Por Verónica V. González y Arnoldo Piñón
En un asunto político, más que económico, se han convertido las propuestas de modificar las leyes relacionadas con el ahorro para el retiro de los trabajadores administrado por las Afores, ante el costo político que tendría tomar una decisión equivocada todos permanecen inmóviles: nadie pone.
El poder legislativo anterior rechazó la petición de reformar el actual sistema de pensiones para promover el aumento de las aportaciones a las cuentas individuales de manera gradual y bajar las comisiones que cobran las administradoras, lo que garantizaría el bienestar de los trabajadores una vez retirados laboralmente.
Ningún partido mostró interés en impulsar la solicitud que en reiteradas ocasiones presentó en diversos foros Carlos Ramírez, en ese momento director de la Consar.
La misma historia podría repetirse en la legislatura actual, hace unas semanas, debido a la falta de acuerdos, la Cámara de Diputado decidió posponer la reforma a la Ley de los Sistemas de Ahorro para el Retiro, propuesta a finales de enero pasado, por el presidente Andrés Manuel López Obrador, en la que se busca ajustar las comisiones y diversificar la inversión.
Según el diputado morenista, Mario Delgado, hubo mucha confusión en el tema de las comisiones por lo que se decidió posponer el tema; para los diputados del PRD, la propuesta de modificar el portafolios de inversión busca abrir la puerta a la inversión en las obras que promueve el gobierno actual y que fueron base de su campaña: el tren Maya y la refinería en Dos Bocas, Tabasco.
A casi 22 años de haber entrado en operación el sistema de pensiones de cuentas individuales en nuestro país, diversos mecanismos de pensiones en el mundo se han modificado debido principalmente, al aumento de la esperanza de vida y al crecimiento demográfico. Durante este tiempo Chile y Argentina han hecho más de dos cambios.
En México, no obstante los estudios sobre el gran problema que se avecina de continuar la legislación igual, ningún partido parece tener interés en atender la situación complicada que enfrentarán las primeras generaciones de trabajadores, que reciban su pensión por el régimen de cuentas individuales, la cual se estima será de apenas la tercera parte de su último sueldo.
Ciertamente, la iniciativa del presidente López Obrador no será una solución, sin embargo, no existe una contrapropuesta viable; algunos diputados se han manifestado porque sea el Estado, en lugar de las Afores, el que administre el dinero del retiro, sin embargo, debido a las experiencias de antaño, no parece ser la mejor opción.
Más allá de las cuestiones, se requiere trabajar en una reforma integral que asegure que los próximos pensionados contarán con recursos suficientes para vivir decorosamente en la última etapa de su vida.
Urge que ejecutivo y legislativo trabajen conjuntamente en la modificación del sistema de pensiones, de mantenerse igual, en unos pocos años más el número de ancianos pobres continuará. Es necesario que en la perinola política todos pongan, para que todos ganen.
