión, 87 años. Falleció ya hace 4 años, el 8 de febrero de 2015.
En México vivimos la amenaza de la censura. Por diversos canales de comunicación se presiona, se amedrenta. Desde las mañaneras y la vocería presidencial hasta el personaje que limpia los pisos en las oficinas de la 4t, se cuestiona a la prensa, a los reporteros, a los analistas críticos. Se cuestionan los mecanismos de la propaganda política aparecida en los medios y se acusa a los periodistas de “chayoteros”. En las benditas redes sociales los bots se dan gusto atacándonos porque el Jefe Supremo ya emitió el juicio y la sentencia.
Tempos difíciles, quizá como nunca.
La libertad no tiene cortapisas. O existe o no.
Imposible ocultar los hechos. Pero ahora nos exigen el “periodismo de investigación” y cuando éste se realiza, surge la opinión oficial: yo tengo otros datos.
No importan los números contenidos en documentos oficiales. Los organismos autónomos parecen mentir todo el tiempo. El INAI ordena entregar información y hay dependencias que se niegan a hacerlo y otras la otorgan mutilada.
¿Cómo hacer periodismo de investigación si los datos oficiales no son aceptados?
Leer los comunicados que emanan de las oficinas de prensa de las Secretarías de Estado, de los organismos que conforman el gabinete ampliado y los de entidades como Petróleos Mexicanos o Nacional Financiera por citar solamente algunos, requieren de traductores del lenguaje de la 4t.
Y aunque no guste a la vocería presidencial, la nota es la nota y hay que ponerla en letras. O llevarla a los micrófonos y a las imágenes televisivas.
La Libertad de Expresión, garantizada por los artículos 6º y 7º de la Constitución, se acepta en las esferas oficiales siempre y cuando se “copie y pegue” el texto que envíen los (ir)responsables de la “comunicación”. Si alguien interpreta o añade información para dar contexto actualizado, “no informa, deforma”.
Es materia de examen la forma en que hoy se entiende la Libertad de Expresión y el Derecho de Réplica. Mientras a los ciudadanos de a pie se les limita el espacio para una respuesta, el Ciudadano Presidente replica enfrente de los medios, a través de la televisión y de la radio. No hay piso parejo.
Aun así, defenderos el derecho a la Libertad de Expresión con la vida, como lo han hecho decenas de compañeros que terminaron silenciados, asesinados, por el crimen organizado, los políticos intolerantes y los conflictos sentimentales.
¡Celebremos este 7 de Junio, aunque no haya eco oficial!
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