Por Jesús Michel Narváez
Mandar al diablo a las instituciones fue un mal ejemplo y otros hacen lo mismo.
El dueño del Partido Encuentro Social, Erick Flores, llamó “cobardes” a los magistrados del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación por haber ratificado que perdió el registro como institución de carácter nacional al no haber alcanzado el 3 por ciento de los votos en ninguna de las elecciones federales celebradas en julio del año pasado.
Desde agosto de 2018, el Instituto Federal Electoral determinó que el partido perdía su registro, junto con Nueva Alianza y mientras el creado por la maestra Elba Esther Gordillo no hizo más ruido que el permitido al recurrir a las instancias correspondientes, el PES inició el largo proceso de reclamaciones: contar voto por voto, casilla por casilla; reconocer que “miles” de sufragios otorgados a Morena y al PT, eran suyos; que el voto ciudadano le concedió más de 50 diputados federales y una decena de senadores y por tanto “tenía más del 3 por ciento de la votación federal”.
Una a una, se cumplieron las demandas.
Y una y otra vez, el resultado fue el mismo: no alcanzó el umbral marcado en el artículo 41 constitucional.
Sin embargo, Flores no quitó el dedo del renglón y nombrado súperdelegado del Gobierno federal en el estado de Morelos, supuso que contaba con el respaldo presidencial para presionar a los magistrados del Tribunal Electoral.
Un magistrado, de cuyo nombre nadie se quiere acordar, elaboró el proyecto en el que estimaba que el PES, al tener bancadas en la Cámara de Diputados y el Senado de la República, había obtenido el reconocimiento ciudadano.
Dejó correr la versión a través de su cuenta de Twitter, lo que representó una violación a la legislación electoral. Una sentencia no puede ser conocida públicamente antes de aprobarse o rechazarse en el Pleno.
Finalmente la legalidad se impuso y el Tribunal, contra todos los pronósticos, confirmó ser una entidad autónoma.
Con una autonomía puesta en duda después de que la entonces presidenta del organismo, Janine Otálora, votará a favor del triunfo de la candidata del PAN-MC-PRD al gobierno de Puebla, Martha Érika Alonso.
La presión subió de tono y dos semanas más tarde, la magistrada fue obligada a renunciar a la presidencia.
Flores tomó la decisión de los magistrados como una ofensa personal y optó por llamarlos cobardes.
Habrían sido valientes, seguramente, si deciden que el PES conservara su registro nacional.
Pero como lo perdió, al mismo tiempo perdió el privilegio de recibir las prerrogativas legales que le otorga la Constitución a los partidos con registro. Y perder 350 millones de pesos anualmente no es cosa menor.
Adiós al PES y GLORIA al Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación.
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