Por Jesús Michel Narváez
Sin discusión: la buena política es tomar en cuenta a todos, y no sólo a la cúpula y a los de arriba.
La mala política es invertir la pirámide.
Tomar en cuenta solo a los de abajo y abandonar a los de arriba, no es, nunca será, una buena forma de hacer política y menos de gobernar.
Me sorprende, aunque no debería, la postura presidencial que, insisto, denota debilidad y pérdida de rumbo. Insistir en que “por eso los adversarios, los conservadores, los que quieren mantener el mismo régimen de corrupción, de injusticias, de privilegios de antes, los que quieren regresar a eso se jalan los pelos diciendo y cómo es que el pueblo está apoyando la transformación si nosotros que nos sentimos los dueños de México y tenemos a los medios de información comprados o alquilados y constantemente estamos atacando al presidente, porque desde la época del presidente Madero nunca se había atacado a un presidente como ahora, cómo es entonces que a pesar de toda la campaña en contra, de toda la guerra sucia, el gobierno sigue teniendo, sigue contando con el respaldo, con el apoyo del pueblo”, fue el rezo, la letanía para los acólitos de Oaxaca y “del mundo”.
Diseccionemos sus palabras: ¿quiénes se sienten los dueños de México?… ¿quiénes tienen a los medios de información comprados o alquilados?… ¿quiénes encabezan toda la guerra sucia?…¿cómo comprueba tener el apoyo del pueblo?…quienes se jalan los pelos ¿ya están calvos?
En sus giras y cada vez es más constante, el pueblo le sale al frente y le reclama su manera de gobernar; y no es como antes, porque había, ciertamente, control. Pero no represión.
A nadie le gusta que le digan sus verdades. O por lo menos la que vemos, los que no profesamos ni la Cartilla Moral ni la Guía Ética. No somos sicarios del periodismo. No tenemos contratos para ir a la guerra sin fusil. Conforme pasa el tiempo, al Presidente se le agotan los temas. Son los mismos de siempre. Los corruptos son los del pasado. Nada de Pío, de Felipa, de los hijitos consentidos, de las nueras siempre de moda. De eso, del presente, no hay abordaje.
Desde el inicio de su gobierno clamo: los conservadores están moralmente derrotados. Si eso fuera verdad, no tendría por qué estar denostándolos todos los días, a todas horas y en todas partes.
La impresión que deja es que observa cómo “su” proyecto de gobierno no encuentra la ruta para anclar el navío.
Y sí, la buena política es tomar en cuenta a todos, y no sólo a la cúpula y a los de arriba. Ahí debe incluir a TODOS no solo los de abajo. Y todos, son todos. ¿O no?
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