Por Gerardo Lavalle
La semana pasada ocurrieron varios asaltos en el Periférico Sur, sobre todo en las intersecciones con Insurgentes, San Antonio, Luis Cabrera y otras, en donde los asaltantes pistola en mano sorprendieron a los automovilistas que prácticamente estaban estacionados por el exceso de vehículos circulando.
Ante la ola de asaltos, la Secretaría de Seguridad Ciudadana anunció y puso en marcha un operativo móvil con 300 elementos, armados hasta los dientes, para cuidar las zonas que fueron marcadas con color rojo.
Sin duda se aplica el dicho: tapar el pozo cuando el niño se ahogó.
Pero con el anuncio y hecho público en los medios, se alerta a los asaltantes que, ahora, cambiarán de puntos para cometer sus ilícitos.
Sorprende que un personaje como Omar García Harfuch, secretario de Seguridad Ciudadana en la capital del país, con experiencia probada en materia de seguridad, caiga en la trampa que implica hacer público cualquier operativo y cuyos resultados se vuelven nulos porque, hay que decirlo, los delincuentes no tiene un pelo de tontos.
Si saben en dónde se ubican los policías, porque para eso tienen a sus halcones, sencillamente no actúan en la zona. Por el contrario, si el operativo se realiza con discreción, la efectividad se nota, se siente.
Recodar que cada vez que se da a conocer un operativo en determinado estado o municipio para enfrentar a la delincuencia, se produce el fenómeno conocido como “efecto cucaracha”.
Los delincuentes pasan de un estado a otro y de un municipio a otro. Y nunca los pescan aunque anden a salto de mata. Cuando nadie sabe qué acción realizará la fuerza federal, hay capturados.
Aquí, por ejemplo, se sabe del actuar de los Canchola en el llamado “Barrio Norte” en la Alcaldía Álvaro Obregón o se conocen los sitios en donde 27 organizaciones criminales, pero muchas son extensiones de otros grupos delictivos, entre los que destacan el Cártel de La Unión Tepito, Cártel de Tláhuac, La Fuerza Anti-Unión y el Cártel Jalisco Nueva Generación, de acuerdo con un documento de investigación realizado por la Procuraduría General de Justicia de la Ciudad de México (hoy es Fiscalía General) el año pasado.
Si tienen ubicados a los jefes de los cárteles ¿por qué siguen operando protegidos por la impunidad y la corrupción?
Así como se informa que la Guardia Nacional ya recorre las calles de la Capital del País y que tal día estará en equis alcaldía y los ciudadanos nos enteramos de igual manera los malandros lo saben.
Y pasan de una colonia a otra y actúan con la libertad y seguridad de que en esa, a la que se cambiaron, no habrá vigilancia.
Creo que si de verdad se quiere combatir el asalto a los automovilistas no solo en el Periférico sino en muchas partes como Constituyentes, Revolución, La Ronda etcétera, se debe actuar con sigilo y sin mostrar las cartas –aquí serían carpas- con las cuales trabajan los uniformados.
Le garantizo que bajarán los asaltos en las zonas rojas vigiladas, pero surgirán otros puntos de alarma en otras zonas.
¡No hay que avisarles que ahí viene el lobo!