Por Jesús Michel Narváez
Al presidente López no le gustó que en el pasado periodo extraordinario de la Cámara de Diputados solamente se abordara el tema de la elección de los 4 consejeros electorales que le hacían falta al Consejo General del INE. Cierto: no los descalificó pero les recomendó servir al AMO que es el pueblo de México. Por ello, en su mañanera del lunes, reclamó a los diputados no haber atendido dos iniciativas que considera esenciales.
Las dos tienen fondo y no de cristal porque no es transparente. Se trata que los legisladores aprueben la desaparición de fideicomisos y la compra de medicamentos en el extranjero.
La voz del AMLO fue escuchada de inmediato por Mario Delgado que con urgencia convocó a los coordinadores de los grupos parlamentarios en la Junta de Coordinación Política para negociar la realización de otro extraordinario para mañana miércoles y así atender las órdenes del AMO.
Delgado malinterpretó las palabras presidenciales. Porque el presidente López no es el amo… es el pueblo. Salvo que considere desde su muy particular óptica que por haber sido elegido por la tercera parte de los mexicanos se le otorgó el título de AMO y SEÑOR de las tierras, las montañas, los mares y las conciencias de todos, sí TODOS los mexicanos.
La Constitución prohíbe los títulos de nobleza. ¿Cómo llamarle a la interpretación de Mario Delgado?
Las reacciones no se hicieron esperar y la más severa surgió en la cuenta de Twitter de Gustavo de Hoyos Walther, quien criticó las adquisiciones directas a agentes extranjeros hechas por el Gobierno de México, porque, asegura, propician la opacidad y corrupción.
Extrañamente el dirigente de la patronal no abordó el tema de los fideicomisos.
Habrá que informarle al empresario de Baja California y presidente de la COPARMEX que Delgado ya convenció a sus “pares” coordinadores para que se realice el extraordinario mañana con esos dos temas.
Si los diputados aprueban que se compren medicamentos a proveedores extranjeros sin licitación pública, vaya ni siquiera de invitación a tres empresas o personas, brotarán dos problemas: como dice De Hoyos, la corrupción y, sin que nadie lo haya dicho, la quiebra del sector productor de medicamentos en México. Desempleo para todos los que trabajan en los laboratorios que producen medicinas.
La sumisión del Poder Legislativo es más clara que el agua santificada. El reclamo presidencial fue por la mañana y al mediodía ya había “acuerdo” para el extraordinario. Hay que pensar mal y sería bueno saber si no hubo maiceo del que tanto se queja el presidente López.
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