*Falso que la Producción de Gasolinas no Pague Impuestos en EU
*Los Precios de los Combustibles no los Fija un País, es el Mercado
*La Gran Duda: ¿Quién Operará la Refinería Cuando… el Sindicato?
Por Gerardo Lavalle
Desconocimiento de las leyes estadounidenses o la suposición de que se pueden violar impunemente como se hace en México.
La adquisición de la refinería Deer Park por parte de Pemex no es ni con mucho el mejor negocio que haya hecho, aunque el presidente de la República piense que el petróleo es el “mejor negocio del mundo”.
Garantizar que no habrá incremento en los precios de los combustibles y sostener que ya ni se importarán, no resiste el menor análisis económico.
De entrada, lo que se refine en territorio norteamericano paga impuestos. De salida, el precio de las gasolinas no se rige por una nación sino por la oferta y demanda del mercado consumidor.
Para aclarar puntos de partida, MISIÓN POLÍTICA entrevistó al doctor en economía, Luis Foncerrada Pascal, quien realizó las corridas financieras cuando Pemex compró el 49.2 por ciento de las acciones de la petrolera holandesa y conoce el origen de la operación, la razón para ser socio y el futuro en manos de México.
El origen, dice, de la adquisición se sustentó en la refinación del Maya, un crudo pesado que no todas las petroleras pueden refinar. “Para poder procesar los pesados como el Maya, se requieren refinerías especiales, porque no puedes meter el mismo tipo de petróleo a las refinerías que procesan ligero o que no están hechas para procesar los metales, los minerales que traen los petróleos pesados, entonces para poder procesar nuestro crudo pesado, se requiere tener instalaciones especiales, se requiere una refinería especial.
“Hace 26 años, Pemex empezó a buscar la posibilidad de tener una refinería específica, para procesar el pesado, pero además tenemos otro problema para procesar el pesado, y es que no había mercado para el Maya, es decir, había un exceso de petróleo pesado en el mundo, y no podíamos colocarlo y era muy complicado porque la mayor parte de nuestra producción hace 30 años era petróleo pesado, entonces se buscaron refinerías, porque las refinerías estaban mucho más baratas.
Por ejemplo, hoy la de dos Bocas, construirla va a costar 9 mil o 10 mil o más millones de dólares”.
Reflexiona sobre costos y razones:
“En aquella época hace 26 años, teníamos el problema de procesar el pesado, entonces Pemex estuvo buscando refinerías de ese tipo y Shell tenía ésta en un lugar que se llama Deer Park, en el sur de Houston, entre Houston y Galveston, y entonces con Shell, más que pensar en la refinería pensábamos en una alianza estratégica. ¿En qué sentido?… número uno: pensar en una refinería que pudiera refinar pesado, y número dos, que se pudiera hacer un acuerdo para que nos comprara el maya.
“Era una alianza estratégica, en la que nosotros comprábamos la mitad de la refinería y en la sociedad ya Shell-Pemex, se acordaría que el petróleo que se procesara sería el nuestro solamente, no petróleos provenientes de otros países, sino el Maya mexicano, esa era nuestra búsqueda, entonces al comprar la refinería a Shell le aseguramos un mercado, asegurábamos poder colocar al Maya en esa época que era tan difícil”.
Foncerrada Pascal tiene la visión desde dos ángulos: el sector público y el privado.
Como director de Política Monetaria y Crediticia y director de Financiamiento Externo en la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP); miembro del comité de Cetes y participó en la reestructuración de la deuda externa, pública y privada, en el diseño y operación de los
Debt to Equity Swaps y en el diseño de los bonos conocidos como Brady Bonds.
En Petróleos Mexicanos, llevó a cabo la reestructura de la deuda externa y la estructura financiera de la alianza estratégica con Shell en Deer Park.
Recuerda que, durante las negociaciones, la refinería tampoco estaba lista para procesar petróleo pesado.
“Entonces junto con Shell se hizo una inversión importante, para acondicionarla para que pudiera procesar el Maya”.
Una revelación sorprendente: México vendía el crudo, pero…
“El acuerdo era que una vez que se trajera la gasolina, entonces la podíamos vender en el mercado. Si México quería comprarla, México tendría preferencia, pero a precio de mercado, porque es un negocio y tiene precio parejo en todo el mundo.
“Y por supuesto que sí, hemos estado comprando todo el tiempo gasolina, que nosotros mismos refinamos en la Asociación con Shell, pero algo que es importante es que Shell decidió deshacerse de esta refinería hace varios meses, entonces no es que sea una idea nuestra el comprarla, sino que Shell la está vendiendo entera o la mitad si es que Pemex estuviera de acuerdo, pues entonces como socios estaríamos decidiendo como se vende o a quien se le vende.
