*Los Gloriosos Tiempos del Ixtoc, Cantarell y el Chac
*El fin de la Abundancia y la Falta de Liquidez
*Cinco Presidentes Intentaron una Reforma Energética
*Hoy, Ahuyentados los Inversores y Frenadas las Inversiones
*Pero el Aniversario se Pintará con Oro Negro
Por Gerardo Lavalle
Calificada como la empresa petrolera más endeudada del mundo: 108 mil millones de dólares, la tercera parte del Presupuesto de Egresos de la Federación para 2020; con una producción insuficiente, sin capacidad de refinación y sin nuevos yacimientos que permitan la prospección de una mejoría financiera, Petróleos Mexicanos cumple este 18 de marzo 82 años de “ser de los mexicanos”.
De aquellos tiempos de algarabía a los actuales de fracaso e incertidumbre, la industria nacional de hidrocarburos vive en declive y pone en riesgo la estabilidad de la deuda soberana, aunque desde las oficinas de la Secretaría de Hacienda se pregone que “no pasa nada, porque el 80 por ciento de la deuda pública está en pesos”.
Durante 54 años Petróleos Mexicanos, al igual que la Comisión Federal Electricidad ejercieron el monopolio. No se admitía la inversión privada nacional y extranjera.
Para Pemex y la economía nacional pozos como Ixtoc-1 –que se incendió el 3 de Junio de 1979, durante la perforación en la sonda de Campeche- fue considerado como accidente el segundo de importancia a nivel mundial: derramó 560 millones de litros de crudo de hidrocarburos al Golfo de México.
Vendría después Cantarell el yacimiento, uno de los más importantes a nivel mundial, ubicándose en segundo lugar, tan sólo superado por el Complejo Ghawar, en Arabia Saudita.
De acuerdo con información, Cantarell se remonta a marzo de 1971, cuando la petrolera exploró una mancha de aceite que brotaba de las profundidades del mar de la Sonda de Campeche descubierta por un pescador diez años antes. Ocho años después, comenzó a operar el primer pozo de producción, el cual fue llamado Chac, por el dios maya de la lluvia.
Fueron los tiempos en que el Gobierno federal se fijó metas: superar la crisis “heredada” del mandato de Luis Echeverría para después administrar la abundancia, la cual terminó en 1981 cuando la factura petrolera por mil millones de dólares fue empeñada por la “falta de liquidez”, como reconocería Jesús Silva Herzog, a la sazón secretario de Hacienda.
Y de la abundancia a la escasez.
Pasados los años, Petróleos Mexicanos inició el declive. Las altas tasas impositivas que servían para cubrir el PEF hasta en un 68 por ciento, impidió su sano crecimiento. Hoy, sus recursos no alcanzan para cubrir su deuda y la Secretaría de Hacienda recibe menos del 18 por ciento por gravámenes,
LA APERTURA, FRENADA POR LA 4T
Durante décadas los presidentes De la Madrid, Salinas, Zedillo, Fox y Calderón intentaron una reformar energética para abrir la puerta a las inversiones en materia de hidrocarburos y energía eléctrica. Todos fracasaron. Nunca se permitió la apertura e incluso cuando el PRI perdió la Presidencia estableció en sus estatutos que el petróleo es de los mexicanos y no avalaría la inversión privada ya nacional, ya extranjera.
Cuando el PRI recuperó la Presidencia de la República en 2012 se planteó el Pacto por México, en el que participaron el propio tricolor, el PRD, el Pan y el Verde y por consenso se aprobó la Reforma Energética que “traerá miles de millones de dólares en inversiones”.
Grandes empresas globales como Shell, Texaco, Mobil, Exxon, Chevron, Repsol y Eni, entre otras, abrieron los ojos ante la oportunidad de extraer, en asociación con Pemex crudo lo mismo en campos maduros que en aguas profundas. La petrolera mexicana se reservó las aguas someras.
Se iniciaron las “Rondas”. Y las expectativas a mediano plazo –de entre 5 y 9 años- presupusieron un nuevo desarrollo de la industria en nuestro país.
Para este año, las empresas extranjeras extraen cerca de 80 mil barriles diarios que contribuyen al fisco nacional y generan empleos en importantes zonas del país.
No obstante, la transparencia con la cual se realizaron las asignaciones de los polígonos y la certidumbre que encontraron los inversores globales brilló por su ausencia y desde la campaña presidencial Andrés Manuel López Obrador anunció que se revisarían todos los contratos petroleros. Como presidente de la República cumplió su amenaza e incluso suspendió las siguientes “Rondas”.
Bajo el argumento de que la “Reforma Energética ha sido un fracaso”, el actual gobierno frenó ahuyentó a los inversores. Los que operan en el país confían que finalmente el estado de derecho se haga realidad y que se les permita seguir explorando para encontrar nuevos yacimientos y extraer el crudo hasta alcanzar una producción de 900 mil barriles diarios.
La decisión del nuevo gobierno ha provocado el retiro de inversiones y al mismo tiempo la preocupación de quienes participaron en las rondas y obtuvieron concesiones.
