Irrespetuoso con los Poderosos

Punto de Vista

Por Jesús Michel Narváez

Desde el inicio de la pandemia global, el bicho letal ha sido irrespetuoso con los poderosos que lo han retado y negado a utilizar cubrebocas, mantener la sana distancia, lavarse las manos continuamente y asistir a fiestas y reuniones cuando las condiciones no lo permiten.

La Covid-19 ha infectado a cuando menos siete presidentes. Cuatro de ellos se ufanaron de ser “suficientemente fuertes”. Y sin embargo, formaron parte de la estadística.

Y no solo los Jefes de Estado. También los que acumulan riquezas al por mayor y son considerados émulos del Rey Midas.

La Universidad John Hopkins, que cuenta con la mayor información global de los terribles efectos de la pandemia, mostraba ayer que han sido contagiadas 99 millones 573 mil 155 personas y han fallecido 2 millones 136 mil 248.

Es la pandemia que ha cobrado el número más elevado de vidas en más de 100 años.

Muchos Jefes de Estado, como el mexicano, el brasileño, el británico y el que lo fuera de Estados Unidos hasta hace 6 días, dejaron que el coronavirus avanzara y se negaron a creer en su letalidad. Once meses después, la tragedia es global a pesar de los esfuerzos de científicos epidemiólogos –con reconocimiento en la comunidad de sabios no por una persona que defiende a su vocero y lo llama el mejor funcionario del mundo- y del arduo trabajo realizado por cuando menos 10 farmacéuticas trasnacionales.

Andrés Manuel López recibió el certificado de inmunidad de parte de su vocero sanitario: el 17 de marzo del año pasado cuando la pandemia estaba en ascenso. Les dijo a los periodistas ante la duda de si el presidente podría ser infectado: “La fuerza del Presidente es moral, no de contagio’”.

Y el presidente lo tomó en serio, porque además estar protegido por imágenes de santos y vírgenes, un billete de 2 dólares y un trébol de 4 hojas, también se acompañaba de frases como “Detente enemigo, el corazón de Jesús está conmigo”, que se encontraban en dos escapularios. Y una más: “El escudo protector es la honestidad. Eso es lo que protege, el no permitir la corrupción”, dijo en su conferencia matutina del 19 de marzo de 2020.

Si nos atenemos a sus palabras, su escudo es suficientemente endeble como para no protegerlo del virus.

¿Significa que no es honesto y tampoco combate la corrupción como lo dice todos los días?

Recopilar sus dichos y acciones durante los 11 meses que tenemos de pandemia, llevaría menos tiempo del imaginado. Porque es repetitivo. Carece de nuevas ideas. Se quedó con las del pasado –en todos los -ámbitos- y terminó siendo uno más de la numeralia que en México ha cobrado hasta la noche del domingo 149 mil 614 víctimas mortales e infectado a un millón 763 mil 219 personas. ¿Cuántos más se sumaron a la lista de fallecidos y contagiados en el conteo de anoche?

Después de dar a conocer personalmente que fue atacado por el virus y ahora que está aislado en Palacio Nacional, en las otrora benditas redes sociales se ha desatado la más severa crítica por la actitud irresponsable –así lo dicen sus, seguramente, adversarios- y por no ser el ejemplo a seguir para cuidarse de la Covid-19.

De llamar poderosamente la atención la exigencia de que el médico que lo debe atender sea Hugo López-Gatell. ¿Se pondrá en manos de quien ha sido incapaz de chainear cuando menos la curva de la pandemia?

Suponemos que cuenta con el “respaldo” de los médicos cubanos y de los “exitosos” conductores de la estrategia para contener la furia del coronavirus.

Y sí, hay que exigirles al Presidente y a su equipo de galenos, que sea vacunado cuando le corresponde. Que no se brinque la fila. Que respete a quienes están antes… aunque eso le cueste trabajo.

E-mail: jesusmichel11@hotmail.com, Twitter: @jesusmichelMx, Facebook: Jesus Michel y en Misión, Periodismo sin Regaños martes y jueves de 16 a 17 horas por ABC-Radio en el 760 de AM.

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