Por Jesús Michel Narváez
Aunque entre Rocío Nahle (SE), Octavio Romero (Pemex) y Arturo Herrera (SHCP) hay divergencias por el inicio de la refinería de Dos Bocas, el presidente López Obrador atajó la versión de que hay atrasos y que no la obra se iniciaría sino hasta fines del presente año.
Es público el choque entre los personajes que dirigen el sector energético y el subsecretario de Hacienda. En diversos foros y publicaciones se revela que no hay química y no sanguínea sino política entre los tres.
No son los únicos que tienen puntos de vista diferentes. Y quizá pudiera comprenderse por el cúmulo de opiniones de expertos en materia energética.
El sector financiero en México y las calificadoras en el exterior, coinciden en que es un error construir una nueva refinería en lugar de comprar alguna en Estados Unidos en donde están de “barata”.
Los números dicen que comprar una del otro lado del Río Bravo no sería mayor de mil millones de dólares el costo y construir una nueva alcanzaría los 9 mil millones de dólares aunque en las cuentas gubernamentales se hable de 6 mil.
Otro punto que argumentan los opositores a la edificación de la refinería de Dos Bocas es el tiempo que tardará en operar.
Y uno más: el impacto ambiental que se afectará por la obra.
Sea como fuere, el presidente desdeñó las observaciones y confirmó que se realizará la obra y será en tiempo y forma.
Con esto trata de poner en su lugar, el que les corresponde, a sus colaboradores y deja claro que sus decisiones no se objetan en su gabinete.
Fuentes extraoficiales filtraron las versiones de que el domingo, con motivo de la conmemoración de la expropiación petrolera, el presidente López Obrador anunciará nuevas inyecciones de capital a Pemex y confirmará públicamente y ante los trabajadores petroleros e inversionistas del país, que a Tabasco llegará la Refinería y que no hay vuelta de hoja.
La postura presidencial es inamovible. Quienes supongan que comete un error, estos sí, se quedarán con las ganas de enterarse que la obra fue cancelada.
Y bajo la óptica de que tendrá que realizarse en tiempo y forma, Nahle y Oropeza tendrán que dejar de lado sus diferencias en materia energética y Esquivel se verá obligado a buscar recursos presupuestales para cumplir con la instrucción presidencial.
Salvados los escollos legales: medio ambiente, estudio de impacto, contratación y licitaciones, Dos Bocas sería la primer refinería en construirse en las últimas cinco décadas. Porque la anunciada por Felipe Calderón y que se ubicaría en Tula se fue por el drenaje profundo.
La nueva, se presume, tendrá los mayores adelantos tecnológicos aunque para el año 2025 los autos no consumirán gasolinas.
Eso no importa.
Dos Bocas va, me canso ganso.
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