“Esta nueva idea de que Pemex pueda comprar la refinería, pues no es porque México lo esté proponiendo, es porque Shell quiere vender su parte. Ahora ¿qué tan buen negocio puede resultar para México comprar la parte de la refinería que está ahí? Diría en vez de hacer Dos Bocas, seria mil veces preferible, comprar la parte de Shell, quedarnos con esa refinería y seguirla operando nosotros, porque es mucho más barato que los 14 mil millones de dólares de Dos Bocas”.
Aquí hay una pregunta: ¿en el supuesto caso de que México pueda comprar el 50 por ciento restante, quien operaria la refinería?
“El sistema de refinación que tiene Pemex, como todas las refinerías está en déficit, de alrededor de 100 mil millones de pesos anuales, es decir, no operan con utilidades, estamos financiando su funcionamiento, por muchas razones, una de ellas es que no se ha invertido el dinero suficiente, consumen muchísima energía con respecto al resto de las refinerías en el mundo y, por otro lado, porque tenemos un personal extensivo en cada refinería. Las refinerías modernas casi no contratan gente, nosotros tenemos cuatro o cinco veces el personal que se requiere en una refinería.
“Entonces de todas las refinerías de Pemex, la única que tiene utilidades es la de Shell, porque ha estado siendo operada por Shell, con criterios de utilidades, de negocios, entonces la pregunta es ahora, ¿Cuántos empleados va a tener ahora? ¿se va a encargar el sindicato? Porque si le metemos el triple de gente cinco veces más que va a pasar. Adiós utilidades… se acaba la rentabilidad”.
PEMEX PAGARÁ IMPUESTOS EN EU
Al inicio de esta entrega se decía que probablemente por desconocimiento de las leyes estadounidenses se ha festejado en grande la adquisición de Deer Park y se afirma que no subirán los precios de los combustibles. Sin embrago, la realidad es distinta.
Hipotéticamente ya la empresa es de Pemex, ya se compró todo y entonces que va a pasar. Primero tiene que autorizar un organismo de Estados Unidos la venta y si vamos a traer la gasolina de Estados Unidos, le tenemos que pagar impuestos a Estados Unidos y ello ¿no va a encarecer el producto?
“Primero el acuerdo que se hizo en que la refinería le compraba su crudo pesado a Pemex, al refinarlo se producía evidentemente gasolina, la pregunta en ese entonces era, ¿esa gasolina tiene derecho Pemex a comprarla?, en el convenio que se hizo entonces no, porque ya habiéndose producido la refinación, pues entonces es un commodity de un bien, de cuyo precio está determinado por los precios internacionales en el mundo, así como cualquier otro mineral como el oro, el estaño, etcétera
“Al salir la gasolina está disponible al precio que marque el mercado, si México hacia un contrato de compra de largo plazo, se respeta a precio de mercado, no había tratamiento especial, entonces traíamos gasolina como siempre sea hecho, entonces las utilidades que se generaban siendo una gasolina ubicada en Estados Unidos, pues había que ver que tratamiento se le daba porque eran dos empresas extranjeras, porque ni Shell ni Pemex eran americanas.
“Aparte de su tratamiento, los acuerdos serían los mismos, la diferencia es que Shell no estaría y Pemex sí, entonces los impuestos los pagaríamos o no se pagarían, dependiendo de los impuestos que pague la empresa, pero ciertamente hay una serie de derechos y obligaciones que tiene que cubrir Pemex allá”.
UNA GRAVOSA NUEVA DEUDA
Luis Foncerrada tiene experiencia global. Además de haber fundado y dirigido el Banco Alianza en 1993, a petición del FMI y el Banco Mundial, fue director de programas de capacitación para oficiales de Secretarías de Finanzas y Bancos Centrales en los países exsoviéticos de Asia Central: Azerbaiyán, Kyrgyzstan, Uzbekistán, Tayikistán y Kazakstán.
Ocupó la cartera de director general del Centro de Estudios Económicas del Sector Privado, durante diez años. En esos años guio al centro al análisis de políticas públicas, con más de quinientas publicaciones sobre finanzas públicas, y sobre política económica y monetaria. Hoy es el economista en jefe de la Cámara Americana de Comercio y es profesor titular de economía en cuando menos seis universidades del país.
Sobre la deuda que “apareció de la nada” y que pesa sobre el patrimonio de Deer Park, Foncerrada Pascal señala:
“Habría que ver. Esta deuda no debe ser una deuda nueva, porque el endeudamiento que tenía Deer Park hace 27, 28 años que es cuando se hizo la alianza estratégica con Shell, Pemex-Shell sí se contrataron alrededor de 3 mil 500 millones de dólares, pero eso fue hace 27 años, así que esa deuda se debió de haber terminad de pagar con creces, por eso era tan rentable Shell, por lo que esta última deuda debe desprenderse de la menor producción que se llevó a cabo durante el año pasado, y seguramente esto se utilizó para compensar el flujo de caja que les hacía falta, por la caída en la demanda fuerte de petróleo y de gasolina”.
Síntesis: Deer Park no es el negocio redondo que festina el presidente de la República.