De acuerdo con una información de Reuters difundida la semana pasada se realizó una reunión aparentemente convocada por el embajador de Estados Unidos en México, Christopher Landau a la que asistieron diplomáticos de Canadá y de la Unión Europea.
El despacho de la agencia dio a conocer que la Embajada Estadounidense no confirmó lo abordado, pero de acuerdo con informaciones de “algún presente” se habló de la preocupación existente por la forma en que el gobierno de Andrés Manuel López Obrador ha suspendido las “Rondas”, criticado las acciones de las petroleras extranjeras y cancelado algunos contratos. A la preocupación de los inversores extranjeros se han sumado la de los nacionales que no son bien vistos por la titular de la Secretaría de Energía, la ingeniera Rocío Nahle.
LAS REFINERÍAS SE “MODERNIZAN”
Como parte del proyecto de gobierno de la administración actual, se decidió modernizar y reconfigurar las 6 refinerías con las que cuenta el país y, además, construir una nueva en Dos Bocas, Tabasco.
Ignorando las opiniones de los expertos, desde Palacio Nacional se aprobó la edificación de la nueva planta en una zona en la que no se garantiza su viabilidad y se destruyen cientos de hectáreas de manglares que repercutirán en el medio ambiente.
Las opiniones de estructuristas y constructores de refinerías coinciden: el terreno seleccionado para la edificación de Dos Bocas que abarca 704 hectáreas, no es el idóneo porque año con año se inunda y finalmente terminará por sucumbir ante la furia del mar.
De acuerdo con información oficial, la producción será de 340 mil barriles diarios, lo que reducirá la importación de combustibles en cundo menos 290 mil barriles diariamente. Procesará crudo 100% Maya y estará integrada por 17 plantas de proceso, así como servicios auxiliares y la infraestructura de almacenamiento e integraciones necesarias para su funcionamiento.
La información confirmada por el presidente López Obrador, expone que el 80 por ciento del petróleo que se encuentra bajo las entrañas de la tierra pertenece al Estado Mexicano. El resto se encuentra en manos de privados en solitario o en asociación con Pemex.
La secretaria Nahle sostiene que la reconfiguración y modernización de las 6 refinerías con que cuenta la petrolera mexicana se encuentra a un 90 por ciento, aunque no hay fecha para comenzar a trabajar. Tampoco se ha informado qué cantidad de barriles de crudo podrán procesar.
EL “MAYOR YACIMIENTO” EN LOS ÚLTIMOS 30 AÑOS
A mediados del año pasado inició la operación del pozo Quesqui 1 que produce 4 mil barriles diarios con un potencial de 7 mil.
Durante la prospección se descubrió un “nuevo yacimiento en el pozo de Quesqui, con reservas por hasta 700 millones de barriles de petróleo crudo equivalente, el más grande que se haya descubierto en los últimos 30 años”, según informó Octavio Romero, director de Pemex.
Sin embargo, y por el informe de Romero, la extracción tardará años en convertirse en la nueva panacea para la petrolera mexicana. Sus estimaciones: una vez que operen los 11 pozos del campo Quesqui se producirían en 2020 alrededor de 69,000 barriles de petróleo crudo y hasta 30 millones de pies cúbicos de gas. Y para 2021 este pronóstico aumentará a 110,000 barriles de petróleo crudo diarios y 410 millones de pies cúbicos de gas.
Fue ante el presidente López Obrador que el director de Pemex informó del yacimiento.
Conocidos los datos, el Jefe del Ejecutivo habló y en su mensaje mostró serias contracciones.
Dijo que tiene proyectado invertir en reactivar la actividad petrolera durante los dos primeros años de esta administración para que a partir del tercer año captar recursos de los excedentes petroleros porque Pemex «volverá a ser la palanca del desarrollo nacional”.
Durante la gira por su tierra natal para supervisar pozos y plataformas petroleras, el jefe del Ejecutivo federal insistió en que “nos dejaron una empresa en muy mal estado. O quiero usar la palabra catastrófica: que nos dejaron a Pemex en quiebra, es tan fuerte esta empresa que ha resistido todo”.
Afirmó que se detuvo la caída que registró la producción durante los últimos 14 años.
A partir de su tercer año de gobierno el proyecto es que Pemex comience a aportar recursos fiscales, algo que no sucede desde hace más de una década, y se vuelva a convertir en la palanca del desarrollo nacional.
El objetivo es aumentar la extracción de hidrocarburos que actualmente es de 1,7 millones de barriles al día. La meta es que en 2024 la producción sea de 2,6 millones de barriles al día, una cantidad similar a la que se obtenía en 2010.
El ambicioso desarrollo de Pemex tiene una meta: subir la producción de extracción en un millón de barriles. Hasta ahora nadie ha informado en qué se basa el supuesto del crecimiento petrolero.
Pero mañana, al cumplirse 82 años de la expropiación petrolera decretada por Lázaro Cárdenas, se echarán las campanas al vuelo y todo se pintará con Oro Negro.
La deuda de la petrolera, mientras tanto, está ahí y los creedores esperan, sin mucha paciencia por cierto, que se cubra en los plazos establecidos originalmente, algo que ha conseguido la petrolera emitiendo nuevos bonos para refinanciar los vencimientos del año pasado.