*Habla AMLO de confrontar, pero ofende, exhibe y nos echa a pelear
Por Miguel A. Rocha Valencia
Nuevamente se usó a los medios para linchar esta vez a empresarios a quienes se acusa de haber realizado un video que habla de la etiología del populismo. Fue el encargado de la Unidad de Inteligencia de Hacienda, Santiago Nieto quien hizo la acusación.
Pero la misma, la hizo el funcionario hacendario no desde el punto de vista fiscal, sino electoral pues dijo que se trató de una propaganda negra contra el hoy presidente, su jefe, López Obrador.
Si de eso se trata, también habrá que investigar como dice Santiago Nieto, a escritores de talla internacional que incluso hacen mapas y explican las formas de desarrollo populista que concluye en regímenes dictatoriales.
Ahora bien, si lo que el titular de inteligencia Financiera quiso decir es que se investiga quien financió dicho documental, y si existe dinero fiscal derivado de las prerrogativas a partidos, entonces se equivoca, pues debe ser la autoridad electoral la que indague y en todo caso, presente la denuncia.
Y si ya existe una denuncia que es investigada, entonces ya se violó el debido proceso pues se revelaron nombres de empresas y personas lo cual, conforme al principio de secrecía en estos casos, no se cumplió.
Aquello pareció más una revancha. El perfil es el mismo del líder populista que de acuerdo a revista de la facultad de Derecho de la Universidad de Uruguay tiene como características el autoritarismo, liderazgo carismático, antiliberalismo, pueblo, anti pueblo y nacionalismo.
Parece traje a la medida de quien hoy ejerce el poder y permite el linchamiento de cualquier persona, institución pública o privada a través de los medios, en cadena nacional, lo cual desdice el discurso de no confrontación, reconciliación nacional y exacerbación de libertades. Lo convierte en vil demagogia.
Porque además, no hay quien prohíba escribir o realizar documentales con datos para expresar ideas, realizar análisis o simplemente decir lo que se quiere.
Se trata entonces de un atentado a la libertad de expresión y al derecho de la sociedad a estar informada. Es un sesgo intimidatorio que no debemos permitir.
Parece el signo de la actual administración es; si no estás conmigo, te desacredito, te difamo, acuso aun sin pruebas para que la sociedad te linche. Así lo hicieron con el Poder Judicial, así con organismos independientes, organizaciones civiles. Se les salpica con el lodo de la corrupción aunque no lo merezcan con la clara intención de justificar su desaparición u obligar a renuncias.
Después de lo del jueves en Palacio Nacional, sólo me queda una pregunta: ¿Qué pensará Olga Sánchez Cordero, ex ministra de la Suprema Corte de Justicia de la Nación de todo esto?