A Seguir Aguantando

Por Alberto F. Mena Mallen

Ante el infortunio, sonrisas y buena cara.

La pésima comunicación oficial de la 4T que ha operado durante todos estos años, particularmente con lo de la pandemia, ha generado un mal comportamiento ciudadano, al no saber qué hacer o al dejarle las riendas sueltas para que hagan lo que quieran, como la falta de procedimientos para controlar multitudes, o como el aplicar más pruebas o seguimiento de contagiados, lo que provoca a su vez su repunte, así como más hospitalizaciones en todo el sistema de salud.

El presidente López Obrador en el transcurso de su gobierno no solo se ha cansado de afirmar que “todo va bien”, que “no nos preocupemos”, que “todo está bajo control”, pero los muertos continúan, los contagios van de nuevo en ascenso, la economía sigue deprimida, los trabajos no se recuperan y si lo hacen, están por debajo de las expectativas, y la inflación va que vuela hacia las nubes, como nunca antes.

Es de reconocerse que no hay que echarle toda la culpa al gobierno de estas situaciones negativas, pero con una autoridad que no comunica adecuadamente, que se publicita menos, particularmente en campañas de salud o de orientación en muchos temas, los mexicanos se desorientan como por el hecho de que la Ciudad de México, por ejemplo, pasó de amarillo a verde de un día para otro y luego bajamos a amarillo, pero sin cerrar o tener control de establecimientos comerciales. Hay un desorden que genera un mal comportamiento de muchos mexicanos. Una gran parte de la población considera que la pandemia ya pasó.

Con este mal rondándonos por todos lados y más cuando las personas no se cuidan y no nos cuidan, ya que muchas no oyen las recomendaciones de sus familiares y amigos -menos de la autoridad que da tumbos en este campo-, de portar un cubrebocas y de mantener la sana distancia por donde quiera que anden o no acudir a lugares cerrados con aglomeraciones, uno tiene que tomar todas las precauciones debidas, aunque ya esté vacunado.

Luego de más de año y medio de enfrentarnos a este mal en todo el mundo y de que científicos e investigadores han analizado íntegro lo relacionado al coronavirus, hasta ahora -aún falta mucho por conocer-, de lo que se tiene certeza es de que este virus se transmite principalmente por el aerosol, es decir, por lo que exhalan las personas por su boca y nariz, ante lo cual las recomendaciones que se emiten son de que hay que cuidar la sana distancia, aún con el cubrebocas y más cuando éste no se porta, sobre todo cuando las mutaciones del virus lo hacen más contagioso. La doctora Laurie Ann Ximénez-Fyvie, genetista molecular de la UNAM ha reiterado que esta pandemia solo se acabará cuando no haya contagios.

Parece exagerado, pero no lo es, sobre todo cuando las personas no respetan al que está próximo y para ello hay muchos ejemplos. Al acudir a un módulo de reparación de celulares en una plaza comercial, uno de los técnicos portaba su cubrebocas, pero no se tapaba la nariz, sólo la boca, por lo que un vigilante de dicha plaza se le acercó para solicitarle que se colocara bien el cubrebocas, lo que no hizo, quizá porque es de las personas que creen que “no pasa nada”, como lo ha reiterado un sinfín de ocasiones el primer mandatario y su epidemiólogo de cabecera, Hugo López-Gatell.

Otro ejemplo. En un paseo este pasado fin de semana a la capital poblana, donde se aprovechó la ocasión para saborear un chile en nogada -platillo típico de esta entidad-, se buscó un restaurante con áreas abiertas, con mesas separadas, tal y como lo autoriza el gobierno, para evitar la cercanía de las personas, con un 50 por ciento de aforo, lo que se notó, sobre todo porque hay restaurantes llenos, por lo que hay que hacer reservaciones con tiempo, para poder ser atendidos.

Pero al caminar por algunas calles del Centro Histórico de Puebla hubo muchas personas que no portaban el cubrebocas, también bares y cafeterías con asistentes sin este artículo, aunque el personal si respeta las disposiciones oficiales, para que los comensales confíen en acudir a estos sitios.

Las imágenes que se observan en noticieros, de gente caminando por las calles de la Ciudad de México, son constantes e ilustrativas de lo que se señala, muchos de ellos sin tapabocas, otros con este artículo mal colocado y otros respetando las disposiciones de la autoridad. Hay hechos que las personas desconocen como el de que los cubrebocas se pueden utilizar por determinado tiempo, ya que la misma respiración los va inutilizando. Por ello deben tirarse a la basura. Pero la economía no da para adquirirlos, sobre todo que sirvan para evitar contagios, y eso no lo dice el gobierno en forma continua, en un inicio de este mal lo mencionó.

Y ante todo ello, pues hay que aguantarnos por tener un mal gobierno que no se comporta a la altura que todos deseamos, y esperar que los problemas no revienten en forma desafortunada para todos. Ya lo vimos con Cuba, donde las condiciones de vida generaron protestas que se conocieron a nivel mundial y que provocaron que las autoridades disminuyeran sus medidas para evitar que el conflicto escalara a mayores.

Hay críticas en el sentido de que las autoridades mexicanas permiten el ingreso de extranjeros -se habla de la India, que puede tener la mutación del virus Delta-, al país, quienes prefieren hacer la cuarentena en nuestro territorio al ser más barata dicha estancia, pero no existen controles para conocer quienes están infectados o no, lo que causará tal vez más oleadas de contagios en el territorio nacional y todo por la falta de control gubernamental.

Es de todos los mexicanos conocido que el presidente Andrés Manuel López Obrador no cambiará nada su forma de ser y la de su gobierno y que está aferrado a continuar con su dichosa transformación a costa del padecimiento de muchos mexicanos. También es sabido que va derechito a sus propósitos y que no se quitará de ahí, aunque tenga que maltratar más a la población, ya que es muy aguantadora, según lo ha dicho el propio tabasqueño..

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