Por Jesús Michel Narváez
De tanto acusar a las oposiciones que se alían para ganar en las próximas elecciones que buscan regresar al autoritarismo, me pregunté si quienes así lo señalan entienden claramente lo que es el autoritarismo.
Encontré estos tres párrafos que definen lo equivocados que están quienes se refieren al pasado autoritario, injusto y corrupto.
“El autoritarismo exige generalmente la sumisión ciega a la autoridad, erradicando la libertad de elección, acción y opinión. A menudo lo logra a través de la coacción o la fuerza.
“Los líderes autoritarios o las figuras autoritarias de poder no suelen prestar mucha atención a las leyes o los deseos de los demás, sino que imponen su voluntad por encima de todo, concentrando el poder en sí mismo y en quienes le sean leales. En ese sentido, los gobiernos autoritarios suelen conducir más o menos directamente a regímenes dictatoriales.
“En el caso de los regímenes autoritarios, es decir, cuando el autoritarismo se hace modelo de gobierno, suele contar con una élite poderosa o una cúpula leal a los deseos y mandatos del líder autoritario o caudillo, cuya voluntad se respeta por encima de las leyes y bajo amenaza de daños físicos, económicos o sociales. (Fuente: https://concepto.de/autoritarismo/#ixzz6i3CJn6Qq)
¿Así o más clarito?
Me tomé la libertad de buscar definiciones porque hasta Claudia Sheinbaum, científica ambientalista, se lanza contra la coalición que formaron PAN, PRI y PRD con la intención de estar más o menos parejos con la de Morena, PT y PVEM y señala que los une la vuelta al pasado de la corrupción, de la injusticia, y del autoritarismo.
“Desde mi punto de vista, obviamente es un análisis general, no es un tema electoral, pues es sencillamente volver al pasado, eso es lo que los une, regresar al pasado de la corrupción, regresar al pasado del dinero por encima de la justicia, regresar al pasado del autoritarismo por encima de las libertades”, expresó la Jefa de Gobierno de la Ciudad de México, más preocupada por lo que hacen las oposiciones que por atender la crisis sanitaria que se vive en la Capital del País.
La científica ambientalista no se explica cómo recibirán los ciudadanos las candidaturas de los neoliberales corruptos, autoritarios e injustos.
Mira la paja en el ojo ajeno y oculta la viga que lleva su partido. Defender la alianza con el PVEM, cuyo logotipo y estructura siempre está en oferta electoral, que carece de ideología y de respeto a los electores, no tiene sentido. Como tampoco lo tiene festejar que el PT también se una. O que el “nuevo” PES –contracorriente a lo que llama izquierda- sea un aliado del inmaculado presidente López.
¿Por qué les causa, a los morenistas de alto nivel, sarpullido que haya un PRIAN si ellos tienen a su MOVERPTPES?
¿Cómo justificar la ideología del PES o del Verde con la de Morena? No encuentro el hilo de la madeja. A excepción de que el temor de perder la ficticia mayoría que tienen los “coincidentes” en San Lázaro.
Sheinbaum muestra su lealtad ciega al presidente, como lo ha exigido públicamente, y abandona su esfera de conocimiento. Porque es quizá de las más preparadas en el equipo guinda, aunque ello no la convierta en política de excepción.
Llama autoritarios a los del pasado, pero se niega a reconocer que en la actual administración federal –que permea por desgracia en las entidades en donde gobierna el partido del oficialismo- se controla el Poder Legislativo y se obliga al Judicial a ser “discreto” en su toma de decisiones.
Ufanarse de que ahora ya no hay corrupción, no deja de ser un mal chiste. Ahí está porque nunca se ha ido. No se trata de un rebrote o un repunte. Es la acción que se ejerce cotidianamente y quienes la ejecutan parecen estar bendecidos y perdonados.
Así no, doña Claudia. A ciegas, leal hasta morir y sumisa hasta la ignominia no es ejemplo a seguir.
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