Partidos Políticos los Ausentes de la Crisis de Salud

Del ABC Político

*López Obrador Debe ser Ejemplo y Respetar las Reglas

*El Madruguete de los Diputados en la Reforma Judicial

Por Gerardo Lavalle

A.- Desde hace cuatro semanas se lanzó la alerta por parte de la Organización Mundial de la Salud (OMS) de que el coronavirus representaba una amenaza para el mundo entero. En México se respondió que el llamado era para África y que aquí estábamos blindados.

Hace tres semanas se reconocieron los primeros casos importados. El Subsecretario Hugo López-Gatell, que tomó la batuta del problema desplazando al titular de Salud, Jorge Alcocer quien ha servido solamente para “realizar visitas sorpresa” a los Institutos de Salud siempre acompañado de la secretaria de la Función Pública Irma Eréndira Sandoval, sostenía que todavía operada el nivel 1. Hace una semana los casos se multiplicaron en cuando menos 14 estados de la República y nada se instrumentó. Todo seguía igual, excepto el “adelanto” de vacaciones anunciado por la Secretaría de Educación Pública y que el Senado y la Cámara de Diputados sesionarán solamente que sea indispensable, además de que algunos eventos masivos se cancelaron, convertidos en medidas de precaución.

Para estas fechas se multiplicaron el cierre de salas cinematográficas, teatros y oficinas gubernamentales que dejaron “guardias para que el gobierno siga funcionando”.

Los que han estado ausentes, como si nada pasara, han sido los dirigentes de los partidos políticos, todos, con lo cual han ignorado la incapacidad gubernamental para prevenir la inminente pandemia.

Ni las cúpulas partidistas ni sus militantes y menos sus oficinas en los estados de la República se han movilizado para lanzar mensajes que lleguen a los ciudadanos y los conminen a permanecer en casa y atender todas las recomendaciones que ha publicitado, con deficiencia inusual, el sector salud.

Presumiblemente, los partidos políticos cuentan con estructuras nacionales que podrían utilizar para acudir a los centros comunitarios para informar de los riesgos que representa ser infectado por el ya muy letal virus,

Esa ausencia hará que en las elecciones, dos en este año y 14 ó 15 entidades –si Baja California realiza las suyas- estatales, de la renovación total de la Cámara de Diputados y de las 16 Alcaldías de la Ciudad de México además de mil 500 municipios, los ciudadanos paguen con la misma moneda: con inasistencia en las urnas o sin interés por quienes oferten los milagros para el país.

El problema que genera el Covid-19 no tiene ideología, raza, color de piel y clase social. Es la oportunidad de que quienes buscan representar a la sociedad, muestren al menos algo de interés en un asunto de extrema delicadeza y enorme riesgo para la vida humana.

Como decía Porfirio Remigio: ¡Para eso me gustaban!

B.- ¿Qué debe hacer un Presidente en medio de una crisis de salud?

¡Ser el ejemplo para sus gobernados!

Sin embargo, Andrés Manuel López Obrador es el primero en no acatar las recomendaciones para evitar ser víctima del Covid-19.

Con una actitud de Superman al que solamente la kriptonita lo vence, López Obrador se deja abrazar y besar por “el pueblo bueno”, que no es otro que el marginado, en cuyas poblaciones no hay servicios de salud ni para atender un parto y menos para procesar una epidemia.

El Presidente debe estar consciente –o debería estarlo- que es quien dirige los destinos, acertados o no, del país y que de ser víctima de virus todo quedaría a la deriva… más.

El gobierno de un solo hombre siempre corre el riesgo de enfermar y colocar al país –el que fuere, pero más el nuestro- en la inestabilidad, lo que ocasionaría el caos político, económico y social.

Por tanto, López Obrador debe entender que dejaría sin atender al “pueblo bueno” y le echaría la culpa a los conservadores, neoliberales, adversarios y minorías rapaces de ser responsables de su infección.

Hay que pensar, aunque sea poquito, señor Presidente.

C.- El madruguete que realizó la Cámara de Diputados al aprobar la “Reforma Judicial” que presumiblemente se presentaría a fines de este mes en el Senado como cámara de origen, provocó inquietud.

De entrada, porque el acuerdo existente era que se presentarían juntas las iniciativas de reforma al Sistema Penal y la del Poder Judicial a finales de este mes para tener hasta el 31 de abril a fin de aprobarlas con el mayor consenso.

Los diputados de Morena y sus aliados tenían una prisa inexplicable por aprobar la Reforma Judicial sin que las prometidas reuniones de los coordinadores parlamentarios de las bancadas representadas en San Lázaro con ministros de la Corte encabezados por su presidente, Arturo Zaldívar Lelo de Larrea y con expertos juristas se hayan realizado.

Pareciera que Mario Delgado, jefe político de Morena en la Cámara de Diputados, buscó ganar los reflectores y reducir la influencia de Ricardo Monreal, que ahora tendrá que remar a contracorriente para convencer a los senadores de las oposiciones de votar la minuta de los diputados.

Sin el voto de 8 de la oposición, la iniciativa no prosperará porque se trata de reforma constitucional.

De ahí la sorpresa para los senadores. De ahí la inquietud de la Corte. De ahí la inconformidad de quienes forman el sector judicial.

 

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