De la Cárcel al Paraíso

La Entrevista

Por Joel Armendáriz

Aquellos que violaron la ley, que despojaron a los erarios estatales y dejaron las arcas vacías o que desde el poder sindical obtuvieron dividendos cuestionables por los que fueron procesados y encarcelados, están viviendo la mejor época de sus vidas.

Pasaron y pasarán de las frías celdas pestilentes y antihigiénicas a dormir en finos colchones y a comer alimentos dignos de los jeques.

Es la Cuarta Transformación que puso ya en libertad, porque los jueces los exoneraron -¿serán corruptos?- a tres personajes que en sus respectivos encargos cometieron presuntamente peculado, lavaron dinero, hurtaron obras de arte y hasta construyeron presas en sus envidiables ranchos.

Sí, en solamente cinco meses abandonaron su prisión domiciliaria Elba Esther Gordillo Morales y Andrés  Granier Melo; además, Guillermo Padrés Elías, dejó el reclusorio gracias a la bondad de Diego Fernández de Cevallos que ofreció las garantías económicas para que el sonorense caminara por las calles de Hermosillo luciendo su larga barba.

Y en una de esas, otros tres exgobernadores encarcelados estarían disfrutando de los dineros que, presuntamente otra vez, se llevaron durante sus gestiones como mandatarios de Veracruz, Tamaulipas y Quintana Roo.

De acuerdo con el Fiscal General de la República, Alejandro Gertz Manero, en la antigua PGR se utilizaban los recursos y la fuerza para atacar a los adversarios políticos.

Informó que en los primeros 100 días de su labor pudo comprobar que hay 300 mil averiguaciones (carpetas de investigación) sin concluirse.

¿Por qué los exgobernadores y la exlideresa del SNTE fueron encarcelados durante la pasada administración gubernamental?

¿Y por qué la actual, la amorosa, la pacifista, logra el desistimiento de los jueces federales?

Hasta ahora no ha quedado claro cuáles han sido los argumentos para justificar la liberación.

Cuando fueron aprehendidos y procesados y no sentenciados, el escándalo fue mayúsculo.

Hoy se les libera y exonera de todos los cargos que les fueron imputados por sus sucesores o por el mismo Gobierno Federal.

¿Cómo se borraron las evidencias y las “contundentes pruebas” que aportaron los procuradores generales de la República en el sexenio peñanietista?

Los ciudadanos merecen explicaciones. Porque todo de lo que se les acusó está debidamente registrado en autos.

Hay que recordar que a la maestra Gordillo se le acusó de haber formado una red internacional para lavar dinero. La cifra alcanzaba los 2 mil 500 millones de pesos. A sus propiedades, sin embargo, nunca se les aplicó la extinción de dominio.

El caso del exgobernador de Tabasco, tiene más enredos que una telaraña. Le fueron descubrieron 85 millones de pesos en efectivo, guardados en cajas de huevo. Presuntamente, otra vez, se demostró que usó indebidamente recursos del sector salud. Al exgobernador de Sonora le hallaron presuntos, otra vez, desvíos que fueran a parar a sus ranchos de nogal y ganaderos.

Los que ya vieron la rendija para abandonar chirona son los exmandatarios de Veracruz, Tamaulipas y Quintana Roo, que de ocurrir sus respectivas liberaciones gracias a su silencio político, exhibirán no solo a la extinta PGR sino al Poder Judicial de la Federación.

¿Hasta dónde perdonará la Cuarta Transformación?

Es la pregunta del mes.

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