*Lloverán las Denuncias Vecinales en la Materia
*¿Aumento del Resentimiento Social vía las Agresiones?
*Semillas de la Discordia se Siguen Sembrando
Por Iván Ruiz
La incitación presidencial a los vecinos para convertirse en chivatos, en soplones y denunciar a otros vecinos por supuesto enriquecimiento inexplicable, dejó helados a miles de ciudadanos que no sólo pensaron en que el buen juez por su casa empieza, sino que hoy se preguntan ¿por qué el presidente vive en la eterna confrontación?
Tal vez la ira sea su estrategia. ¿Para qué? Para mantener a raya a sus malquerientes, aunque los sicoanalistas señalan que aquellas personas a las que les gusta la camorra, realmente no desean pelear. “Simplemente les gusta intimidar a otros”.
Los hay también que se echan para atrás sin llegar a una lucha si la persona a quien están atacando los enfrenta. Pero están a los que les gusta causar dolor en quienes no comulgan con ellos. Esperemos que no sea este al caso.
“Hay cosas que no se pueden esconder, por lo general los corruptos son muy fantoches, la primera cosa que hacen es comprarse viviendas, carros de mucho lujo, comienzan a gastar en carros de gran lujo. Se aprecia de qué manera vive el vecino, ya se mudó, ya no vive en la Doctores, ya se fue a Las Lomas. Todo eso que se denuncie”, dijo el Presidente
¿Cuántas semillas de la discordia piensa sembrar en México el mandatario? ¿No le son suficientes las que florecen, derivadas de la acción política de partidos, movimientos y ciudadanos de mala fe, así como las que distribuye diariamente la delincuencia en el país?
Mucha gente que votó por Andrés Manuel López Obrador, lo hizo en busca de que cumpliera su promesa de campaña de que hubiera concordia entre los mexicanos. Eso ya se esfumó. Quizás cuando empezó su confrontación personal con Pedro, Juan y varios, hecha pública diariamente a través de sus “mañaneras”.
En cuanto los aprovechados se dieron cuenta de que las acciones irían por otro rumbo, empezaron a atacar. Sí, y sin robarles nada, simplemente los mataron por traer un automóvil o camioneta nuevos y caros. Sí, los resentidos sociales empezaron a hacerse presentes en diversas partes del país.
En 1980 Bernstein y Crosby definieron el resentimiento social:
“…un sentimiento permanente de haber sido maltratado o postergado (por alguien, un grupo de personas, una institución, o por la vida o el destino en general) en el logro de determinados bienes materiales o espirituales, a los que se creía tener derecho, por lo que el sujeto considera que lo que él ve como principios elementales de justicia y equidad han sido violados en perjuicio suyo y, además, que otros poseen algo (material o espiritual) que él también tenía derecho a poseer y que le ha sido negado sin razón valedera”.
México no está para que continúen dividiéndolo desde la más alta esfera de la nación. Mientras los vecinos en diversas partes del país están luchando por unirse para combatir el crecimiento delincuencial, sea común u organizado, no es sano que se realicen este tipo de llamados.
Dicen que “la ira une, pero no hace iguales”, por lo que exacerbarla es un arma de dos filos.
Habría que pensar en lo que ha señalado la filósofa Patricia Purtschert:
“Como explica Iris von Roten, la capacidad de expresar ira podría residir en su relación negativa con el saber: en la negativa a secundar las justificaciones hegemónicas del poder y de las prácticas de gobierno vinculadas al mismo”.
¿Más ira en México? ¿No es suficiente la que se expone todos los días? ¡Por favor más reflexión!