Los Viejitos en la 4T

Por Alberto Mena Mallén

No se si agradecerle al señor presidente de la República por haber aceptado que los adultos mayores sean los segundos en ser vacunados, -los primeros fueron los médicos, pero no todos-, luego de que el año pasado por marzo y abril del 2020, hubo un debate sobre la posibilidad de que los viejitos no fueran aceptados en hospitales saturados en caso de que se contagiaran por Covid-19 y que se les diera preferencia a personas más jóvenes.

Hay cierto desdén hacia esta población que representa la memoria de un país y que muchos quieren acabar con determinaciones como las anteriores, al afirmar que ya no sirven, que solo estorban. Las presiones externas ayudaron a que el Plan Nacional de Vacunación se realizara de esta manera, y se argumentó que con esta fórmula se reducirían las muertes y las estadìsticas, lo que realmente le interesaban al gobierno, no la vida de los viejitos.

Y si el primer mandatario anda de nuevo en campaña, dejando a los mexicanos que se las arreglen por si solos, a las feministas escondiendose de los matones, -ya hay más de 11 muertes diarias de mujeres al día-, a los papás con hijos con cáncer buscando apoyo en el extranjero, a otros vacunandose en Estados Unidos, por las falllas que aquí se tienen, -hay viajes de 15 mil pesos con vacuna incluida-, a muchos otros que corren de sus pueblos por la violencia que no para, en fin, hay que sumarle otros tantos problemas que se enfrentan en esta 4T. Las elecciones son más importantes para López Obrador que la vida de la democracia y la República.

El debate continúa en varios países, como España, donde los medios de comunicación han aflorado de nuevo el tema con investigaciones apoyadas por familiares de estos adultos mayores y donde se busca ver la posibilidad de sancionar a quienes tomaron decisiones de dejar a su suerte a los ancianos, en casas de descanso, que murieron sin una atención hospitalaria por haber tomado un camino que no era el de respeto a los derechos humanos o buscar mejorar la atención a este sector de la población.

Aquí, en México, como sucede con muchas cosas que se dejan atrás sin que se conozca con exactitud lo que sucedió, se debería de analizar de nuevo este tema, ya que hubo mucha inquietud y molestia entre los ciudadanos cuando se habló de la bioética y la moral, ya que existen leyes y normas que se dejan a un lado, tal y como sucede actualmente con el artículo transitorio que le da dos años más de chamba al ministro presidente de la Suprema Corte de Justicia, violentando la Constitución, lo que poco importa tanto al primer mandatario como a los que deben respetarla en el poder Judicial por la ambigüedad de sus declaraciones.

Según datos de la Encuesta Nacional de la Dinámica Demográfica (ENADID) 2018, realizada por el INEGI, el número de personas de 60 años o más que reside en México es de 15.4 millones, cifra que representa 12.3% de la población total, número que con los años aumentará debido a que la ciencia ha permitido que la vida se prolongue un poco más.

Existen registros de personas más longevas. El título de la mujer más anciana de todos los tiempos pertenece a la francesa Jeanne Louise Calment (21 de febrero de 1875 – 4 de agosto de 1997), quien residió toda su vida en Arlés, Francia. Se trata del caso documentado de la persona más longeva de la historia, pues alcanzó la edad de 122 años y 164 días (en total, 44 mil 724 días de vida). Sobrevivió a su hija y a su nieto. (Fuente: www.wikipedia.com)

Jiremon Kimura (Kamiukawa, o Kytango, Kioto, Japón, 19 de abril de 1897 –12 de junio de 2013) alcanzó la edad de 116 años y 54 días. Kimura se mantenía en buena salud y activo, trabajó en una oficina de correos durante más de 40 años y, tras jubilarse, fue agricultor hasta los 90 años. Se levantaba temprano por las mañanas y leía el periódico con una lupa. También disfrutaba hablando con los visitantes y siguiendo los debates parlamentarios en la televisión. Según él, pequeñas porciones de comida son el secreto para una vida sana y larga. (Fuente: www.wikipedia.com)

En México, Leandra Becerra Lumbreras, nació el 31 de agosto de 1887, en el rancho El Salitrillo, Tamaulipas. Ella tenía 122 años en 2009, así lo confirma un acta notariada expedida en ese año por el Registro Civil de Jalisco, tras una ardua investigación histórica y documental. Para 2014 podría ser considerada la persona más longeva del mundo (127 años), si existiera el documento original que corroborara su edad (Fuentes: CNN México, 16 de septiembre de 2011 y The Telegraph, 31 de agosto de 2014).

Otro punto que se debería analizar es el de la violencia contra los adultos mayores. En el Artículo 3o. Bis, de la Ley de las Personas Adultas Mayores, se abordan los tipos de violencia contra este sector de la población, ya que continúa esta problemática en México. Estos son la psicológica, la física, la patrimonial, la económica, la sexual, pero no incluyen la sanitaria.

De los derechos que se tienen se encuentran los de la protección a la salud, la alimentación y la familia, que en muchos de los casos no se cumplen y menos con la tan anunciada austeridad “franciscana”, que ha desparecido instituciones y apoyos esenciales para que la ley pueda cumplirse o para que estas personas realmente se les cumplan dichos derechos.

El Artículo 7º de dicha norma señala que el Estado deberá promover la publicación y difusión de esta Ley para que la sociedad y las familias respeten a las personas adultas mayores e invariablemente otorguen el reconocimiento a su dignidad, lo que tampoco ha sucedido en esta 4T.

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