Lo que Vimos

La Tiendita de los Horrores

Por Emilio Hill

La crisis es el sino narrativo de la familia en cuanto a la ficción se refiere. Por lo menos uno de los de mayor fuerza. Lo anterior, claro, siempre y cuando el relato no transcurra por el camino de lo complaciente. La trayectoria de la ficción será el melodrama entre padres, hijos, hermanos.

Bien armado este asunto, puede entregar filmes de peso –en algunos casos de bastante trascendencia. No tiene desperdicio pues, que los hijos se den de “hijazos”, los padres de “padrazos”, y las madres… sirvan como pilar lacrimógeno en vías del entretenimiento cinematográfico.

Es el caso de Lo que Fuimos  (Elizabeth Chomko,2018), filme protagonizado por la casi extinta Hillary Swank, en el papel de Bridget, una mujer con un matrimonio más bien infeliz, que se tiene que enfrentar a la enfermedad de su madre: demencia senil.

El panorama narrativo se complica, ya que Burt (Robet Foster), esposo de Ruth (Blythe Danner), la mujer enferma, no desea enviarla a un asilo para no vivir en soledad, mientras Wick (Michael Shannon), hermano de Bridget y que tiene un sentimiento de fracaso prematuro, auspiciado por su padre, desea mandar a su madre a un asilo para ser atendida.

Este drama cinematográfico, en apariencia sencillo y que nunca se desborda, sirve para demostrar que la discreción y sobriedad narrativa son el mejor camino para construir un filme profundo y sereno sobre las complicadas relaciones familiares.

Porque los personajes de Lo que Fuimos, tiene luz pero no son virtuosos. Unos huyen del compromiso amoroso o filial y otros languidecen en su cobardía. Pero todos se ahogan poco a poco en el drama familiar, mientras Ruth, la anciana madre, olvida que es una mujer de más de setenta años y que está casa.

Vaya que en la narrativa de Hollywood, cuando se esmeran, estos dramas familiares en apariencia discretos pueden llegar a buen término, basta recordar la clásica La Fuerza del Cariño (James L. Brooks, 1983), en realidad Lo que Fuimos, no tiene tales alcances, pero pone de su parte y llega a conmover sin recurrir a la lágrima fácil. En cambio, le da al espectador, personajes de mayor riqueza emotiva, con sus virtudes y mezquindades.

El filme, recuerda en todo caso más a un drama mediano Mi Padre (Gary David Goldberg,1989), con el ya casi anónimo Ted Danson. El tono de la directora, especializada en series de televisión, es reflexivo. El filme se da tiempo para que el espectador se adentre en las dudas y sentimientos de los personajes.

La poesía narrativa de la película, radica en los ambiguos afectos que genera una crisis familiar, con diálogos bien logrados y un par de escenas memorables, llevadas también con discreción.

De vez en cuando, en medio del exceso hollywoodense, es bueno encontrase con el remanso de la sobriedad lacrimógena pero no plañidera. Eso es Lo que Fuimos.

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