Por Jesús Michel Narváez
Pasamos de los 200 mil 923 fallecimientos a causa del Covid-19 y alcanzamos la terrible cifra de 2 millones 3268,939 de contagios. Y como con el crimen organizado, sus masacres y ejecuciones, parece que nos acostumbramos a vivir con la muerte a un lado.
Los propios medios de comunicación han reducido sus reportes cotidianos y se prioriza otro tipo de noticias. La misma, la de cuántos murieron, se contagiaron requirieron hospitalización por la gravedad que presentaban, dejó de ser la “de ocho” y a cambio darle relevancia a la pérdida de la candidatura de Félix Salgado Macedonio o la ampliación de mandato de Arturo Zaldívar como ministro presidente de la Suprema Corte de Justicia.
La cotidianidad de las muertes y contagios se volvió cosa de “todos los días” y aunque la amenaza de un tercer rebrote es reconocida por las autoridades, los mexicanos juegan con la muerte y se van de vacaciones sin aplicar las medidas sanitarias recomendadas.
La cortedad de memoria se torna y el olvido llega antes de lo debido.
Al Gobierno de Andrés Manuel López le “cayó como anillo al dedo” su enfrentamiento con el Instituto Nacional Electoral, porque se enfoca a acusar a los “conservadores” y se olvida de la pandemia. Al vacunarse a mitad de la semana dijo que lo hacía para poner el ejemplo a los adultos mayores. Se niega, sin embrago, a colocarse el cubrebocas que, en todo caso, sería mejor ejemplo a seguir.
Y no suelta el tema de la corrupción, aunque la realidad muestre que prevalece y a gran escala. Tampoco deja de culpar a los “gobiernos de antes” de todos los problemas del país. Recientemente, con el segundo estallido en una planta de Petróleos Mexicanos, afirmó que “nos dejaron puros fierros viejos”. Han pasado dos años y 5 meses desde que asumió formalmente -porque inició a gobernar desde el 8 de julio cuando Enrique Peña Nieto abandonó la plaza- el gobierno y presuntamente las 6 refinerías serían modernizadas y se les daría mantenimiento. Los accidentes se han registrado por la falta, justamente, de mantenimiento. Los fierros viejos sirven si se cuida su funcionamiento. Omitir la responsabilidad lo hace peor que los otros.
De La economía ni hablar. Imposible una recuperación menos lenta frente a las reformas a dos leyes fundamentales para la inversión: la del Servicio Eléctrico y la de Hidrocarburos. Ahuyenta la inversión y regresa al pasado tan criticado: al duopolio del Estado. La inflación se dispara por virtud de la elevación de los combustibles, además de que 5 millones de mexicanos ingresaron a la pobreza laboral y no cuentan con recursos para adquirir la miserable canasta básica.(Por cierto, ¿quién habrá elaborado el contenido de la misma?).
Todos los problemas los heredó, según el leal saber del caudillo de la 4t.
Por ello, opta por atender esos “prioritarios asuntos” y dejar de hablar de la pandemia que, como le digo líneas arriba, ha perdido importancia no solo en el Gobierno sino entre la población en general,
El engaño de que todos los mexicanos estarán vacunados este año, se ratifica cuando se conoce el número de dosis que han llegado y el que se aplicó.
La Secretaría de Salud informó de 307 mil 625 nuevas vacunas aplicadas para un total de 16 millones 214 mil 484 de dosis suministradas hasta ahora.
Si la meta es llegar al 70 por ciento de la población, unos 88.2 millones de personas, faltan 72 por recibir el antígeno.
Mientras, seguirán las muertes y los contagios, probablemente en menor número, pero se incrementarán las cifras en ambos casos. La preocupación presidencial no es la salud de sus gobernados. Son las elecciones de junio próximo. Sabe que debe pagar muchas facturas y el capital con que cuenta no le alcanza. Los votos hablarán y nadie, ni el mismo huésped de Palacio Nacional, podrá acallarlas.
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