*¿Quién Pagó a los Jóvenes Disfrazados de Anarcos?
*No deben Quedar Impunes los Delitos Cometidos
*¿Dónde Estaban las Autoridades de la Ciudad de México?
Por Iván Ruiz Flores
La destrucción a su paso fue absoluta, sin medida, no por la ira, sino porque tuvieron la oportunidad. Pareciera que hubo permiso para delinquir.
Sin protección alguna de parte del gobierno, los habitantes de la Ciudad de México azorados contemplaron a los destructores, pagados por alguien. Las hordas marcharon para destruir bancos, cafeterías, comercios y todo aquel lugar que estuviera abierto en estos tiempos de pandemia.
¿Dónde está la policía? ¿Dónde está la Guardia Nacional? ¿Alguien podrá protegernos? preguntaban propietarios y empleados de los lugares vandalizados.
Pero ni a dónde volver la mirada el gobierno capitalino dejó solos a sus habitantes, con el pretexto de castigar a la policía después de la brutalidad ejercida, en otra marcha, en contra de Melanie Martínez, una joven de 16 años, por lo cual los policías fueron castigados y, otros de sus compañeros protestaron abiertamente.
¿Qué le pasó a la señora Sheinbaum? ¿Le quedó grande el cargo?, comentaban furiosos quienes impotentes observaban los destrozos.
“No se puede hacer nada. Este es un gobierno de libertades… desde luego para violar las normas… Esta es una ciudad sin ley”, señalaba indignada una mujer.
El asunto es saber si los vándalos eran realmente anarquistas o personas que venden su ira al mejor postor.
Un texto denominado “Razones para el Rebrote de las Ideas Anarquistas en el S. XXI”, señala:
“A pesar de los esfuerzos del sistema, el Capital, el Estado y las ideologías dominantes por erradicar, controlar, domesticar y someter las ideas libertarias y la intervención social del anarquismo, éste vuelve a fluir entre las personas, en sus reacciones personales y en las comunidades más básicas de La sociabilidad.
“Como señala Vanina Escales al reseñar el libro de Tomás Ibáñez Actualidad del Anarquismo (2007), “Frente a las costras de la quietud, el anarquismo toma las formas del agua; inventa su curso frente a los obstáculos, se moviliza y embiste contra las manifestaciones de la dominación”.
“Ciertamente estamos en un período de pensamiento único, como ni se atrevieron a pensar George Orwell o Aldous Huxley cuando imaginaron sus sociedades distópicas pero el camino hacia la transformación social por el que transita la humanidad desde hace miles de años no se ha acabado porque la vida se va abriendo camino y el anarquismo es vida. Es la hora del anarquismo, del movimiento libertario como catalizador de la resistencia y los síntomas para hacer esta afirmación son muchos.
“Desde el punto de vista de las ideologías, el capitalismo productivo, empresarial e industrial que generaba cierto “estado de Bienestar” en las sociedades desarrolladas y occidentales desde la II Guerra Mundial, ha evolucionado al capitalismo financiero, especulativo y globalizado, como analiza Antonio Galeote en el artículo “Vigencia del Anarquismo”
“Estamos ante la última fase evolutiva del capitalismo que está significando importantes cambios ideológicos al apostar por el fin de las ideologías, que habían estado encargadas de gestionar el capitalismo clásico y por la implantación del pensamiento único.
“Con la globalización y la financiarización, el capitalismo está exterminando a la clase media, lo que supone el fracaso de la ideología socialdemócrata como herramienta al servicio de la gestión económica del capital ya que el capitalismo puede prescindir de sus contrarrevolucionarios servicios”.
En fin, hay mucho más sobre el tema.
Sin embargo, al reflexionar sobre el asunto la pregunta que salta de inmediato es: ¿los salvadores serán anarquistas como los mexicanos que hicieron destrucción a diestra y siniestra el pasado lunes 8 de junio en la Ciudad de México?
Por lo pronto la obligación de las autoridades de la Ciudad de México es castigar a quienes no sólo causaron destrozos sino robaron impunemente y cometieron un sinnúmero de delitos.
