Elegante Pataleta de Viejos

La Tiendita de los Horrores

Por Emilio Hill

A pesar de la vorágine en el que la publicidad de los estrenos, sobre todo en las plataformas streaming, mueve a las audiencias, en especial las más jóvenes, se pueden encontrar asuntos interesantes que comentar. No por supuesto el programa del que habla todo mundo, sino producciones de corrida más discreta pero que en estos días, sirven para algo más que sobrellevar el rato.

Un  ejemplo en esta entrega: El Irlandés: Una charla detrás de cámaras, en el cual la casi indiscreta lente que los registra se mete en una plática entre amigos, ni más ni menos que Robert De Niro, Al Pacino, el nervudo Joe Pesci, coordinados por Martin Scorsese, en lo que parece ser un bar o pequeño restaurante y en medio del consumo de algunos tragos para hacer un recuento de lo que fue la filmación de El Irlandés (Scorsese, 2019).

Lo que parece ser una reunión rodeada de chistes de viejos y algunos egos contenidos para que fluya el asunto sin que nadie resalte más que el otro, es en realidad, una clase de cine per se. Anécdotas, confesiones, postulados sobre lo que es el séptimo arte, algún material de archivo, pero sobre todo la intención de evitar artificios o efectos melodramáticos, convierten al documental- charla, en una herencia audiovisual sobre lo que es el arte cinematográfico para la generación que irrumpe en Hollywood en los años setenta.

No es poca cosa el asunto, al final, esos buenos muchachos serían el rostro de una generación con ganas de demostrar que se podían contar historias, si no ajenas a un fulgor exagerado –herencia de la post guerra- sí con una mayor carga y fuerza social y psicológica. Tal vez no del tono del neorrealismo italiano, pero sí con mayor veracidad que el mero espectáculo fílmico.

Y ahí está el ejemplo del cine de Scorsese,  en su conjunto una crónica de outsiders en busca de redención personalísima ajena al discurso del destino manifiesto que implica la tradición hollywoodense. Desde Mean streets en 1973, hasta El Irlandés en 2019.

La reunión de El Irlandés: Una charla de tras de cámaras, es una díscola platica entre jóvenes de setenta años, que muestran y recuerdan lo que los mueve para hacer cine. La reafirmación de que el new Hollywood que irrumpe en los setenta con directores como De Palma, Lucas, Spielberg, Coppola y por supuesto Scorsese, aún tiene mucho que decir y sobre todo incomodar al complaciente público enajenado con los superhéroes.

Scorsese ante sus soldados, de mil batallas, y perdón por el lugar común, pero ahora sí no tenía desperdicio: el cínico De Niro, el parlanchín Pesci y el mezquino Pacino, se reafirman como parte de los autores  e intérpretes que le dieron  al cine estadounidense un momento de fulgor narrativo con la creación y encarnación  de discretos antihéroes de una parte bizarra del sueño norteamericano.

Sin poses ni discursos, hacen una discreta, discretísima pataleta con estilo de caballeros orgullosos y arrogantes, seguros de su lugar en la historia del cine. Y lo único que necesitan, es un par de botellas abiertas y un claro amor a la realización e interpretación cinematográfica.

Cachetada con guante blanco, por lo demás, ya que la plataforma donde reafirman su vieja escuela es justo la de Netflix.

Documental y charla de escasos 23 minutos es ideal para el espectador que busca. No para aquel que ve series de virus, convertidos en tendencia, solo para tener que postear en redes.

 

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