Por Verónica V. González y Arnoldo Piñón
Será en cinco o seis años más cuando la primera generación de trabajadores se pensione de acuerdo al modelo 1997 de jubilaciones, es decir el de cuentas individuales o afores, como le llaman de forma sencilla.
En diversos foros se ha mencionado que, bajo dicho esquema los trabajadores recibirán una pensión insuficiente lo que afectará su calidad de vida; la tasa de reemplazo se estima representará apenas 30 por ciento del último sueldo.
El interés por mejorar la tasa de reemplazo se han realizado diversas campañas para promover el ahorro voluntario en las cuentas individuales y de esta manera se obtenga una mejor pensión.
Al cierre del año pasado dicho ahorro, sin considerar el ahorro solidario, reportó un saldo de 46 mil 254 millones de pesos, lo que significa un incremento de 18 por ciento en los últimos diez años.
Aunque el ahorro voluntario ha reportado un crecimiento relevante, este es aún insuficiente para paliar el bajo nivel de ahorro obligatorio del sistema de pensiones de nuestro país.
En un intento por mejorar los rendimientos de los ahorros para el retiro, el presidente Andrés Manuel López Obrador envió modificaciones a la Ley del Sistema de Ahorro para el Retiro; el objetivo es que haya más opciones de administración de los fondos de pensiones y con ello mejores rendimientos para los trabajadores.
Además, busca impulsar el ahorro voluntario y eliminar los requerimientos que obligan a que estos recursos permanezcan depositados por un periodo determinado, es decir que los trabajadores lo puedan retirar cuando deseen, aunque la intención es que precisamente estas aportaciones sirvan para complementar los recursos de la pensión.
Se plantea también que el ahorro voluntario no estaría sujeto a montos mínimos ni máximos y es susceptible de estímulos y beneficios fiscales establecidos en la Ley del ISR.
La aprobación de la iniciativa representará para el Ejecutivo Federal un logro importante para la administración, sin embargo, le queda aún otro pendiente, aumentar sustancialmente la aportación obligatoria, la cual desde hace 19 años no se modifica.
Una aportación del 6.5 por ciento del salario, como lo es actualmente, arrojará pensionados pobres, carentes de recursos para enfrentar los últimos años de su vida.
Especialistas en el tema estiman que el porcentaje mínimo obligatorio deberá ser del 15 por ciento, para que los trabajadores puedan tener pensiones dignas, aunque de acuerdo con la Comisión del Sistema de Ahorro para el Retiro 10 por ciento sería suficiente.
El caso de Chile, indica que no es así, pues no obstante que su aportación es del 10 por ciento, la pensión que reciben los trabajadores no les alcanza para vivir, de acuerdo con sus declaraciones.
Incrementar las contribuciones de los trabajadores, patrones y gobiernos requiere de una economía en crecimiento, que permita a los participantes contar con los recursos necesarios para ese fin.
Imposible aumentar las contribuciones de los trabajadores con ingresos bajos, de las empresas con utilidades insuficientes y del gobierno con ingresos bajos.
De mantenerse una economía con mínimo crecimiento el reto de la actual administración de incrementar el ahorro obligatorio y reformar el sistema de pensiones, que se espera a la mitad del sexenio, podría venirse abajo.
Hoy por hoy se requiere que México crezca en beneficio de todos los mexicanos, entre ellos de los pensionados.