Y de Muchas Madres más…
Por Horacio Armando Hernández Orozco
“Las Tres Muertes de Marisela Escobedo”, documental dirigido por Carlos Pérez-Osorio, con la producción de Laura Woldenberg, para la plataforma de Netflix, basado en la investigación de la periodista Karla Casillas Bermúdez; fue estrenado en el mes de octubre de 2020.
La historia de Marisela Escobedo es la de miles de madres que, además de haber sufrido el feminicidio de sus hijas, tienen que enfrentarse a la indiferencia e ineptitud de las autoridades.
LA PRIMERA MUERTE DE MARISELA
En agosto de 2008, Rubí Marisol Frayre, una joven de apenas 16 años, es asesinada por su novio, Sergio Rafael Barraza; Rubí a pasó ser un dato más en las estadísticas de las autoridades, fue una adolescente más que cada año matan en Ciudad Juárez, simplemente una de las muertas de Juárez.
Desde enero de 1993, hasta el año 2012, el número estimado de mujeres asesinadas en esa ciudad ascendía a más de 700; por lo general, las víctimas corresponden a mujeres jóvenes y adolescentes de entre 15 y 25 años de edad, de escasos recursos y que han debido abandonar sus estudios secundarios para comenzar a trabajar a temprana edad; algunas de ellas, antes de ser asesinadas, comúnmente suelen ser, violadas y torturadas.
La Corte Interamericana de Derechos Humanos ha llegado a considerar al Estado Mexicano como uno de los principales responsables de estos hechos, dada la pasividad de las autoridades locales y nacionales, puesto que en muchos casos no se ha esclarecido la responsabilidad de dichos delitos.
Hay varias organizaciones no gubernamentales que brindan apoyo a las madres y familiares víctimas del feminicidio como Casa Amiga, Nuestras Hijas de Regreso a Casa, Justicia Para Nuestras Hijas, Red Mesa de Mujeres de Ciudad Juárez, entre otras.
LA SEGUNDA MUERTE DE MARISELA
Marisela Escobedo nunca vio a su hija Rubí como un dato más de la funesta estadística de feminicidios de Juárez, ella se encargó de realizar las indagaciones para saber lo que realmente le sucedió a su hija, cuando esta actividad es responsabilidad de las autoridades ministeriales y policiacas, quienes mostraron su apatía al caso, así como al de cientos casos más.
Al obtener información, encuentra el cuerpo de su hija en un tiradero de restos porcinos, pero la historia no se concretará con darle cristiana sepultura, sino de buscar y encontrar al culpable, que era su yerno. Que la estadística de los feminicidios contara con un culpable sancionado, al menos así se empezaría a revertir esa oscura cifra de la impunidad.
En el documental se escucha a Marisela decir “Quisiera que la muerte de mi hija no fuera en vano, quisiera que el feminicidio de mi hija fuera el último en el país”.
Tras días de búsqueda, Barraza es detenido en medio de otra investigación, y aparentemente confesó el crimen ante los agentes policiales. En plena audiencia, en uno de los primeros juicios orales que se celebraba en México, el presunto homicida le pidió perdón a Marisela por el asesinato de su hija, pero en un veredicto incomprensible para muchos, tres jueces lo absolvieron por falta de pruebas, y salió en libertad por decisión del tribunal penal.
No puede hablarse de corrupción judicial, al menos nunca se alegó esta situación ni llegó a comprobarse algo en ese sentido, simplemente a la luz del Tribunal de Enjuiciamiento no había elementos suficientes para condenar a Sergio Barraza.
LA TERCERA MUERTE DE MARISELA
Meses después de la absolución de Sergio Barraza, un tribunal de casación revocó la sentencia absolutoria de primera instancia y sentenció a Barraza por homicidio, pero ahora el calvario es buscarlo y detenerlo para lograr que cumpla con su sentencia.
Marisela pone todo su empeño por localizar al culpable declarado del feminicidio de su hija, y conforme a sus indagaciones lo ubica de nueva cuenta en Zacatecas, pero ahora Sergio Barraza es protegido de un cartel de la delincuencia organizada, por lo que hay un operativo fallido y logra escapar una vez más.
Cada vez la situación se torna más peligrosa para la activista, quien recorre día a día las carreteras y caminos, no sólo del Estado de Chihuahua, sino hasta de la capital mexicana para lograr que las autoridades hagan lo que están obligadas a hacer.
Marisela se paseó desnuda por las calles de Juárez con la foto del asesino confeso de su hija precintado a su cuerpo; se enfrentó a las autoridades, y a partir del 8 de diciembre de 2010, mantuvo un plantón con pancartas de protesta por la impunidad del caso de Rubí frente al Palacio de Gobierno de Chihuahua; fue amenazada de muerte, y ella misma declaró su epitafio: “Si me va a venir este hombre a asesinar, que me venga a matar aquí, para vergüenza del Gobierno”.
Enfrente del propio Palacio de Gobierno de Chihuahua, la noche del 16 de diciembre de 2010 un hombre le asestó un balazo en la sien.
El entonces gobernador de Chihuahua, César Duarte, se comprometió a dar con el responsable del homicidio de Marisela; es presentado José Enrique Jiménez Zavala, como presunto autor material de la muerte de Marisela Escobedo, pero éste posteriormente se desdijo de ello; murió en una cárcel, presuntamente estrangulado por su compañero de celda.
Para muchos, hubo una fabricación de un culpable para dar por concluido un expediente más; Barraza murió el 16 de noviembre de 2012 en un enfrentamiento con militares en el estado de Zacatecas, donde la propia Marisela Escobedo había señalado una y otra vez que se encontraba el homicida de su hija.
Son dos expedientes legalmente cerrados, pero con heridas que no han llegado a cicatrizar, al menos para los familiares de Marisela Escobedo y para la sociedad que pugna por respuestas ante los oídos sordos de la autoridad.
La historia de Marisela Escobedo, es la historia de cientos de madres que han perdido a sus hijas, no sólo en Ciudad Juárez, sino en todo el país. En México, diez mujeres son asesinadas cada día, tan sólo en 2019, hubo casi 4,000 feminicidios en el país según el Instituto de Estadística y Geografía (Inegi); además, el 97% de estos crímenes queda impune, según la asociación Mexicanos Contra la Corrupción y la Impunidad (MCCI).
La violencia de género es la asignatura pendiente del actual Gobierno, ello con independencia de su gestación, pues la escalada de feminicidios ha provocado las manifestaciones feministas más multitudinarias de la historia y el movimiento feminista mexicano se ha enfrentado al Gobierno de la República, que sólo se ha enfocado en desvirtuar las críticas hacia su gestión sobre este tema, señalando que los movimientos feministas son alineados por sus opositores, evidenciando una falta de comprensión real de un asunto mucho más complejo e irremediablemente urgente.
Pero ¿llegará el día en que se acabe la impunidad en los feminicidios?
La mejor respuesta la tendrá como siempre nuestro amable lector…